Pov Hinome.
-Pero ¿qué demonios? -dije asustada cuando por fin reaccioné después de unos minutos mirando al chico que hasta hace unos instantes era un enorme lobo negro, intenté levantarme pero nuevamente caí por culpa del maldito tobillo y por un repentino mareo que me había dado, suponía que era por tantas emociones en tan poco tiempo así que lo ignoré y con un poco de esfuerzo cogí una rama para usar como bastón y caminé hacia él.
Pasé por su lado y me quedé mirándolo un momento intentando convencerme de que no me estaba volviendo loca y de verdad ese chico acababa de transformarse delante mía aunque no había forma, nunca creí en licántropos y me costaba demasiado empezar a hacerlo ahora. Seguí caminando para alejarme de ahí lo antes posible pero de repente la imagen del otro lobo se me hizo presente y giré a buscarlo, él me seguía un poco alejado pero sin separarse mucho, lo miré con el ceño fruncido, después de lo que acababa de ver ¿qué posibilidad había de que él también fuera un licántropo? Me había parecido escuchar una voz demasiado conocida antes pero prefería pensar que había sido mi imaginación y no era quien yo sospechaba, me parecía una estupidez pensar algo así.
-Por tu bien espero que seas un lobo normal y corriente -hablé apuntando con el dedo al lobo y él agachó las orejas, acción que me causó ternura, los animales son ni debilidad y ver a un lobo así de sumiso es demasiado para mí aunque intenté ignorarlo, al fin y al cabo habían posibilidades de que fuera mitad persona y aunque estas fueran mínimas prefería no arriesgarme a montar un numerito y achucharlo como a un peluche.
Di media vuelta y volví a caminar hacia la universidad, debía darme prisa y llegar antes de que el chico despertase o apareciera otro animal pero me sentía tan cansada que apenas podía mantenerme en pie. Después de un rato caminando, el lobo blanco que me había estado acompañando todo este rato se marchó y yo finalmente salí del bosque. Lo primero que hice al llegar a la universidad fue ir a mi cuarto y llamar a las chicas para contarles todo. Mientras limpiaba la herida de mi cuello la puerta de mi habitación se abrió de golpe y entraron corriendo tirándose encima mía.
-¡¡Ouch!! Oye quitaos de encima, por si no lo sabéis necesito respirar si queréis que siga viva -les dije apartándome, podría jurar que hasta estaba azul por la falta de aire, me habían aplastado entre las dos al tirarse encima dejándome como una patata frita.
-¿Estás bien?¿Te duele mucho el pie? -preguntó Hannon preocupada, ahora me arrepiento de haberles hecho un resumen explicando lo que pasaba por mensaje, aunque solo les dije que me quedé en mitad del bosque casi sin poder caminar por el tobillo.
-Estoy bien tranquilas -dije y respiré hondo- estuve entrando un rato en el patio y llegó un chico que no me dejaba en paz así que me fui al bosque y bueno ya sabéis -dije rápido tapándome la herida para que no la vieran, si lo hacían harían un drama y me obligarían a ir a la enfermería por nada- oye... ¿Vosotras creéis que existan los licántropos?
-Que tontería, eso son fantasías de novelas y películas -contestó Hannon- molaría que existieran, pero solo son leyendas.
-¿Por qué preguntas?
-Bueno... -les conté lo que había pasado con los dos lobos, como se habían peleado, cuando me pareció que habían hablado y cuando uno de ellos se transformó en persona, aún así me callé algunos detalles como que uno me mordió o el hecho de que una voz se me hizo conocida, al terminar levanté la mirada y al ver sus caras de asombro y duda no pude evitar reír- lo siento, sé que es absurdo, seguro que estoy enloqueciendo.
-Bueno, yo creo que puede ser cierto lo que viste, quiero decir, que no hayamos visto uno antes no significa que no existan ¿no? Hay muchas cosas que no podemos ver y que a lo mejor están ahí -dijo So-hyun emocionada, sí que le gustan estás cosas- quizás eran dos alfas peleando por tí, ambos querrían que fueras su compañera, por eso el chico te acosó en el patio.
-¿Pelearse por mí? Oh qué bonito sonó eso, nunca nadie se había preocupado tanto por mí -dije riendo y por ello, en un descuido, dejé la herida a la vista sin darme cuenta.
-Hinome -habló Hannon preocupada- ¿qué te pasó? -no entendí de que hablaba hasta que se levantó de donde estaba y se acercó a mí para ver la mordida, había dejado de sangrar ya pero aún estaba abierta y se notaba que era reciente.
-OH DIOS MÍO -chilló So-hyun emocionada levantándose de un salto para acercarse a ver también.
-Es una herida, no hace falta que os pongáis así -les dije nerviosa, aunque confundida al ver como sonreía So-hyun, ¿no debería estar preocupada en vez de feliz?
-Por casualidad no te la hizo uno de los lobos, ¿verdad? -preguntó mirándome fijamente.
-Eh... S-sí, el lobo blanco, llegó y empezó a haciéndome cosquillas lamiéndome, luego me mordió y luego me defendió, me salió bipolar -intenté bromear, suelo hacerlo cuando estoy nerviosa como ahora.
-SIIIIIIIIII -chilló feliz- apostaría cualquier cosa a que es la marca de un alfa -yo la miré confundida y tuvo que haberlo notado porque enseguida me explicó- cuando un alfa elige a su compañera o su omega, la muerde en el cuello para impregnar su olor en él y que el resto sepa que es suya y nadie más se acerque -al escuchar eso abrí los ojos todo lo que pude y toqué mi cuello espantada.
-¿QUE QUÉ? -grité poniéndome de pie.
-Pues resumiendo... Que ahora eres del lobo blanco -soltó tan tranquila y yo le pegué una colleja- a mí me encantaría que me marcasen.
-¿Estás loca? Yo no soy de nadie, ¿cómo puedes querer que te marquen? -solté enfadada, no solo ahora era supuestamente de alguien como si fuera un objeto, sino que además ni siquiera había tenido la oportunidad de negarme porque ni me preguntaron.
-Hinome tranquilízate, esas cosas no pasan, no existen los licántropos, solo era un lobo con cambios de humor y que tú mente te jugó una mala pasada como a mí en la morgue -dijo Hannon relajada, de pronto algo en mi cabeza hizo "click".
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Editado: 12.10.2020