1.
Danielle
La noche de ayer no pude dormir, mi mente comenzó a divagar e imaginar realidades alternas que pudieran calmar mi estado de ánimo. Recibí esa misma noche una llamada de mi mejor amiga – Bebé, ¿estás bien? – solo escuchar su voz me hizo llorar en gran manera, había tenido guardado tanto que ya no podía más, hablamos hasta que me quedé dormida.
A la mañana siguiente me encuentro sentada en el filo de mi cama mirando mis pies, mis lágrimas caen al suelo y un dolor grande invade mi mente y mi corazón. “¡Lo Perdí!”
Golpean a la puerta del cuarto y la verdad es que no tengo ánimos de ver a nadie.
– Bebé lo siento mucho –
Apenas la escuche corrí abrazarla era Sofía mi mejor amiga desde la Universidad, no pude resistir y empecé a llorar desconsoladamente cuan calmada me hacía escuchar su voz y a la vez cuan triste me pongo al verla.
– Cómo hago para ya no sentir esto, me quema el alma, no podré sobrellevar esta situación Sofía–.
La conocí en mis primeros años de Universidad, apenas nos vimos hubo química, su genialidad y su forma de ser nos hizo ser lo que ahora somos, mejores amigas. Ella me conoce tan bien, a veces pienso que más que yo misma. Por eso entiende lo que estoy pasando.
– Volé lo más rápido que pude bebé, no quiero que te sientas sola, entiendo tu dolor y estoy aquí para ti –.
–Sofía– llorando le dije.
–Encontré al amor de mi vida pero no supe aprovecharlo, todo me recuerda a él, como quisiera verlo en estos momentos y decirle que todo lo sucedido fue un error–.
– Dany sabes que él ya no está aquí, y no creo que regrese.
– Como pude cometer semejante error, nunca podré perdonármelo, creía que hacia lo correcto, seguí mis pensamientos, aunque mi corazón gritaba por dentro-.
- Eres una tonta Danielle- mi mente grito por dentro.
***
Empecé la Universidad, había salido del colegio y todo era nuevo: nuevos amigos, nuevos maestros, nueva localidad de estudio, nueva yo. El primer día de clases admito no sabía dónde estaba parada, recorrí tres veces todo el campus y estaba sumamente atrasada para mi primera clase del día y un chico muy amable me guió hasta la facultad y mi curso, como llegué atrasada me tocó presentarme en frente de todos, “¡Sola!”, mi corazón latía a mil.
– Buenos días compañeros, mi nombre es Danielle, me es grato conocerlos y espero poder llevarme bien con cada uno de ustedes –.
Había demasiadas personas en aquel curso, nuevos rostros, nuevas amistades por hacer y conocer, estaba tan feliz y ansiosa por este nuevo comienzo.
Sin pensar que desde ese día toda mi vida cambiaría.