Capítulo 1

Richard caminaba por el pasillo con la cabeza bien alta, mientras los nobles le observaban con admiración. Ese era el hombre que les iba a devolver su antigua gloria, ese era el hombre al que no le temblaría el pulso para gobernar con mano firme Nusquam, ese era el hombre que hoy era coronado rey.

Todo el pueblo había salido a vitorear al nuevo monarca, pues sabían que de no hacerlo podrían ser asesinados. Todos sabían que Kevin Maug estaba encarcelado y que muy pronto la burguesía dejaría de existir, por lo que todos aquellos burgueses debían dejar absolutamente todas sus posesiones en manos de la nobleza, y si alguno intentaba quedarse con algo sería encarcelado. Braulio y Ana miraban con temor sus futuros y los de sus más allegados, por lo que no era muy conveniente mostrar de primeras un fuerte desapego al nuevo régimen.

En la catedral donde, en estos mismos instantes, una corona de oro y piedras preciosas era colocada en la cabeza de un noble, el público contuvo la respiración. Sabían que aquel acontecimiento sería recordado por las generaciones futuras y no querían que nada rompiese la solemnidad de aquel momento. El lector, se preguntará el porqué de la muerte de John, seguramente ya sospecha que Richard sabía que era el amante de su mujer. Pues efectivamente, y como es usted muy inteligente habrá notado que no he mencionado a Clare. ¿Qué pasó con ella?

Esta es una pregunta que ha rondado por la cabeza de cada uno de los ciudadanos. ¿Habrá sido capaz Richard de matar a su propia esposa? Esta le había engañado con otro y seguramente este no permitiría que ese rumor se extendiese. Quería asegurarse de que no hubiese más como John. Así que después de volver del palacio real, se fue a su casa, donde su esposa descansaba plácidamente en el sofá. Pidió al servicio que se retirase y los dejasen solos y subió a reunirse con su esposa. La voz de su marido la despertó, y desperezándose advirtió horrorizada como este llevaba la camisa salpicada de sangre.

- ¿Estás herido? ¿Qué ha pasado? - le preguntó mientras se levantaba.

- No finjas que te preocupas por mí. No estoy herido.

- ¿De quién es esa sangre?

- De tu amante.

Clare palideció.

- ¿Creías que no descubriría que te acostabas con mi mejor amigo? Ahora yo soy el rey.

- ¿Qué? - le miraba horrorizada.

- He dado un golpe de estado, le he arrebatado el poder a esa rata de Kevin Maug y lo he encerrado.

- ¿Qué has hecho con él? –Clare estaba horrorizada y muerta de miedo.

- Lo mismo que haré contigo.

Sacó el mismo revólver que había usado para John y disparó. La mujer encapuchada que había presenciado la escena, acudió a recoger a Clare y la abrazó mientras le susurraba que ya todo había pasado.

Claro está, la muerte de Clare había sido mantenida en secreto por el servicio, que veía reflejado en aquello, el castigo por desobedecer a su señor. Lo único que se sabía, eran rumores, algunos casi se acercaban a la verdad otros eran casi legendarios. Pero todos, coincidían en algo: Richard le había hecho algo a su esposa.

Ante tales rumores y demostraciones de lo que era capaz el nuevo monarca, no tardaron mucho en agregarle el sobrenombre de El Cruel, por lo que siglos después sería conocido como Richard I el Cruel. Pero volvamos a este año, y veamos de manera universal como están nuestros protagonistas.

· Richard ahora es rey de Nusquam

· Clare Blackmont está muerta.

· Ana Flynch llora la muerte de su cuñada Irina y traza un plan para que Joan se escape de prisión.

· Braulio y Amelia Thomas miran con temor el futuro de sus vástagos.

· Kevin Maug está en la cárcel mientras cuenta los días para volver a reunirse con su esposa, a la que acaba de comprender que necesita y que ama con locura.

· Y finalmente, Lydia Maug, que no ha vuelto a su casa y ahora vive con Ana, ayudándola con el plan de escape de Joan y Kevin.

El lector, que como ya sabemos es muy listo, seguramente habrá caído en la cuenta que nos encontramos como en el principio. Efectivamente, el rey no tiene descendencia y no la tendrá con su esposa, y ya que no puede confesar que la ha asesinado, tiene que buscar una solución para que su dinastía prospere.

Y encuentra esa solución en la criada, ¿qué criada?, Moria, la que estaba cansada por subir tantos escalones para entregar los informes y ahora los tienes que volver a subir para complacer al rey. Pero, si tienen un hijo será bastardo, ¿no? Sí, pero como el rey es el cabeza de la iglesia y del poder lo puede legitimar y convertirlo en el heredero de la corona. Por lo que, efectivamente, ha solucionado el problema de la descendencia.

Ahora, que era rey, oficialmente, debía encargarse de un problema mayor: ¿qué hacer con Kevin Maug? Braulio le preocupaba un poco, pero se encargaría de él más adelante, en cambio Ana no le importaba lo más mínimo. Kevin y Braulio podían ser motivos de una revolución y eso debía impedirlo. Costase lo que costase, nadie debía arrebatarle su ansiado poder ni devolverle el poder que había sido arrebatado a la burguesía.