Cuando nuestro amor florece

17 | El recuerdo de ese amor

«El amor que nos iluminó en la oscuridad, nos acompañará por siempre en la luz.»

—¿Qué está pasando contigo James? ¿Te está preocupando algo mi amor? No hemos hablado demasiado estos días.

—Es mi padre nena...—él trató de mostrarle una sonrisa mientras le quitaba la mochila.

—¿Qué sucede con él? —su rostro cambió de inmediato.

—Incluso podría morir por ti...No debes preocuparte por nada, por favor solo preocúpate por tu propio bienestar. Me encargaré de todo lo demás, confía en mi corazón. —Él le mencionó luego de recogerla de la universidad.

Ella estaba en el proceso de ingresar a la universidad a estudiar medicina, mientras que el padre de James había descubierto su relación y ahora quería verlos separados.

Lo que menos le importaba a Thomas Windsor era la verdadera felicidad de cualquiera de sus hijos. Para él no eran más que una responsabilidad.

—Me dices que no me preocupe por todo lo demás, solo por mi bienestar, pero, no puedo no preocuparme por lo que te pase a ti. Quiero que estés bien, es lo único que quiero...—Giselle sollozó, con el corazón roto él limpió las lágrimas que cayeron por sus mejillas.

—Quise venir a verte porque no hemos hablado en los últimos días, no quería que pensaras que no deseaba hablar contigo. Solo estaba ocupado tomando la posición de líder en la empresa de mi padre, sin embargo, tenía que verte porque te extrañaba.

Le sonrió, asintiendo levemente con la cabeza.

—Sé que me pides que soporte todo esto, me aseguras que vas a hacerte cargo pero no deseo hacerte daño James...¿Estás seguro de todo esto? ¿Qué puedo hacer para ayudarte o cómo puedo ser útil de alguna manera? —preguntó en medio de su desesperación.

Giselle estaba saliendo de un episodio depresivo que le tomó casi seis meses, donde ella deseaba morir una y otra vez, donde James tuvo que reconfortarla mil y unas veces, pero él era lo que siempre iba a estar dispuesto a hacer si eso provocaba que su estrella estuviera bien.

—Puedes estar tranquila...Solo prométeme que vas a estar allí, siempre...Lo único que necesito de ti es tu presencia, sabes que no podría soportar tu ausencia.

—Te lo he prometido una y mil veces, sabes que siempre será así. No pienso irme a ningún lado, no voy a huir por más difícil que parezca la situación para los dos. No pienso rendirme tan fácil.

—La condición que me pide mi padre es casarme en dos años...Necesito estar casado en ese tiempo. —Trató de explicarle un poco, no quería explicar demasiado del tema que a decir verdad le tenía harto. No comprendía el porqué su padre no le permitía ser feliz con la mujer que él había decidido amar, pensaba que lo único que le importa es el dinero.— Siendo un poco más directo mi amor, lo que necesito es un hijo que pueda convertirse en un heredero a futuro.

—¿Un hijo? ¿Es todo lo que necesitas? —De inmediato, notó como la expresión de su rostro se suavizó, como si le hubiesen quitado un peso de encima.

—Él quiere un heredero, sabes como es esto.

—Puedo hacer eso, si es lo que necesitas...Podemos casarnos incluso, no importa —Le dijo sin pensar dos veces. Ella solo anhelaba una vida al lado del hombre que amaba con locura, y si quedar embarazada era el inicio de eso, lo iba a hacer sin dudar dos veces.

—Eres muy joven mi cielo...Lo que menos deseo es interferir en tus sueños o que dejes algo de lado por mi culpa. Nunca me lo podría perdonar. Tienes toda una carrera que estudiar, eres una jovencita...No voy a hacer que te saltes etapas por mi culpa.

—No obstante quiero hacerlo, así que déjame. Hemos hablado en repetidas ocasiones de lo mucho que nos amamos y de la vida feliz que vamos a tener juntos, si este es el primer paso para lograrlo, sin duda voy a hacerlo.

El corazón de James se encogió dentro de su pecho, él sabía que había encontrado a la mujer perfecta para él, que ella era la indicada y que estaba dispuesto a todo por ello.

—Te amo como no tienes idea Giselle, eres mi todo para mí...Ya veremos una solución a todo esto, le encontraremos una salida sin tener que cometer ninguna locura. Eres el amor de mi vida.

—Te amo con locura James, eso nunca va a cambiar. Mientras nos amemos, nada más importa. No hay nada que pueda separarnos y siempre va a ser así. —Prometió antes de dejar un pequeño beso en sus labios, con una sonrisa de alegría le devolvió el beso.

Solo eran un par de jovencitos ilusos que creían que podrían con todo lo que se vendría.

Aquellos eran los últimos días que les quedaban siendo felices mientras se amaban con locura.




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