—Necesito que firmes esto—Lina pone suavemente unos papeles en mi escritorio—, aunque tal vez quieras leerlos antes.
—¿Así de malo es?─bromeo─, generalmente eres tú la que se encarga de esa parte─abro el folder y mis ojos viajan por las palabras en el documento que me hacen fruncir el ceño enseguida.
¿Qué rayos es esto?
—Les dije que no estarías muy de acuerdo en firmar, pero insistieron en que te lo diera.
Paso mis manos por mi cara con frustración.
—Por supuesto que no voy a firmarlo, tengo que hacer muchos recortes para poder trabajar y hacer algo decente, ¿y ahora quieren darnos aún menos dinero?—masajeo mis sienes, tengo que calmarme, Lina no tiene la culpa.
Quizá tengo que ir con el verdadero culpable.
Me levanto de mi escritorio provocando que la silla en la que estaba sentada se caiga, Lina se hace a un lado en cuanto ve que mi rostro a cambiado─una decisión bastante acertada─, salgo de mi oficina y tomo el ascensor al final del pasillo asegurándome de apretar el botón para el último piso.
Siento que pasa un montón de tiempo antes de que las puertas metálicas al fin se abren.
Mi paso es decidido, al menos eso quiero pensar, la gente en los cubículos se sorprende al verme, pero tratan de disimularlo.
─El señor Winship no puede atenderla en este momento, señorita Carson.
─¿Tiene alguna junta?
─No, pero...
─Dile que estoy aquí, Amanda, seguro que puede encontrar cinco minutos en su apretada agenda para verme.
Amanda asiente y levanta la bocina del teléfono para hacer lo que le pido, lo único que logro escuchar es un escueto: "Que pase" antes de que me encamine hasta la puerta.
─¿Qué crees que haces?─lo señalo con el dedo de forma amenazante al mismo tiempo que doy un portazo.
─Intentando trabajar, pero creo que hoy no quieren dejarme hacerlo, primero Alexander y ahora tú─Markel suspira con cansancio─, no me malinterpretes, cuñada, pero ¿qué se te ofrece?
─¿No lo sabes?, porque estoy segura que los papeles que me ha dado Lina hace menos de diez minutos salieron de esta oficina─su rostro se ilumina con comprensión─, ni siquiera tú eres tan idiota como para pensar por un segundo que voy a estar de acuerdo con eso.
─Tienes que hacerlo, Olivia, la editorial está pasando por una crisis financiera y hay que hacer sacrificios.
─Pues que lo hagan en el ala este, ¿qué te parece?─me acerco a su escritorio─, mi departamento le ha dado grandes ganancias anuales a tu preciosa editorial con un presupuesto que le daría risa a cualquiera, así que busca otra solución porque no voy a firmar nada que tenga que ver con recibir aún menos dinero.
─¿Por qué no te sientas un segundo y me escuchas?─señala la silla junto a mi─, entiendo que estés molesta, pero hablo enserio con respecto a la crisis, no eres la única que a venido a gritarme hoy.
─No lo entiendo, ¿problemas de finanzas?, hemos recuperado todo lo que invertimos el último par de años, incluso me atrevería a decir que nos falta poco para obtener ganancias de las publicaciones de este año, y apenas estamos a Junio─Markel se recarga en su silla y comienza a dar vueltas como un niño pequeño mientras me escucha─, no tengo los libros contables, pero quizá si me das acceso a ellos... seguro que es un error.
─No hay error, el problema es que hoy descubrí que el dinero en la cuenta de la empresa ha desaparecido, no por completo, pero la suma faltante es bastante grande.
─¿Qué?, ¿ya hablaste con el banco? porque no sé si lo sabes, pero las cosas no pueden simplemente desaparecer sin explicación alguna.
─Ya lo hice y van a iniciar una investigación, pero en lo que eso da algún tipo de resultado, tienes que trabajar con lo que tenemos, lo lamento.
─¿Y qué tal si te hago un pequeño préstamo? en cuanto recuperes tu dinero me lo devuelves y listo.
─Aprecio que quieras ayudar, pero sí no acepté dinero de mi familia para empezar esto, tampoco lo haré de ti─se inclina sobre su escritorio─, saldremos de esto, pero necesito que hagas tu magia y firmes ese papel, ¿de acuerdo?
Asiento derrotada y salgo de su oficina.
Tengo demasiadas cosas en la cabeza como para agregarle problemas laborales, pero supongo que no puedo hacer más que aceptar e intentar apoyar a Markel.
Cuando salgo del ascensor en el piso correspondiente, puedo ver a Tanner recargado en el escritorio de Lina con una sonrisa que podría reconocer en donde sea, y a pesar de todo, admiro su insistencia.
─¿Ya terminaste de diseñar la portada que te pedí, Sheppard?─Tanner se endereza al oír mi voz─, porque por tu bien, espero encontrarla en mi escritorio.
─Si, ya está terminado... jefa.
La satisfacción que me da oír la última palabra salir de sus labios es francamente indescriptible, me hace querer sonreír y casi me hace olvidar el mal sabor de boca que me dejó la conversación con el hermano mayor de Alex.
Estaría mintiendo si dijera que la única razón por la que contraté a Tanner es que tiene que amarrarse la lengua en la oficina y tenerme aunque sea un poco de consideración, pero no puedo negar que disfruto de eso más de lo que debería.