Cuentos

El perro viejo y el cachorro

 

En cierta ocasión un perro viejo pasaba cerca de una carnicería y se dio cuenta que estaba tirado un pedazo de hueso se veía muy exquisito, de sólo verlo se le caía la baba, jamás había tenido una oportunidad como está y pensó:

-Si me acerco a jalarlo, ¿qué podría pasarme?, tan sólo es un pedazo de hueso.

De inmediato se acercó sigilosamente, sin ver un cachorro flaco y desnutrido que estaba sentado justo a la entrada de la carnicería, también observando el hueso, pero que no se atrevía a comérselo por temor al carnicero. El perro viejo se animó y entre dientes dijo:

- ¡No le temo a ese carnicero! ¡Me comeré ese rico hueso!

Se fue acercando disimuladamente, pero nunca imaginó que el cachorro se molestaría tanto que empezó a ladrarle porque también quería comida para ese día. El cachorro sin ningún temor se les enfrentó a mordidas, y eso le alertó al carnicero que lo quiso correr echándole agua que él esquivó.

El perro viejo logró su objetivo, iba a comerse el rico hueso, pero al observar al cachorrito hambriento le dijo:

-Ten come! ¡Te hace falta más a ti que a mí! Enseguida me consigo otro.

Y así lo hizo. Finalmente, los dos perros obtuvieron alimento por ese día.

Por eso, si tienes posibilidades de darle de comer a quien lo necesita, ¡dale!, ¡no lo dudes!




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