Abigail [Alma rota]

Creo que descubrí el infierno. 

El infierno en una persona. Una, o varias.

Este infierno me arrastra por la oscuridad. 

Siento que me duele algo más que el corazón, que me duele el alma, y estoy entendiendo que no sirve de nada tratar de ser buena en un mundo tan malo y perverso, ya lo entiendo, que la vida no va a tener piedad conmigo. 

Entiendo que, entre más trato de traer luz a mi vida, más me arrastra la oscuridad.

Que mi alma ya no le teme a la muerte, y mi cuerpo la espera con ansias.

Y no. No sirve de nada llorar todas las noches suplicando que deje de dolerme al menos un poco. 

Suplicar nunca sirvió de nada.

Todos pasamos por un infierno distinto, todos afrontamos los problemas de la vida de una manera diferente, otros siguen buscando luz, mientras que otros se dejan arrastrar por la oscuridad, por sus demonios, por todo lo que los atormenta. 

También están los que dejan salir sus monstruos, y lo hacen con orgullo.

Y esa gente que es oscuridad también fue luz en su momento, pero en la vida solo hay diluvio y tormentas, sin paz, y tomas decisiones buenas o malas en base a toda tu experiencia, en base a todo tu dolor. Porque si, a todos nos pesa y nos duele el alma en grados distintos, ese es el peor dolor de todos, peor que el del corazón, porque el alma siempre será eterna, siempre tendrá heridas y grietas que lo acompañaran en toda su existencia, y su existencia es eterna, aunque olvidemos.

Cuando la mente no recuerda, el cuerpo y el alma si lo hacen. 

¿No entiendes? Descuida, lo entenderás pronto. 

Entre tanta calma fingida yo estaba deseando encontrar eso que me haga sentir viva de nuevo, eso que me impida acabar con mi vida, aunque sea de forma perversa, aunque sea en un hermoso danger.