- ¿Le creíste todas sus mentiras?
- Qué te puedo decir
- Te advertí que no era lo que esperabas.
- Fue más de lo que quería
- Pero solo por un instante, ahora solo te queda...
Bueno, nada.
- Creo que me queda más de lo que piensas.
- ¿Un río de lágrimas y ojos hinchados?
- No todas las lágrimas son de tristeza.
- ¿Ah no? ¿También hay decepción y rabia?
- Algunas son de alegría.
- ¿No serán las cuatro botellas de vino que ya te has bebido?
- ¿Cuánto te duele?
- Te gusta echarle sal a la herida, ¿no?
- Algo así.
- Duele menos de lo que pensé.
Al fin y al cabo... me atreví a amar otra vez.
- La diferencia entre tú y yo...
- ¿Que yo sigo tranquila y tú mueres por dentro?
- No, mi estúpido miedo, la diferencia es que ya no temo de dar todo de mí aunque no me devuelvan lo mismo porque...
doy lo que soy y eso es lo que importa.
- Me estás diciendo que un instante de felicidad vale todo el dolor del mundo.
- Estoy diciendo que he podido robarle un instante de felicidad a todo el dolor del mundo.
- ¿Y?
- Y lo volvería a hacer... lo volvería a hacer mil veces.