Zyan manejaba peor de lo que creí, al tener el sello real grabado en los costados del auto, Zyan disfrutaba de ir a altas velocidades sin temer represalias. Ningún oficial se atrevería a interrumpir el trayecto de un noble, mucho menos si se trataba de la familia real. Además Zyan era el heredero de los arium, la familia más fuerte del distrito negro, ni siquiera los Zeros se metían con ellos.
El distrito negro era una gran urbe llena de edificios altos y oscuros, grandes maquinarias extraían minerales del suelo par crear minerales que serían usados en la guerra. A su vez se podían distiguir con gran notoriedad como el desarrollo tecnológico podía prevalecer en un territorio como este, las familias de aquí se movían por una serie de caminos giratorios que permitían pasar muchos transportes para agilizar el traslado, había varios puentes sobre los caminos que llevaban a diversas partes, el distrito negro no lograba ser una ciudad perfecta, era distopica pero de alguna forma ordenada. El caos y la belleza reinaban, Zyan solo lo miraba con aburrimiento.
Nos llevó por un camino iluminado artificialmente por enormes esferas luminiscentes. Llegamos a un restaurante que apenas lo vi bien supe que era uno al que solo accedía la nobleza de aquí. Zyan bajo despreocupado y se dirigió al mostrador del lugar donde habló con un sujeto que parecía administrar todo.
Al poco tiempo nos llamó para que entráramos y decidí darle un poco de agradecimiento a Zyan,era algo raro que hiciera algo tan desinteresado como invitarnos a cenar y también estaba el hecho que de entre todos los que conformamos la orden de la Rosa, el era el que ganaba más dinero. Que hiciera un acto de esta magnitud y ofreciéndose a pagarlo era algo que me hacía temblar de miedo.
Entramos y una mezcla de varios colores y diseños inundó mi vista, nobles del distrito negro se acomodaban en sus mesas regocijándose de alguna nueva joya o articulo en novedad. Nos miraron con detenimiento, no me molesto su notorio escrutinio, lo único que si me desánimo fue el hecho de que mi valiosa privacidad había desaparecido en un segundo.
Un mesero nos llevó a una mesa apartada, había unas cortinas de privacidad, Zyan debía de tener una categoría importante en este distrito para que le ofrecieran este tipo de cortesías.
—¿y qué les parece?— pregunto Zyan, su sonrisa era genuina y esta vez no era debido a la princesa o tal vez si, de cualquier forma intentar saberlo era algo en lo que no pensaba perder mi tiempo— Es asombroso lo que se puede lograr mostrando esto.
Le da un ligero golpe a la flor de lis, un privilegio más del que gozamos, el lugar está lleno y con dificultad hay mesas vacías, también podía ver que algunos nobles hacían filas para poder entrar. Zyan pidió una botella de vino y nos la sirvieron en una copa de oro blanco, el lujo de este lugar podía ser extravagante, pero era superado por mucho ,las comidas que ofrecía el palacio real, donde cada platillo era exuberante y selecto.
Comimos algún tipo de carne que Zyan pido y a petición de Leo me abstuve de decir algo relacionado con la salud de la princesa, Zac y Elio aún estaban resentidos pero por lo menos participaban en las bromas compartidas y comían a gusto. Y entonces lo sentí, una nueva comodidad. No era el común agradecimiento que sentía cuando estaba con los Riodel, tampoco era el sentido de responsabilidad cuando estaba cuidando de la princesa. e sentía como una familia.
Que gracioso, un noble mató a mi familia y ahora considero familia a unos nobles que apenas conocía. Todo esto tenía un culpable, la actual princesa me devolvió dos cosas, libertad y una familia. Y todo lo hizo de forma inconsciente. Sus acciones no son lógicas en ocasiones, en ocasiones parece querer acabar con todo y en otras parece un persona capaz de todo. El choque continuo del bien y el mal se ilustra a la perfección en su vida.
Por eso me preocupa, las restricciones no solo limitan su poder, también mantienen algo de vital importancia para la princesa, el centro de toda persona reside en los sentimientos que nacen de ella, de ahí viene la fuerza vital para manifestar nuestros poderes, sin emociones se perderá el sentido de las cosas y todo se volverá doloroso.
La cena transcurrió de manera tranquila, las risas eran tan frecuentes que olvidé por completo la verdadera razón de que estuviéramos aquí, entonces algo extraño sucedió. Los meseros se empezaron a movilizar con rapidez al otro extremo del lugar, la atención especializada que nos daban se desvaneció como si ya no fuéramos su prioridad, el lugar antes ruidoso, se silencio e incluso algunos nobles se retiran. Zyan se molesto un poco por la falta de atención pero no hizo nada.
El incómodo silencio proveniente del restaurante duró poco, pero algo llamó mi atención, el murmullo era repetitivo y siempre era la misma palabra “ su majestad”, lo entendí cuando vi a la princesa en el mostrador. Un abrigo negro largo cubre por completo su cuerpo, mira en nuestra direción por un mento y solo frunce el ceño antes de salir rapidamente del lugar. Si fuera otra situación lo habría ignorado pero las líneas negras que atravesaban su cuello y la recorren internamente me hicieron temer lo peor.
—Zyan, paga ahora— Le digo mientras me levanto y las miradas de todos se concentran en mí— no tengo tiempo de explicar pero debemos irnos ahora
Mirándolos con desesperación logré que me obedecieran y salimos con prisa, Zyan tomó el volante del auto y elio subía al suyo al mismo tiempo. Al encenderse los autos, la pantalla de este nos indico que un auto de uso exclusivo de la realeza estaba cerca aquí, uno marcado con la flor efímera.