Cuando La Sangre Asedia

CAPITULO 1: EL INICIO

Suena la alarma contra incendios en el instituto, todos nos levantamos de nuestros asientos asustados y agitados, tomamos   lo más rápido posible nuestras cosas, el maestro se ve tranquilo, nos guía a la salida de emergencia. En el patio, veo a todo mundo alarmado.

La alarma deja de sonar, hay un completo silencio, es la primera vez que todo el instituto esta así.

— ¡Hey, hey! — sale gritando el Sr. Rose, nuestro demente director, todos se quedan observando confundidos.

—Ok, mis queridos alumnos, el simulacro fue todo un éxito, estoy seguro que cuando haya un incendio de verdad, todos saldremos con vida. — durante su discurso, escucho a los demás murmurar, unos molestos, otros se carcajeaban y otros más perdidos en otro mundo.

Después del evidente susto, se normalizaron las clases. Al término de estas, Kelly, Jessy y yo nos quedamos como de costumbre, afuera del instituto, ellas, eran hasta ahora mis dos mejores amigas.

—Maldito director loco— dijo Kelly en un tono burlón. Si, a nosotras no nos caía muy bien el director.

—En cambio, yo si me asuste. — expreso un poco molesta Jessy. Y es que la verdad, ahora que lo recuerdo, Jessy, se veía bastante graciosa, su forma de correr y tratar de escapar, ahora me dio mucha risa.

En la entrada al instituto, había escaleras antes de llegar a la puerta principal, yo estaba en ese momento, dándole la espalda a la puerta, de frente a la calle.

—¿Qué harán hoy? — pregunto jessy.

—Iré a una comida con mis tíos— contesto Kelly rodeando los ojos.

— ¿y tu Melanie? — . . . — ¡MELANIEEE! — grito jessy, haciéndome volver mi mirada hacia ellas.

— ¿Qué te paso? — pregunto Kelly.

—Me distraje con aquella person…—dije apuntándoles, pero esa persona ya no estaba.

Justo cruzando la calle había una persona, no podía distinguir si era hombre o mujer, porque vestía toda de negro, con capucha del mismo color que le dejaba ver solo sus ojos, unos ojos profundos que se clavaban en mi, por eso mi distracción tan obvia.

— ¿Qué persona Mel? — me pregunto Kelly mirando hacia donde yo les señalaba.

—ya no está— dije confundida.

— ¿y estaba guapo?, como para que te quedaras ida por unos segundos. — pregunto jessy con una voz picarona.

— ¿Qué? — dije yo aun mas confundida— NO, ni siquiera logre distinguir si era hombre o mujer, traía una capucha que solo le dejaba ver sus ojos, estaba en un carro negro.- dije sorprendida.

—No le tomes importancia, tal vez te confundiste y ni siquiera te estaba mirando a ti, detrás de nosotras hay muchas personas. — comento Kelly tratando de tranquilizarme y lo logro, si, tenía razón, no me pudo estar mirando a mí. ¿O sí?.

De camino a mi casa, me puse mis audífonos a un volumen normal de forma que pudiera escuchar los sonidos del exterior, los carros por ejemplo, aunque el atajo que tomaba para llegar a mi casa rápido y no caminar mucho, era algo tranquilo y silencioso, no había mucha gente afuera, parecía que a esta hora nadie estaba en su casa.

Seguí mi camino, cuando me empiezo a sentir muy rara, como si alguien me estuviese observando, volteo rápido hacia atrás, no hay nadie, todo estaba normal.

Un montón de ideas se vienen a mi cabeza, y lo primero que pienso es en aquella persona que vi en el instituto. Dudo por un momento y si, quizá estaba siendo demasiada paranoica.

—Pfff! Eso te pasa por ver tantas películas de asesinos. — me dije a mi misma.

Seguí más tranquila, cuando de nuevo esa sensación de ser observada se hizo  presente, pero esta vez cuando volteo, veo que algo se esconde detrás de un arbusto.

Abro mis ojos asustada, mi corazón palpita muy fuerte, siento mi cara arder y mis manos sudar. Un escalofrió recorre mi  espalda, lográndome estremecer. Me quedo quieta por un instante, reacciono y pienso -debería ir a ver que era- pero a la vez también pienso -no seas tonta, si vas y te secuestran o te matan de nada te sirvió ver tantas películas- y si, en estos casos es mejor correr como si estuvieras en un maratón, sin parar y sin mirar atrás.

Eso es lo que hice, corrí lo mas que pude, sentía la adrenalina correr por mis venas, el corazón casi se me quería salir del pecho. En un abrir y cerrar de ojos ya estaba dentro de mi casa, recargada en la puerta, me sentía realmente sofocada, de repente aparece mi madre frente a mi lográndome asustar.

 



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Editado: 29.06.2018

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