El comienzo
Alex (Alexander)
- Joder
Pensé mientras me agarraba de mi cabeza al levantarme de una cama que no era la mía
Examine toda la habitación con el ceño fruncido, por suerte nadie estaba en ella y podría huir fácilmente, tome mis cosas, pero no encontré las llaves de mi moto así que salí de la habitación y fui en busca de ellas
Al llegar a la sala en donde se podía ver todo el desastre después de celebrar mi triunfo en la carrera de anoche en donde Ashley mi mejor amiga me convenció de ir , pero como era costumbre ella no se había quedado al revisar mi móvil me di cuenta que era lunes en la mañana
- Joder, si llego tarde esta vez me botaran del instituto
Mi última opción era ir al garaje para ver si allí se encontraba mis llaves, pero como era de esperarse no las encontré a cambio de ello me di cuenta de una nota pegada en el asiento de mi moto con la letra de Ashley.
Buena suerte encontrando tus llaves sanguijuela
Dejé la nota a un lado y sentí una luz en mi cara que provenía de la piscina y al acercarme me di cuenta que eran mis llaves, pero no me podía lanzar a por ellas porque era la única ropa que tenía en esa casa así que vi la red que ocupan para limpiar la piscina y con ella alcancé mis llaves y al sacarlas las limpié bien.
- Esperemos que funcione esta mierda.
Corriendo en dirección a mi moto y con el recuerdo de las palabras de mi madre que me pedía de favor que ya me gradué encendí mi moto y salí disparado de ahí.
Iba a toda velocidad cuando no me fije que alguien se atravesaba en mi camino por lo cual me hizo frenar a golpe haciendo chillar las llantas de mi moto acompañado de un ruido de libros cayéndose no escuche ni un quejido, ni un insulto de su parte creí que le había matado alce la vista y la mire ella estaba ahí recogía sus libros con las manos temblorosas y cuando nuestras miradas se encontraron.
- Cuidado cuatro ojos – dije sarcásticamente
No me contesto nada solo se ajustó sus gafas, aparto la mirada y entro al instituto
- Creí que los nerds ya no existían – susurré para mí mismo
….
Odiaba algebra
¿Quién demonios creo eso?
Pensé al entrar a la clase de la profesora Salma que también me odiaba, quien siempre me recibía con una mirada de odio y yo siempre se la devolvía.
Al darme cuenta sentí la mirada de todos en mí y al regresar a ver había tres nuevos los cuales solo dos me veían y la otra disimulaba ver el libro de algebra, pero me di cuenta que era a la que casi atropello
Cabe aclarar que los tres parecían los auténticos nerds de las películas
- Pase señor King, no tengo todo su tiempo- dijo exasperada y sarcásticamente -Listos para el examen, recuerden que es la mitad de la nota de su semestre
-Joder, ¿había examen?
Me regreso a ver uno de los mas altos de los nerds con una sonrisa amable.
- Si amigo, por cierto, mi nombre es Cristy – dijo amablemente me di cuenta que era una de los más normales de ese grupo de tres.
La profesora empezó a repartir los exámenes, me di cuenta que el chico del grupo de los nerds era uno de los más emocionados por este examen.
¿Quién demonios se puede emocionar por un examen y de algebra?
Llego a mí el examen como una condena, que ya había sido dictada a sentencia no entendia nada y pronto en mi escritorio de forma discreta una mano se deslizada y con ella dejo una pequeña nota con las respuestas del examen y con el dibujo de una pequeña araña al final de la nota y al regresar a ver de reojo Cristy me guiño.
Al terminar el examen los tres nerds fueron los primeros en irse, y me di cuenta que había terminado un examen antes de tiempo acto seguido me levanté de mi asiento y con una sonrisa maliciosa me acerca a la profesora Salma entregándole mi examen.
- Estaba regalado este examen, espero mi sobresaliente.
Y con ello Sali de ahí con una sonrisa de triunfo mientras la vieja revisaba con incertidumbre e incredulidad mi examen.