"Santo cielo. ¿Te enamoraste de ella sin siquiera saber quién era?"
Wilter miró a Rothesay con lástima y este último esquivó su mirada.
"No tuve tiempo para preguntarle su nombre. Se fue de inmediato."
Dijo Rothesay débilmente.
"¿Cómo la conociste?"
"Hubo un pequeño... accidente en el camino. Ella estaba en el otro carruaje."
"Oh, esto es algo romántico."
Wilter se quitó la toalla mojada que tenía en la frente y miró a Rothesay con interés.
"¿No tienes alguna pista?"
"Ella tiene cabello rojo ardiente..."
"Deja de hablar así. ¿Acaso estás escribiendo una novela?"
"Cabello rojo, ojos dorados."
Dijo Rothesay.
"Lo simple es lo mejor."
Wilter sonrió y luego ofreció una solución.
"Escúchame, Ro. Tengo una buena idea."
"¿Cuál?"
"Pronto será el Día Nacional de la Fundación. ¿Cierto?"
"Sí."
"La mayoría de las mujeres jóvenes estará ahí. Como en cualquier fiesta social, es un buen lugar para ellas para encontrar esposo."
Dijo Wilter con ojos brillantes.
"Eso supongo."
Respondió Rothesay confundido.
"Así que, deberías ir esta vez."
"Pero no estoy seguro de que pueda encontrarme de nuevo con ella allí."
"Pero si estás encerrado en tu habitación todo el tiempo, ni siquiera tendrás oportunidad alguna de encontrarte con ella. Las posibilidades serían iguales a cero."
Wilter tenía razón.
Rothesay asintió en señal de aprobación.
"Ha pasado un tiempo desde que fui a una fiesta como esa."
"¿Estás fanfarroneando, mocoso?"
Dijo Wilter con voz ronca.
"Si hubieras asistido más regularmente a fiestas, puede que la hubieras conocido antes."
"Quizás."
Dijo Rothesay con voz apagada.
"Ella estará allí, ¿Cierto?"
"Sí. A menos de que ella sea más recluida que tú."
Se burló Wilter.
"Algo más preocupante: ¿Qué tal si ella ya está comprometida con alguien? O quizás sea una mujer casada."
"Hmm..."
Tarareó Rothesay.
Wilter hizo esa pregunta sin darle mucha importancia, pero Rothesay estaba verdaderamente preocupado por eso.
Wilter fue sorprendido por la seriedad inesperada de su amigo.
"¿Por qué das eso por hecho ahora? No conoces nada acerca de ella."
"Tienes razón."
Dijo Rothesay, y luego habló con voz clara.
"Voy a comenzar por el Día Nacional de la Fundación."
***
"¿Dónde está ella...?"
Rothesay no había asistido a una fiesta en un largo tiempo, por ende, todo le parecía extraño y desconocido, incluso aunque había asistido a unas cuantas antes.
Ahora que el poder Imperial había cambiado de manos, puede que el estilo de las fiestas también haya cambiado.
A la última que había asistido fue a la de la coronación de Lucio.
Wilter golpeó a su amigo en el costado.
"¡Deja de mirar a todas partes! Pareces bizco."
"Cállate."
Dijo Rothesay sin rodeos.
"¿Cómo vas a encontrarla entre esta multitud? ¡Es más fácil encontrar un oasis en el desierto!"
¡O encontrar una aguja en la playa!
Rothesay dejó a su amigo con su constante mar de quejas y se movió hacía el otro lado de la fiesta solo.
Pensó que podría encontrarla, no, él se aseguraría que la encontrara.
Ella tenía una apariencia que destacaba.
Especialmente su cabello.
Rothesay recordaba con claridad su cabello rojo.
Era algo que podía ser visto desde lejos.
Así que, solo tenía que buscar un poco más.
Solo un poco más...
"¡Ah!"
Alguien cayó al piso con un grito.
Al mismo tiempo, Rothesay sintió que algo impactaba con su cuerpo y tropezó hacía atrás.
Sorprendido, miró hacía la persona con la que había chocado.
¿Huh...?'
Alguien que lucía familiar, no, alguien que Rothesay realmente quería ver estaba en el suelo.
Ella probablemente había estado sosteniendo un cóctel, ya que algunas partes de su vestido se veían mojadas y oscurecidas, pero por fortuna su copa no se había roto.
"Urgh..."
Murmuró ella irritada mientras miraba el desastre.
Si el destino existía, entonces esto era obra de él.
"¿Está bien, mi señora?"
Dijo Rothesay con voz temblorosa.
La mujer lo escuchó y naturalmente levantó la cabeza, y Rothesay sintió que su corazón latía con suma fuerza.
"¡Oh!"
Exclamó ella después de reconocerlo.
"¡El carruaje de ese entonces! ¿Cierto?"
Ella me recordaba.
Rothesay sonrió, pero no dijo lo que pensaba en voz alta.
"Tome mi mano, por favor, mi señora."
Dijo Rothesay con voz amable, y le ofreció su mano.
"Ah... Sí."
La mujer tomó su mano y se levantó.
Quizás no pesaba mucho, pero Rothesay no sintió mucha fuerza venir de parte de su mano.
'¿Por qué está tan delgada?'
Se quejó Rothesay en su mente.
"Me disculpo, mi señora. Debería haber sido más cuidadoso, pero en lugar de eso le causé un inconveniente."
Dijo Rothesay suavemente.
"Oh, no, buen señor. Yo también debí haber estado más atenta de mis alrededores. Ahora entonces..."
'¡No!'
Rothesay gritó en su mente.
Ella trataba de irse de nuevo.
Si la dejaba ir ahora, él sería el idiota más grande del mundo.
No podía dejarla ir esta vez.
Al menos... al menos ella tenía que saber cuál era su nombre.
Rothesay rápidamente le agarró el brazo.
"Espere, por favor."
¡Bien hecho, Ro!
Mientras Rothesay admiraba su propio coraje, la mujer se quedó mirándolo con una expresión indescifrable.
Rothesay le habló con una sonrisa gentil.
"Creo que esto estuvo destinado a pasar."
"..."
"¿No hay un dicho que dice que incluso el pasar al lado de alguien es considerado parte del destino?"
Rothesay decidió presentarse a sí mismo con voz temblorosa.
"Soy Rothesay Aile Le Braddington."
Editado: 02.08.2024