Elio
Estaba preocupado y a la vez un poco disgustado con la actual situación, pero bueno Zac tenía la culpa de todo, desde que encontró a Dalia casándose él dejó de existir, es un caparazón hueco, lo miro de reojo y mantiene una mirada perdida, pero puedo ver un deje de curiosidad por la princesa, es mejor que nada.
-Podrías soltarme- La princesa se dirigió al lord, su muñeca empezaba a enrojecerse pero el lord seguía haciendo caso omiso a sus intentos por liberarse, - Clyde
-nos tenías preocupados- la suelta y un ligero alivio me recorre, escuchó atento su conversación - nadie sabía a dónde habías ido
-y por eso están mojados esos dos- la princesa alza la mirada hacia los que supongo son los dos príncipes, pero ahora no lo parecen - acaso hay algo que deba saber
-bueno lo que pasó es que te buscamos por el castillo pero ellos estaba demasiado preocupados y pese a mis intentos de decirles que estabas bien no me creyeron e incluso pensaron que yo te hice algo, los muy imbéciles me desesperaron y los congele un poco-el rostro de la princesa se ensombrece y puedo estar casi seguro que el frío incrementaba por la princesa- no pongas esa cara los encerré en una fina capa de hielo, los braseros los descongelaron al instante así que por eso están mojados- El lord sonríe con complacencia sin notar que la princesa aprieta sus dientes y sus manos se cierran en puños
-no pueden estar en paz ni aunque sea unas míseras horas - su grito resuena por toda la explanada, los témpanos de hielo de los árboles caían sin cesar detrás de nosotros
- pero fue su culpa- En verdad pensaba que el Lord a veces se comportaba como un estupido pero siempre superaba mis expectativas
-tu fuiste el que nos congelo idiota- le grita uno de los principes, su cabello rojo cobrizo parecia fundirse con el sol que se ocultaba detras de nosotros, mientras que el del otro principe contrastaba con sus ojos, un negro azulado, es algo dificil de ver en las personas pero dado que son rpincipes es normal que tengan caracteristicas unicas
-y si no se callan a los tres los voy a mandar a dormir a lago - les gritó la princesa interrumpiendo su discusión , se callan y eso parece alegrarle - en unas horas es la cena, les sugiero que se cambien y no les pido que se hagan amigos pero traten de soportarse por lo menos hoy
-y ellos... ¿son? -señala el principe de cabello rojo cobrizo , su cabello aún mojado se pega por su cara, luego hace un gesto de molestia cuando ninguno de nosotros habla, el lord nos observa fijamente y después de un tiempo recuerda quienes somos, por que si hay algún defecto del lord, aunque son varios, es su falta de atención para recordar personas. Entonces el príncipe cambia de estrategía y le pregunta al lord - Tú, ¿sabes quienes son?
-Claramente y no me llames “tu” no somos amigos Príncipe liam, ellos son la orden de las rosas, los guardianes que protegen la sangre real en este caso a Eider - el príncipe nos mira con recelo- deberías cuidar tus palabras con ellos Liam son los guardianes de la princesa y los más capacitados del reino.
Al menos sabe que no somos personas comunes, estos cuatro meses nos han entrenado hasta explotarnos sin cansancio, poniéndonos en situaciones extremas y enseñandonos todo lo que debemos de saber, por algo nos clasifican como la élite de los guardias. La princesa nos mira con detenimiento y puedo ver como sus ojos transmiten una melancolía que hace que mi corazón me duela.
-¿Lo van a hacer o no?- comienza de nuevo la princesa - no tengo mucho tiempo solo respondan
-si- dicen al unísono, la princesa seguia enojada pero había algo más
-De acuerdo ahora cambiense, el clima está empeorando y no quiero que se enfermen, los veo en unas horas- los demás solo podíamos esperar, “ella” miró el reloj de su muñeca y abrió los ojos de par en par, luego noto que sus prometidos seguían parados en el mismo lugar sin hacer nada- que esperan
Los tres prometidos se van, se empujan entre ellos y puedo escuchar una que otra maldición dirigida a uno de ellos, la princesa solo hace una mueca de desagrado, para una persona como ella tener que convivir con ellos debe ser agotador, luego regreso su mirada a nosotros y nos habló.
-vengan- su voz nos sorprendió, mas por que se dirigía a nosotros, debe de ver nuestra expresión desconcertada por que sonrio, luego inicio a caminar y nosotros la seguimos
-Si su majestad- nos llevó por la caballeriza y luego nos introdujo a un túnel subterráneo donde había varios pasadizos, esto no los habían enseñado antes y empecé a temer un poco, si ella quisiera podría deshacerse de nosotros sin dejar rastro.
A mitad del pasillo la princesa se detiene por un segundo y murmura algo que no puedo escuchar, luego retoma su paso y avanza pese a la oscuridad, miro con suplica a Leo para que encienda una pequeña flama, mi esperanza cae al suelo cuando niega la cabeza; pedazo de inutil. La frágil figura de la princesa se hace casi imposible de distinguir, lo único que nos guiaba eran sus pasos, los cuales eran muy sutiles. Se detuvo enfrente de una puerta para introducir una llave en una cerradura que yo nunca logre ver, empujo la puerta y caminamos unos pasos antes de llegar a la parte trasera de una pintura que dejaba traspasar la luz de la habitación en la que estaba colgada.