Culturas

Chupícuaro

Recreación de elementos iconográficos contenidos en la cerámica Chupícuaro para su aplicación en el diseño actual a partir del empleo de métodos tradicionales y nuevas tecnologías como herramientas.

Durante un esplendoroso período que cubrió aproximadamente 3,000 años, los diversos pueblos y culturas que habitaron el territorio actual de la República Mexicana desarrollaron tradiciones con un carácter propio. Crearon obras artísticas, que actualmente constituyen el invaluable tesoro cultural del pueblo de México. Habitualmente se ha determinado una segmentación cronológica aproximada de tres períodos u horizontes que comprenden las fases más importantes: el Preclásico Tardío (400 – 100 a.C.); el Preclásico Terminal (100 a.C. – 300 d.C.) y el Clásico (200/300 y 900 d.C.). Los aspectos más sobresalientes del desarrollo artístico precortesiano se encuentran en la arquitectura, la escultura, las pinturas murales, las artes gráficas, (códices) y las artes decorativas (cerámica, metalistería y tejidos).

Un ejemplo de la diversidad artística de las culturas mesoamericanas en los períodos históricos enmarcados, lo constituye la plástica de Chupícuaro que produjo gran cantidad de vasijas y figurillas de fino acabado y decoración, gracias a lo cual se le considera una de las más bellas de México y del mundo, reconocida por los especialistas y el público en general. En los museos nacionales como el de Antropología de la Ciudad de México, el de la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato, los de Acámbaro, Morelia, Monterrey, Guadalajara y museos extranjeros, tales como: Museo de Antropología de Barcelona, Museo de Antropología de Madrid y el Fied Museum de Chicago (sólo por mencionar algunos) se exhiben abundantes piezas de este arte cerámico.

Probablemente, la influencia artística del Guanajuato de hoy, proviene del aporte de las distintas culturas prehispánicas que presentan variaciones en los detalles, pero todas expresan una misma actitud fundamental, su propio leguaje artístico y un idioma plástico con un repertorio formal. En esta zona conviven las naciones trashumantes Chichimeca procedentes del norte, asimismo, se encuentran llegados de la zona occidental mesoamericana los Tarascos o Purépechas entre otros grupos de origen Yuto-Azteca, Otomí y Tolteca.

El impacto causado por la llegada de Hernán Cortés a los territorios mexicanos provocaron de forma general una recesión en la evolución de las manifestaciones artísticas del período posclásico mexicano, en especial en los territorios que hoy conforman el municipio de Pénjamo y en los asentamientos que encuentran los españoles en su arribo a la región, básicamente en las poblaciones de Acámbaro y Yuriria, donde ya existe un desarrollo demográfico bastante representativo. Después de las incursiones de Nuño de Guzmán a dichos territorios, se puede considerar que la región abajeña, y propiamente lo que hoy integra el presente territorio de Guanajuato, inicia su colonización en 1530, lo cual, quizás, suscitó la paulatina desaparición de auténticas obras artísticas de dicha civilización. No obstante, en los últimos años se ha rescatado una considerable cantidad de vasijas y otros objetos de cerámica de gran valor artístico.

A pesar de que la cerámica es una pequeña muestra para identificar y reconocer una cultura, resulta muy importante, tanto por su indestructibilidad a través del tiempo como por su manufactura, diseño y decoración que implican tradiciones e ideologías específicas.

El Estado de Guanajuato se ubica en el centro de la región mesoamericana. La vida sedentaria comenzó en Chupícuaro donde se desarrolló una nueva cultura que intercambió algunos elementos artísticos de los pueblos de Mesoamérica. La cultura Chupícuaro toma su nombre del sitio localizado cerca de río Lerma, hoy cubierto por la Presa Solís cerca de Acámbaro, Guanajuato. Es compartido en comunidades académicas extranjeras, la confusión de que Chupícuaro sea de Michoacán por llevar este calificativo un asentamiento situado en los márgenes del Lago de Pátzcuaro, cuyo nombre significa “el lugar donde el cielo es más azul”. El asentamiento del poblado del Chupícuaro en Guanajuato se encuentra realmente en las inmediaciones de Acámbaro como se ha especificado con anterioridad, en el cual se desarrolló una producción de piezas de cerámica caracterizadas por su belleza y fina tecnología, representativa de la cultura Chupícuaro. La misma, corresponde a los períodos preclásico superior y principios del clásico.

En el territorio de Guanajuato, existen otros asentamientos importantes de tradición Chupícuaro en Yuriria, Comonfort, Pénjamo, Jerécuaro, San Miguel Allende, Los Morales y Coroneo, entre los más importantes, en los cuales la cerámica, la orfebrería, la alfarería y los tejidos alcanzaron un alto grado de creatividad. Las diversas formas de expresión artística, fueron utilizadas por las sociedades antiguas del centro norte del actual Estado de Guanajuato. La cerámica tradicional de la cultura Chupícuaro, muestra un desarrollo de tipos, que a la larga, influyeron en la región de forma trascendental. Un ejemplo significativo se encuentra en los sitios arqueológicos de Plazuelas, Cañada de la Virgen, Peralta y el Cóporo, en cuyas excavaciones se han encontrado vasijas y otros implementos dentro de la arquitectura monumental en los que se pueden apreciar rasgos representativos ésta cultura.

La cultura Chupícuaro es de gran importancia en la subregión mesoamericana, llamada Occidente de México, con una amplia distribución en varios estados y evidentes influencias en el Altiplano Central. En tal latitud, han sido recuperadas cantidades de esta cerámica, base de los desarrollos cerámicos posteriores, incluso de otras regiones, de tal manera, lo más importante de esta cultura es la trascendencia en el uso de espacios y rituales funerarios. Referente a las ofrendas funerarias de Chupícuaro la arqueóloga Dolores Flores Villatoro señala:

Chupícuaro es uno de los sitios arqueológicos del Occidente de México, donde se llevaron a cabo numerosas excavaciones, y la mayoría pusieron al descubierto áreas de inhumaciones; se rescataron cerca de 400 entierros donde se hallaron ofrendas que comprenden aproximadamente 1300 vasijas y mil figurillas, además de otros materiales, entre los que hay: metates y molcajetes de piedra; adornos e implementos de hueso; collares y colgantes de concha; puntas de proyectil y navajas de obsidiana; instrumentos musicales, vasijas miniatura y orejeras de arcilla.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.