49 - Diez mil pasos

Ella está en línea, pero no me responde.

Supongo que espera un momento exacto del día para responder y ya, no lo sé, quizá está más ocupada de lo que creo o simplemente responde mensajes importantes porque está haciendo algo importante.

Ella está en línea casi todo el día, pero me responde, con suerte, una vez al día.

Es gracioso verla con el celular en la mano todo el tiempo y, aunque pareciera prestar atención a lo que le digo, se da el tiempo de responder a quienes le hablan, pero conmigo solo lo hace una vez al día.

Ella está en línea, pero no me responde con monosílabos, al contrario, parece querer hacer que la conversación siga.

Aún no entiendo por qué se esmera en contarme su día y siempre me pregunta cómo estoy mostrando ese interés que aviva la llama en mí, pero después desaparece hasta el día siguiente. A veces parece estar feliz de hablarme, a veces parece en verdad querer conversar... a veces creo que soy especial para ella.

Ella está en línea, pero es como si no le importara que yo también lo esté.

He pensado mil veces que solo responde cuando está aburrida o que soy alguien más de su lista, pero por qué me trataría de una manera tan dulce si solo soy un don nadie en su celular. Creo que el simple hecho de pensar que es ella quien me complementa hizo que pierda la noción de lo que me debe dar igual.

Ella está en línea, pero... no lo sé, solo quiesiera decirle todo lo que siento de una vez por todas y terminar con esta impaciencia, pero el simple hecho de saber que deberé esperar tal vez dos días hasta su respuesta solo hace que me detenga.

Ella está en línea, pero a pesar de que haya dado diez mil pasos, siento como si no hubiera terminado de dar el primero.