Regresar al departamento no fue una tarea fácil para mí, sobre todo porque la alusión de aquella sombra de una legión dominio me seguía a cada paso que daba por mi habitación. El momento de miedo había pasado, pero la sensación persistía a mí alrededor; como parecían persistir todos los problemas que encontraba en mi camino.
Era realmente un imán para ese tipo de cosas sin resolver.
Me alisté rápidamente e intenté no demorar más de lo necesario para no levantar sospechas, ahí mismo. El departamento se había vuelto un campo de concentración de inmortales desde aquella noche en que los descubrí a todos.
A veces echaba en falta la ignorancia y las épocas en que todo lo ignoraba.
― ¿Ya te vas de nuevo? ―Ari estaba apoyada en el umbral de mi puerta―. ¿Es muy importante? Quería hablarte de algo que hemos estado posponiendo hace mucho... ¿De dónde sacaste esto?
Ella se apresuró a tomar el collar que se había caído tras quitarme mis jeans; el mismo que tomé de su arcón. Su expresión me dijo que ella tenía conciencia de la existencia de él.
» ¿Revolviste en mis cosas?
― ¿Es tuyo?
―No... no, no es mío ―ella lo guardó en su bolsillo y aclaró su garganta dando tramos en mi alcoba―. Le pertenecía a alguien que conocí hace bastante.
― ¿A quién?
― ¿Por qué tu interés?
― ¿Qué? ¿Tú sabes qué es eso? Ari, la sombra que apareció hoy en el departamento lo hizo en el minuto en que toqué ese collar. Es Bael, un presidente de legión demonio... ¿no es así?
Ella no respondió, continuó viéndome con su expresión inmutable. Tomé un paso de ventaja hacia ella y noté su nerviosismo.
»Es igual al collar que me dio Landon para protección.
― ¿Tienes un collar? Pero aún no respondes a tu energía, ¿qué demonios haces con un collar de Malphas?
Ariadna reaccionó con agresiva sorpresa y me limité a retroceder el paso que había dado antes. Los ojos de la morena no lo notaron, pero sí notaron su repentino carácter brusco por mi expresión.
O tal vez, el hecho de que había dado más información de la que yo había proporcionado.
― ¿Cómo sabes a qué legión pertenece Landon? ―Inquirí, el tono de mi voz apenas perceptible. Ella respiró hondamente y se aseguró de cerrar la puerta de la salida―. ¿Ari?
― ¿Recuerdas que te dije que te notaba rara? Ahora sé por qué estás así ―su voz era perfectamente neutral, diferente a la suya―. Es el collar, Sel, tienes que quitártelo.
― ¿Qué?
―Landon tiene un poder sobre ti a través de eso, tienes que quitártelo ahora mismo. ¿Hace cuánto lo llevas contigo?
Ella avanzó hacia mí, y su cercanía no me gustó para nada, más bien se sintió como una amenaza a mi espacio. Pero se trataba de Ari, mi mejor amiga y protectora, no podía sentirme amenazada por ella... ¿verdad?
―Desde... ―retrocedí un poco―... desde que Landon supo de ustedes.
―Eso es mucho tiempo, llevas semanas con él, podría haberte expuesto a mucho si no tuviste cuidado, como imagino que pasó.
― ¿Qué...?
―Ahora entiendo por qué tu energía está tan exaltada, por qué crece a nuestro alrededor constantemente. Selene, ¿no te has sentido diferente desde que te lo dio? ¿No sientes que eres más sensible a todo lo que te rodea? Como si te fortalecieras... ¿tal vez?
Mi mente intentaba procesar lo que sucedía tan rápido como se lo podía permitir. La amenaza de Ari había pasado a un segundo plano en esos momentos; embistiendo en mi cabeza, imágenes de las cosas extrañas que se habían dado a lugar luego de obtener el collar.
Sin lugar a dudas mi energía estaba exaltada todo el tiempo, pero con Landon parecía calmarse completamente. El dominio de la misma parecía sólo realizarse en su presencia, ya que con Seth era un caos desenfrenado de emociones y distracciones.
¿Landon habría manipulado la energía del collar?
Ariadna continuó evaluándome en silencio a medida que tomaba el espacio entre ambas a su antojo.
»Todo eso debió dejarte exhausta, eso explica la cantidad de horas que duermes. ¿No lo has sentido? Seguramente debes caer en un sueño profundo cuando te recuestas, ¿no es así?
El silencio fue mi única respuesta mientras ella continuaba exponiendo dramáticamente los sucesos que sospechaba, habían expuesto mi energía.
Recordé cada noche en que regresaba al departamento con Landon, la energía me devastaba en apenas unos segundos y dormía plácidamente hasta el otro día. Ya no tenía pesadillas, había quedado en un tercer plano tal vez, porque ya no podía recordar haberlas tenido.
»Sel, tienes que quitártelo ahora mismo.
Ariadna extendió sus brazos y sus manos impacientes se acercaron a mi cuello.
―Aguarda ―me retiré de inmediato y tomé el collar con mis dedos, la insignia de galena brillaba con orgullo en mi pecho―. No puede ser Landon, él no debe saberlo.
― ¿Qué...? ¿Hablas en serio? Es obvio que ha hecho esto para...
― ¿Para qué? ―La interrumpí―. No es como si a él le beneficiara tenerme en su legión, se alegró mucho cuando creyó que quienes estaban detrás de las sombras eran otros presidentes de legiones.
―Lo imagino ―ella bufó incrédula―. Pero ustedes son únicos en su especie, ¿no es así? Él está en la cima de la legión demonio con el Consejo, tú estás aprendiendo sus técnicas demasiado rápido. Apuesto a que eso sí le beneficia a tu raza.
Lo había escuchado antes de él, era cierto. Landon estaba preocupado por los suyos y los que habían muerto en manos del cuerpo celestial. Sabía que demostrarles a todos que podíamos ser mejor estaba en sus planes, por ello se esforzaba por mantener mis errores al margen de la conciencia del Consejo.