Capítulo 26

Lion.

Las manos me tiemblan y rápidamente mi cabeza se llena de escenarios desastrosos y fatalistas, pero no dejo que nada de eso me frene al momento de comenzar dirigirme hacia el enorme y descuidado edificio que se encuentra situado a pocos metros de dónde me encuentro.

El edificio Moon.

El lugar en el que según me esperaría Arthur para hacer el trato.

El lugar... en el que él más bien... tomaría venganza, o tal vez no. Mi plan es cambiarle los suyos.

Tiento mi bolsillo trasero con mi mano y un extraño e incorrecto alivio me inunda de pies a cabeza al corroborar que aún contengo cierto objeto conmigo. Este de inmediato me hace sentir más nervioso, más por su peligrosa fragilidad. No entiendo cómo este no se afectó o se detonó al momento de yo recibir el impacto en el auto, pues desde que subí a él no lo solté. Es fundamental para la conclusión de lo que he planeado al lado de Dylan. Es a lo que ahora me aferro para poder continuar con esto, pues aunque sé que el tener que recurrir a él para solucionar algo que ya está más que jodido, es una mierda, ya no lo puedo descartar, no ahora que me encuentro solo y muy cerca de enfrentar a ese maldito.

No puedo arrepentirme, sería un esfuerzo en vano.

Tendré que arriesgarme con esta alternativa...

- Sólo espero que funcione...- susurro para mí, de inmediato me percato de mi voz tan quebrada, supongo que esta afectada por los nervios, por la euforia que ahora se ha acaparado de todo mi ser ante la espectativa.

Inspiro profundo y después de pasar por un amplio portón oxidado y ruidoso a la hora de empujarlo, me encuentro con un par de hombres que, al parecer, ya me esperaban. Estos armados hasta los dientes, pero apesar de eso y de sus cuerpos robustos e intimidantes, logro apreciar como igual se sorprenden por mi presencia.

Me quedo de pie cerca de la entrada, manteniendo toda la calma posible, pero esta llega un poco a mí al percibir el peso de cierto objeto en mi bolsillo. Esto me ayuda a sentirme un poco seguro ahora, pues recuerdo con ello de que aún tengo una salida, de que aún tengo una solución, aunque drástica, pero es que estos malditos no me han dejado otra opción y con lo que ha hecho Arthur al enviar a esos hombres a atacarme como lo hicieron hace un rato... no puedo confiarme, no después de haberme demostrado que seguirá ahora más que nunca con su mierda.

No estaremos seguros si él sigue con vida. Mi hijo y mi Monstruito no lo estarán si no termino con él de una vez y para siempre...

Tengo que seguir firme con esto...

Tengo... tengo que calmalme.

Tengo que...

- Miren, pudo ser más rápido. Pensamos que tendrías un poco de problemas al venir.

- No fue para tanto. - le respondo al mastodonte que ahora ha avanzado hacia mí. No puedo evitar darle miradas fugaces al arma que ahora trata de disimular al mantener en su bolsillo de su saco. Desvío mi mirada de ahí para enfocarla en la suya después -. Gracias por la presión, por cierto, pero no era necesaria la compañía extra. Ya le había asegurado a su jefe que estaría aquí este día.

- Sólo fue un... seguro, Bennett. - dice el hombre de traje que aún esconde el arma. Noto cómo después se acercan los otros tres a paso cauteloso. No dejo que eso me abrume sin embargo -. Nos ha comentado Arthur que eres muy escurridizo, y astuto a la hora de aplicar una nueva sorpresa.

- Es un honor que lo reconozca y que lo comparta con ustedes, caballeros, pero una llamada hubiese bastado si necesitaban mi presencia antes de lo acordado. - saco con cuidado mi celular del bolsillo de mi pantalón, este ya destrozado de la pantalla. Al menos pudo funcionar al momento de enviarle un último mensaje a Frank acerca de lo que se había desatado. Espero que de verdad haya podido verlo y ya haya sacado a mi familia de aquí. La duda sobre eso es lo que más me está matando en este momento por dentro.

El hombre frente a mí suelta un suspiro al ver mi destrozado teléfono. Lo arrojo después al piso, este haciéndose mierda al impactar contra el concreto.

- Supongo que para eso sirven estas cosas. Agradecería mucho si utilizaran este método la próxima vez. Mi auto también se los agradece, por cierto.

- No exageres, Bennett. No estuvo tan grave. Deja de fingir que te has desacostumbrado a este tipo de persecuciones. Arthur también nos ha comentado lo mucho que las vivías incluso antes de trabajar con él. Todo un genio estratega a la hora de escapar de la policía por asaltar tienditas de dulces. Bien hecho - la manera en la que comienzan a reír después sólo logra hacerme enfurecer más. No quiero verme afectado por eso, pues sólo yo sé el porqué hacía todo eso, y aunque sé que sigue sin tener perdón, solo puedo explicar que me encontraba desesperado por no poder llenar la barriga de mi hermana. No quiero darle importancia a sus burlas, pero que lo hagan con algo así me está haciendo perder la poca paciencia que me queda -. Vaya que siempre has sido rudo y no lo dudo, has llegado entero aquí. Eso sí que es impresionante.

- Ya basta de parloteo sin sentido. Ahora quiero que me expliquen en donde demonios se encuentra ese bastardo y el porqué si según quiere acabarme por él mismo... recurrió a esos otros infelices para atacarme a medio camino.

- Cómo ya te lo han explicado, Bennett... Eso fue para asegurarnos de que vinieras. Estábamos ansiosos por tu visita y no queríamos decepcionarnos si algo con nuestros planes de encuentro fallara.

Trato de mantenerme firme en mi lugar y de no sucumbir a mis deseos asesinos cuando miro cómo Arthur aparece de pronto por el gran pasillo que se encuentra detrás de los hombres. Este acompañado de otros dos y de....

Maldición....

No...

Tiene que ser una maldita broma...

- Ya tenía algo así anticipado. Sinceramente... pensé que esta vez harías las cosas como habíamos quedado, pero nunca dejas de sorprenderme Bennett, tristemente sigue siendo así.