Cuando te acuerdes de mí

TE FUISTE A TIEMPO

—No hagas esto… por favor, — le suplico deteniendo nuestro beso prematuro y él mira mi boca con ganas de más. —Yo entiendo todo lo que tú quieras, pero lo único que no puedo aprobar es esto, podrás decir que sientes que me necesitas, pero al final de cuentas no importa porque tú te casarás con Zoe y nada va a hacer que cambies de opinión, menos yo.—él se ensombrece y baja la mirada asintiendo.

—Perdóname, no quería ponerte en esta situación, fui un tonto, vamos. —se aleja y sale de la habitación, espero unos segundos mirando su habitación y tomo la carta que escribió cuando era un niño, después lo sigo un poco más relajada.

— ¡Chicos! ¿Quieren cenar algo?— nos pregunta emocionada y al ver nuestras caras se pone seria, ella sospecha lo que acaba de pasar y me ve con tristeza.

—No mamá, ya es tarde y tengo que llevar a Lina a su casa, ¿verdad?

—Sí, muchas gracias por toda señora Anand, me gustó verla de nuevo después de mucho tiempo.—le digo y la abrazo, puedo sentir las ganas de no dejarme ir, ella siempre ha deseado que su hijo y yo acabáramos juntos, pero ahora ya no debe saber que pensar.

Le sonrió y salgo con Pancho, él ya no me mira solo abre el auto con su control a distancia y como todo un caballero me abre la puerta y después entra, arranca y prende el radio, lo cual pienso que es perfecto porque nuestro silencio es glacial.

— ¿Irás al campamento de la Universidad?— pregunta de repente sin dejar de mirar la carretera.

—No lo sé, no me he enterado. — respondo en el mismo tono mirando la ventana para evitar el contacto visual.

—Yo investigué, hay un campamento llamado Luciérnaga, se hacen actividades divertidas, es para que haya más comunicación entre los estudiantes, los estudiantes anteriores dicen que es una experiencia única.

— ¿Cuándo será?

—Este viernes, dura dos días.

—Lo pensaré. — respondo seria sin darle una respuesta precisa y me callo, él no dice nada.

Después de un largo trayecto me dispongo a abrir la puerta del auto y él me mira.

—Gracias por ir a comer a mi casa y por ayudarme contándome las cosas que hacía de niño, sé que es complicado para ti.

—De nada, para eso están los amigos. — le regalo una sonrisa forzada y abro la puerta, esta vez no le digo nada más y decido no verlo, pero puedo sentir el peso de su mirada seguirme mientras abro la puerta de la casa Rockenford, abro y entro como si me persiguiera el peor de los monstruos, me dejo caer sentándome en el suelo y no sé qué pensar, esta noche fue todo lo que jamás pensé que pasaría, al final Pancho me besó y yo peor fue que yo pude sentir su necesidad de mí, abro mi bolsa y saco la carta con dibujitos que hizo el Pancho que yo conocía, saco la hoja que esta doblada en tres preparándome para lo que voy a leer, así que respiro lento y después tomo valor y la abro.

“Lina…

Quiero decirte que eres una niña muy especial para mí, me gusta cuando brincamos en la llanta abandonada en el jardín mal podado y hablamos de nuestras ideas, estamos locos ¿no? La otra vez oí a un niño decir que tenía una enamorada, yo no sabía que es eso, pero después entendí, él le dijo a su amigo que era quien lo quería mucho y que le ayudaba a sonreír, así que me di cuenta que tú haces eso, eres la única niña que me hace sonreír, a veces me siento solito pero contigo no, contigo me siento feliz, gracias.

Tambien quería decirte que siempre me has parecido la niña más bonita del mundo, me gusta tu tono de piel, es bello y te queda muy bien, me gusta verte feliz y no me gusta nada cuando te sientes mal por tu papá y tu mamá, aun así eres la mejor niña del mundo, y la verdad es que me gustas mucho, no quisiera que dejaras de ser mi alegría y mi mejor amiga. Así que espero que tu tambien me quieras como tú a mí porque mi mamá me dijo que era mejor escribirte una carta si no me sentía con fuerza para explicarte, por favor nunca me dejes solo porque yo siempre estaré para ti, en verdad te quiero.”

 

Con los ojos llenos de lágrimas cierro el sobre y me dejo llevar por el cruel sentimiento, el leer las últimas palabras del Pancho que yo conocía me rompe el corazón, él no quería que lo dejara solo y fue lo primero que hice, aunque no pude hacer lo contrario no puedo evitar sentirme una mierda de persona. Respiro hondo y me paro a servirme agua, el sentimiento se junta con la soledad de la casa lo que hace que me sienta más nostálgica, entonces mi celular suena.

—Hola cariño… ¿Qué pasó? ¡Tienes que contarme! ¿Qué quería mostrarte?— Pregunta Geraldine emocionada pero cuando oye que estoy llorando calma sus ánimos. —oh no... ¿Qué te hizo el estúpido?

—Yo… yo fui la estúpida Geral… lo dejé solo, me dio una carta que él me escribió antes de que yo me fuera donde me revela que yo le gustaba, me besó… me dijo que me necesitaba, eso hizo… pero no negó el que se casaría, ¿Qué gana besándome? ¿Por qué me lastima así? Yo jamás lo olvidé y cada vez que defiende a esa mujer es como un golpe tan fuerte que sobre pasa mis límites.




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