Cap. 1
Me dirigí a la secundaria
como cualquier otro día normal
que paso siempre en la tierra.
Llevaba el uniforme de verano,
de mangas cortas y muy cómodo.
Las flores de la hermosa primavera comenzaban a florecer.
Los pasos que doy para dirigirme desde casa hasta el Bachillerato son muy distantes y agotadores,
aun más si me atrevo a impulsar el paso.
Pues caminar 10 cuadras no fue lo bastante fácil acostumbrarse,
pero mi cuerpo iba adaptándose
poco a poco a la rutina de siempre.
Recuerdo que la primera vez donde pisé este Instituto
fue algo tan extravagante que sentí
un cosquilleo de nervios
que me recorría por todo el cuerpo.
Pero, en poco tiempo,
logré acostumbrarme,
y con ello también logré estar
hasta el último año del Bachillerato.
Al dirigirme a la puerta del Instituto recordé aquella vez que lo hice por primera vez.
Mientras me puse de pie frente a la secundaria,
un pensamiento profundo me zumbó en la mente:
Espero poder... encontrar la felicidad que necesito.
Al decir eso,
di el primer paso,
emprendiendo el último camino de primavera
que pasaría con mis mejores amigos.
Cap. 2
Mientras caminaba en la ola caótica de alumnos
que había a mi alrededor,
pude escuchar una voz que mencionaba mi nombre,
rápidamente se me hizo familiar.
"¡Izanagi!"
Definitivamente pude reconocerla al instante.
Era la voz de Kenta,
uno de mis mejores amigos de la infancia que crecimos juntos.
Nos conocíamos hace más de 12 años. Lo conocí por primera vez cuando íbamos juntos a la guardería.
Pude ver que corría desesperado hacía mí,
como si fuera a decirme algo importante.
"¡Izanagi!"
Repitió de nuevo,
me di vuelta y esta vez pude ver dónde estaba.
Si fuera a decirme algo lo escucharía con gusto,
siempre y cuando no fuese una mala noticia.
Cap. 3
"¡Izanagi!"
Kenta estaba cada vez más cerca,
hasta que logró acercarse junto a mí.
"Izanagi..."
"¿Kenta? ¿Qué está sucediendo?"
Él estaba muy cansado,
el sudor en su rostro podía notarse a simple vista,
estaba tan cansado que apoyó su mano en mi hombro y agachó su cabeza.
"Kenta, ¿estás bien? Iré a traerte un poco de agua para calmarte."
"¡No! Yo no importo en este momento. Izanagi... debes escucharme... huff..."
Kenta levanto su vista y me habló muy desesperado.
"...Es nuestro compañero... huff..., Daisuke..."
Daisuke era uno de mis tantos compañeros que conocí en la secundaria, era muy simpático y amable,
y podía socializarse muy fácil con la gente.
"¡¿Qué ocurrió con él?!"
"Izanagi..., Daisuke ha fallecido."
Cap. 4
Yo no podía creer la clase de cosas que Kenta estaba diciendo.
Definitivamente dudé mucho del tema.
"Deja de estar bromeando, eso no debe ser cierto."
Era totalmente incapaz de comprender.
Mi amistad con Daisuke fue tan legítima que si llegase a pasarle algo yo sería el primero que me entere de sus problemas,
pues yo era la única persona en este mundo en quien más confiaba.
No podía dejarme llevar por simples engaños de otros.
"Pero te digo la verdad, ¡no estoy mintiendo!"
La respiración caótica y rápida de Kenta se detuvo.
"Si no estás mintiendo, entonces ¿dónde están las pruebas?"
Dije mientras crucé mis brazos.
Kenta alejó su mano de mi hombro, quedándose de pie.
"Si aún no me crees, hoy fui a la casa de Daisuke para ir a buscarlo y su madrastra me dijo que estaba muerto, que ya ha fallecido hace dos semanas."
Al no querer aceptar las delirantes palabras de Kenta, simplemente lo ignoré de mala gana.
"Suenas como alguien que no trata de decir la verdad. Vuelve a hablarme cuando digas las cosas en serio."
Me alejé rápidamente de Kenta y me dirigí al salón de clases,
ya he oído suficiente.
"¡Izanagi, espera!"
Lo dejé ahí parado, se me perdió de vista entre la amontonada de alumnos.
Cuando llegué al salón de clases,
encontré a algunos de mis compañeros, estaban llorando y sollozando,
pero otros trataban de retener aquellas lágrimas quedando
serios y desanimados.
Entonces me sentí obligado a preguntar:
"¿Q-qué está pasando?¿Por qué todos están así?"
Ami, muy triste y sollozando, se acercó junto a mí y me dijo: