Fin de año representaba para muchos encontrarse con sentimientos inevitables de nostalgia, emotividad, felicidad y un ápice de tristeza. Se trataba de una fecha esencial donde podías mirar atrás y ver cuánto habías ganado y perdido, ver si conseguiste con éxito tus proyecciones para el año que se va; procurar que todos los desastres y tragedias acontecidas, se queden enterradas para afrontar el cambio de página y darle la merecida bienvenida a la anualidad que llega.
Para Skyler, ese año que estaba a punto de caducar, le había proporcionado los mejores momentos de su vida. Enamorarse de Logan, la separación de Winnie con su padre, y las personas nuevas que conoció y se habían convertido en su segunda familia. Todas y cada una fueron circunstancias que le concedieron sentido a su vida.
Para su desgracia, así como 2017 albergó una serie de sucesos excepcionales, también le mostró los retos más desafiantes. Su enfermedad llegó de manera inesperada, como una tempestad devastando todo a su paso y arrebatando la felicidad que tardíamente pudo conseguir. Y no sólo para ella, para su familia y del mismo modo, para Logan.
Logan... era quizás lo que más lamentaba. ¿Cómo podría ayudarlo a liberarse del peso de haber perdido a sus padres cuando ella también sería arrebatada de su vida? Al sacarlo de un fango, le causaría la entrada directa a otro. No quería ser la causante del dolor de nadie. Sabía que, eso era simplemente inevitable.
—Llevó más de dos semanas sin fumar
—reveló Benedetti, apareciendo repentinamente frente a ella.
Se hallaba sentada en una banqueta frente a la casa, admirando la vegetación levemente nevada y cavilando de manera inútil.
Rachel corría con torpeza recorriendo todo el campo, abrigada a más no poder. Su grande abrigo morado, y sus pantalones esponjosos no le permitían moverse con su habitual destreza. Jacob y Alonzo cumplían la tarea de perseguirla, recordando lo espléndida que se sentía la niñez.
Skyler sonrió ante su noticia.
—Entonces me iré tranquila sabiendo que cumplí mi propósito de que dejes ese hábito.
Él se sentó a su lado.
—¿Cómo logras estar tan calmada con todo esto? —la pregunta detonaba escepticismo.
—Nunca estás preparado para una noticia así, Logan. Al principio no puedes creerlo, es como si te sintieras en un sueño, esperando a que alguien te pellizque para despertar. Te niegas a creer que eso de verdad te esté pasando, y luego, algo estalla. —Skyler se quedó en silencio, respirando con pesadez—. En ese punto, tienes dos caminos, negarte y rehusarte a aceptar que no hay nada que puedas hacer para cambiar la situación; y resignarte y decidir por qué vale la pena vivir en el tiempo que te queda. Yo accedí a hacer lo segundo.
—No sé, creo que yo sentiría mucho miedo. De hecho, ya lo siento —pronunció con debilidad el muchacho, conectando su mirada con la de ella.
—Y no te he dicho que yo no lo sienta. Solamente creo que hay momentos en los que te detienes a pensar si lo que has hecho ha valido la pena y si de verdad has llegado a ser la persona que quieres. Yo este año conseguí cosas que antes veía como inalcanzables o imposibles y puedo asegurarte que, al día de hoy, me siento tan plena que, si ya no tengo la oportunidad de despertar mañana, me habré ido en paz, sin remordimientos y sabiendo que las personas que quiero podrán seguir sin mí. Winnie no está para joder más la vida de mi padre y de mis hermanos, tú recuperaste a tu hermano, a tu primo... a tu familia. Y ahora tienes un excelente grupo de amigos. Annie está tranquila y feliz con su madre, Camille encontró el amor y Alai también. No hay nada más que pueda pedir.
Logan la envolvió entre sus brazos, sintiendo los latidos de su corazón y confirmando, como siempre, la persona tan extraordinaria que Skyler era. Sin importar lo que le estaba pasando, se confortaba por saber que las personas que le importaban estaban bien y buscaba incansablemente que ellos vieran lo mejor de sí misma para facilitarles más el proceso de dejarla ir. No se quejaba, no reprochaba y le enseñaba sabiamente de qué se trataba aceptar la muerte como parte fundamental de la vida. Una parte fundamental como lo era la unión entre un pie y sus dedos, o entre un ojo y sus pestañas. Una conexión para llevar a cabo su función. No podía existir una cosa sin la otra. Era más que obvio.
Él tenía pleno conocimiento de eso, pero saberlo no lo exoneraba del pavor e incertidumbre incontrolable que desprendía la muerte. Acostumbrarse a vivir sin la presencia de las personas que amas, es un proceso tardío y una herida que nunca termina de cicatrizar. Una herida que se queda para recordarte constantemente lo que tenías y que ya no estaría más.
—Vamos adentro, está empezando a helar
—sugirió el castaño, abrazándose a sí mismo.
La cubrió con sus brazos, caminando detrás de ella hasta llegar al interior de la casa. Jacob, Alonzo y Rachel, no tardaron en hacer lo mismo.
—Huele delicioso —habló en voz alta Jacob, olfateando ruidosamente.
Rachel se tomó la tarea de comprobar las palabras de su primo, acudiendo también a su sentido del olfato.
—Huele a la salsa especial de mamá
—esclareció la pequeña—. Y a tarta de chocolate con frambuesa.
Skyler lo miró de reojo, demostrándole que le sorprendía el gran sentido del olfato de su primita.
—Ella va a ser la chef más prodigiosa de la familia. Aprendió más rápido que nosotros a ser una gran asistente de cocina.
—Yo igual lo creo —Alonzo concordó con las palabras de Logan.
Su adorada chica cielo se dejó caer con lentitud sobre el sofá, como si realizar esa acción empezara a ser algo difícil para ella. Él presentía que el tiempo que les quedaba juntos era poco, porque el desgaste físico de Skyler comenzaba a ser más evidente, así como el deterioro acelerado que Abril les había informado que estaban presentando sus órganos. La posibilidad de supervivencia ante un tratamiento era ilusoria, y de igual manera someterse a este podría presentar serias complicaciones. Por lo tanto, Abril y Orlando se limitaron a pedirles que aprovecharan lo que más pudieran, porque lo que sucedería de ahora en adelante sería fatídico. Empezarían a ver una versión de Skyler totalmente desmejorada, y acciones que parecían tan simples como hablar, recordar o moverse, probablemente se convertirían en una odisea para ella.