La quinta sinfonía de Beethoven sonaba estruendosa en sus oídos, mientras acariciaba su cuerpo tendido y sin ropas, sus manos recorrían cada cm de su ser y se estremecía con cada roce;-esta vez te llamarás María, es un nombre común pero un puedo pensar en otro-era entendible María como él le había llamado, tenía 21 años y un cuerpo de película, sus 1.73 cm de estatura estaban perfectamente bien proporcionados en todo su ser, su larga cabellera negra lo hacía sentir una erección debajo de su ropa.
Él no se podía explicar como algo como esto había sucedido, pues no tenía nada de belleza o dinero, con sus 53 años cumplidos parecía de 70, sus manos flacas y llenas de cayos parecían profanar tan bella escultura humana.
Poco a poco el comenzó a penetrarla y se fueron haciendo un solo cuerpo o un amasijo de carne de la cual no se sabía cuál era el principio o el fin. Ella lo envolvía en su cuerpo inerte y el practicaba todas las posiciones que se le ocurrieron en el transcurso de la noche.
A intervalos de tiempo se levantaban y bailaban los mejores valses que él podía encontrar, luego comenzaba nuevamente con su sucia faena, a sus ojos ella parecía disfrutarlo todo, la noche fue larga y el cuerpo de ella no parecía haber notado tanta brutalidad.
En la mañana, él como todo un caballero la bañó, la peinó y acomodó sus ropas, entonces se dirigió hacia la puerta:
- A los familiares de la joven Julianna, ya pueden entrar a recoger sus pertenencias, y LO SIENTO MUCHO POR SU PÉRDIDA.