Las damas de compañía podían viajar libremente entre su lugar de trabajo y su hogar.
Cuando el día comenzó a llegar a su fin, Lauren se dirigió en silencio a su residencia.
Su normalmente tranquilo hogar estaba repleto de hombres de mediana edad esta noche.
Después de cambiarse de ropa, Lauren entró en la habitación en la que ellos se encontraban.
Un hombre la notó al entrar y la llamó por su nombre.
"Lauren."
Era su padre.
Una delgada e irónica sonrisa se formó en la cara de Lauren.
"Padre, volviste temprano."
Dijo Lauren.
Ella miró a las demás personas en la habitación.
El padre de Lauren, el duque Witherford, respondió:
"La situación terminó de esta forma. Vinimos temprano para evitar sospechas."
"Eso fue sabio de tu parte."
Comentó Lauren.
"Cierto, ¿Cuál es el estado del Palacio de la Reina?"
Dijo el duque Witherford.
La suave frente de Lauren se arrugó ligeramente.
"Nada bien."
Dijo.
"¿Qué significa eso exactamente, señorita Lauren?"
"Exactamente lo que dije... Las extravagancias de la Reina solo siguen volviéndose cada vez más extremas. ¿Sabes lo que pasó hoy? Ella se cambió de vestido cinco horas después de habérselo puesto solo porque ya había salido afuera con él."
La voz de Lauren comenzó a agitarse mientras hablaba.
"Y eso no es todo. Los lujosos objetos que la Reina está comprando van en aumento, tanto en número como en valor. ¿De dónde creen que sale todo ese dinero que gasta en cosas tan frívolas, señores? De las bóvedas del imperio. Lo que la Reina está haciendo no es nada diferente al acto de lanzar todo el imperio hacía la ruina."
"Sin embargo, ¿No está haciendo un buen trabajo?"
Dijo uno de los nobles.
Lauren sonrió con repugnancia.
"Eso es verdad. No hay lugar para la duda. Ella no es solo habilidosa, sino que es una maestra manejando a la gente. Conoce cuales talentos necesitan ser usados en los lugares óptimos. Eso es algo por lo que ciertamente podríamos necesitarla."
Pero casi inmediatamente, una negativa salió de los labios de Lauren.
"Incluso así, su extravagante estilo de vida es tan horrible que es imposible ignorarlo. ¡Sin mencionar que los ciudadanos del imperio han estado sufriendo de una sequía a nivel nacional! ¿Cómo es posible que la reina de un imperio ponga sus deseos y caprichos por encima de los pobres y los necesitados?"
Todos asintieron con aprobación.
Lauren continuó con voz fría.
"Ella no está en esa posición para manejar los asuntos del palacio de manera sobresaliente. Ella es la Madre del Imperio. Es difícil decir que la actual Reina está actuando de acuerdo a su rol."
"Estamos de acuerdo con usted, señorita Witherford."
"¿No es por eso que estamos hoy reunidos aquí?"
Ante esas palabras, los demás nobles asintieron.
Otra persona comenzó a hablar.
"La Reina solo se preocupa por ella misma. Nuestro objetivo común es destronar a tal egoísta reina, ¿No es cierto?"
"Eso es correcto."
Dijo el duque Witherford con una sonrisa irónica.
"Sin embargo, como todos sabes, para poder tener una revolución, necesitamos tener una razón válida. Si tratamos de tomar acción sin una, ¿Quién va a creer que nuestro propósito es de naturaleza noble?"
"Incluso así, no será suficiente con solo la Reina, su Gracia. Tiene que ser por algo directamente relacionado con El Emperador."
Lauren, quien había estado escuchando en silencio, interrumpió.
"Eso se puede arreglar."
Dijo con voz clara.
"El Emperador ordenó que ejecutaran a la antigua reina, Petronilla, y a su familia. Todo para hacer que su amante se volviera reina."
Y probablemente él no sabe qué tan tonta fue esa decisión.
Lauren sonrió en secreto.
"Y como todos saben, los Grochesters fueron leales al imperio hasta el final. ¿Qué tan poco cuerdo uno debe estar para tomar tal decisión?"
"Eso es cierto."
Dijo el Duque Witherford con una sonrisa.
"Eso es cierto, señores. La salud mental del Emperador se está deteriorando junto con su habilidad para tomar decisiones. Es por eso qué eliminó a una familia leal e instauró a horrible moza como reina."
"Una pregunta."
Dijo una persona de entre los nobles.
"¿No es una situación muy peligrosa? Después de todo, tal persona está gobernando este reino."
Sonidos de aprobación se escucharon en toda la habitación.
"Estás en lo correcto. Si él está en tan mal estado, entonces es natural que alguien mentalmente sano tome su lugar."
"¡Sí!"
Mientras todos estaban hablando con emoción entre ellos, Lauren sonrió para sí misma.
Eventualmente, El Duque Witherford calmó el ambiente.
"¿Cuántos soldados hemos podido reunir?"
Preguntó.
"Los suficientes, Su Gracia. Incluso con solo los guardias privados de los nobles de clase alta, tenemos una cantidad considerable. Si podemos reclutar a al menos uno de los porteros del palacio, no será difícil tomar El Palacio de la Reina."
"Hay muchas personas en el palacio que están tratando de liberarse de la tiranía de La Reina. La Reina es la esposa del Emperador, por ende, es como si ambos fueran una sola entidad. Estoy segura de que esas personas cooperarán con nosotros."
"Debo decir que esto está yendo tan bien que estoy un poco preocupado."
Dijo El Duque Witherford en tono burlón.
Lauren seguía sonriendo.
"Eso es porque la situación está enormemente a nuestro favor."
Dijo.
"Además de eso, el doctor imperial dijo que su Majestad se ha estado sintiendo ansioso desde la ejecución de La Reina Petronilla."
"Parece que es el momento perfecto."
Era definitivamente el momento perfecto.
Lauren sonrió al mismo tiempo que otro noble comenzó a hablar.
"Aunque no me gusta demasiado la idea de que el nuevo emperador no será un descendiente directo, ¿Qué más podríamos hacer? Un golpe de estado exitoso no será considerado un crimen."
Editado: 02.08.2024