CAPITULO VIII
La caja cofre de diez por trece por ocho centímetros de longitud, se mostraba hermoso y delicado, ante los ojos de la muchacha; estaba diseñado con madera de caoba, rojo purpura semi-oscuro de saturación moderada con cuero repujado. En su tapa y en bronce aparecía la figura de un dios cultural, con dos caras mirando a ambos lados de su perfil al que se le atribuye la invención del dinero, la navegación y la agricultura que custodia el Universo, dios de las fuentes, cascadas y pozos, y por su frente, el dios Pan, la figura de un hombre con cuernos y piernas de carnero, señor de los bosques, de los animales y de la fertilidad, cuyo destino es ayudar de forma mágica a la Doncella Tierra para que, en primavera, surjan del suelo los poderes vitales y contribuya al crecimiento de las plantas y ante la inquietud por conocer, haría uso de las indicaciones contenidas en la carta y tocando el pestillo oculto en el tercer cuerno de la figura del astado se destrabaría la tapa y al mirar en su interior un pañuelo de lino blanco envolvía lo que parecía ocultar: un objeto cuadrado.
.-El misterio de Don Ignacio, se dijo Damary y quitaría la tela con delicadeza apareciendo un libro empastado con tapa en letra de oro, cursiva, donde se leía: Ignacio de Jesús Pineda. Herbaria de lo Oculto. Formulas, nombre científico de las plantas, árboles, aves asociadas a la sanación, enfermedades, procesos y tiempos de cura aparecían en aquel único tomo de más de seiscientas páginas, escritas a mano en hojas de hilo, con dibujos y gráficas en colores pálidos.
.-Damary, ya es mediodía ¿no has dormido? Sería la voz a sus espaldas que la sobresaltaría. Efectivamente, el trabajo de investigación e historia botánica que contenía aquel libro la había abstraído y el tiempo que pasaba de prisa se hizo corto ante el interés por conocer.
.- Dios, no lo noté. Es tan extraordinario el contenido de este trabajo que parece un tratado de medicina natural con magia ancestral. Es oír hablar a la abuela, pero con la palabra de un sabio antiguo que escribe su historia y ambas escucharían golpes en la puerta. Damary envolvería el libro en el pañuelo y lo guardaría en el baúl, mientras, Rosaura entendía el llamado, era Raúl que se apersonaba con un papel en la mano.
.-Esto es para ti, con un diario de circulación nacional en la mano señalaba una nota publicitaria resaltada en color amarillo; anunciaba el local, el día y hora de la conferencia, pero el título le llamaba poderosamente la atención. LA MAGIA DE LAS PLANTAS por Damary del Rosario Morales. Lugar: Salón de Lectura Paracelso de la avenida El Bosque. La joven sonreiría y de reojo miraría el cofre sobre la cómoda.
.-!Gracias Damary! muchas gracias y le daría un beso en ambas manos.
.-Damary, sonriendo, lentamente le daría un beso en la mejilla.
.-Las gracias te las debo a ti y a la profesora Madrigal.
.-Te amo Damary y no sabes cuánto, me alegro que hayas cambiado de opinión.
El salón Paracelso lentamente se iba llenando; Damary vestía blusa blanca y en su falda, motivos con flores y plantas; sobre la mesa de centro un mantel y un jara de vidrio con agua y un vaso. Cuando el presentador del evento hizo el anuncio de la conferencista y leer su curriculum, ella, al levantar la mirada vio entre el público a Gustav Taboch, sonriente, al lado de Raúl. Un sobresalto la obligó a titubear en las palabras al comenzar su disertación y, a llevarse un trago de agua a la boca:
.-La razón para la curación es tan antigua como la edad de la tierra y un mecanismo de investigación y de experimentación para alcanzar la salud. El correcto empleo de las fuerzas de la curación y de la facultad de curar parte de la infancia que viví en el pueblo de Juntas, mi abuela era curandera, sanadora o hierbatera, pero es en esta generación que se puede hablar de leyes de la curación no convencional e indicar que las causas de las enfermedades son originadas a través de tres cuerpos internos que se acoplan al físico, asolan la estructura humana y causan un sinfín de sufrimientos, y hacen que el ser humano atraviese el portal que conduce al mundo de la existencia incorpórea, es decir la muerte o abandono de la nave que recubre nuestros órganos, piel, huesos, músculos. Una vez recuperada del sobresalto, las palabras salían dulcemente de la boca de la muchacha, en tono suave y melodioso, con un poder de convencimiento que el auditorio recibía entusiasmado a pesar de la edad de la joven.
.-Cuando entramos en el reino de la curación, penetramos en un mundo de conocimiento escondido, secreto, con infinidad de conclusiones y enfrentamos las formulaciones de innumerables mentes, que en el transcurso de las épocas han tratado de curar y ayudar. Los iniciados en la Sabiduría Eterna son necesariamente sanadores, aunque quizá no todos curen el cuerpo físico. La conferencia había llegado a su fin y se abría el espacio para preguntas, cuando desde el público una mujer solicitó el derecho de palabra.
.-Inicialmente usted aseveró que la música Rock metálica es satánica y no he escuchado nada sobre el particular, aprovechando que se encuentra en este sitio el músico rockero Gustav Taboch, le pregunto ¿es él un satanista? Raúl palidecería en el lugar donde se encontraba y Damary, sin inmutarse, respondería: