Capítulo 4:

- Todo está genial por aquí, incluso empecé a salir con un chico la semana pasada.- Dice Alison por la video llamada, mientras Diego y yo le prestamos atención.

- ¿Qué esperabas para contarnos? .- Le pregunto, a ver, es que antes nos lo contábamos todo. Tal vez estoy un poco molesta o dolida de que no haya querido compartir eso conmigo.

- Ahora lo estoy haciendo.

- Así que ahora tienes novio.- Dice Diego.

- No es mi novio, es un chico que estoy conociendo.

- Ya me imagino como es que se están conociendo.- Contesta él soltando una risa. Es que Alison nunca ha tenido una relación seria, eso sí, varios ligues de unas semanas y después si te he visto no me acuerdo.

- No sé a ti que te importa como es la forma en que lo conozco. Siempre te han importado más los conocidos de Eleena.- Diego hace una mueca al escuchar a Alison.

- A mí no me metan en sus peleas, yo no tengo nada que ver.- Ya estoy cansada de que siempre me involucren en sus peleas, sobre todo Alison.

- Mejor me voy.- Dice él y se desconecta.

- Alison, te pasaste, él solo estaba jugando contigo.

- Mira Eleena, me importa poco lo que intentaba hacer y no vengas a decirme como tengo que hablarle a la gente.- Cuelga y me deja con la palabra en la boca. Lo malo de las discusiones de ellos dos es que siempre yo termino implicada, por lo tanto también se molestan conmigo.

Me visto y salgo de la casa, tengo que ir a buscar a Esmeralda a casa de una amiga. Unos minutos después llego a una casa muy parecida a las de mis abuelos. Me acerco y toco la puerta. Me abre una chica que parece ser de mi edad, su oscuro pelo está recogido en un desastroso moño, pero eso no la hace para nada fea, tiene unos grandes ojos verdes que contrastan con lo oscuro que es su pelo. Me sonríe y hace un intento de arreglarse el pelo.

- Hola, soy Eleena. Vengo a buscar a Esmeralda.

- Hola, me llamo Melissa, soy la hermana de Dapne, la amiga de Esmeralda. Entra.- Se hace a un lado para dejarme pasar. Una grande salón nos recibe, veo a las niñas en el sofá sentadas.- Esmeralda, ya llegó Eleena.- Esta se levanta cuando escucha mi nombre y viene a saludarme, la otra niña también se levanta y me saluda.

- Voy a buscar mis cosas y nos vamos.- Dice Esmeralda y se pierde por un pasillo con Dapne.

- ¿ Tú sabes si Esmeralda está pasando por algún problema o su familia? .- La pregunta de Melissa me preocupa.

- Que yo sepa no, ¿pasó algo?

- Tal vez son ideas mías, pero es que la conozco desde hace tiempo y nunca la había visto tan rara. No ha querido merendar nada y ha estado medio decaída.- Eso es raro, Esmeralda es una niña muy activa.

- Voy a tratar de hablar con ella y voy a decírselo a su familia, muchas gracias por contármelo.

- De nada. Puede ser que sea una bobería, algún enamorado del colegio o las típicas cosas de esa edad.- Las niñas bajan y nos despedimos.

Cuando llegamos a la casa de los Dasch, Esmeralda va a bañarse y yo me quedo en la sala pensando en lo que me dijo Melissa, quizás hay algún problema entre sus padres o su hermano.

A la hora de la comida la llamo para que baje, ella aparece en la cocina y me parece notarle los ojos un poco rojos, como si hubiera llorado, pero no logro verla bien porque rápidamente baja la cabeza.

- Tienes que comer.- Le digo cuando la veo seguir jugando con la comida después de más de cinco minutos.

- No tengo hambre.

- Si comes aunque sea la mitad te ayudo a estudiar Matemática.

- Ya mi hermano me va a ayudar mañana.- Dice con la mirada fija en su plato, pero sin comer ni una cucharada.

- Te regalo un libro.

- Tengo muchos.- La niña si que era difícil de convencer. De pronto se me ocurre.

- Te pinto.- Al parecer no se lo esperaba por lo que levantó la cabeza y se me quedó mirando.

- ¿Sabes pintar? .

- Sí, después de comer te puedo enseñar mis dibujos.- Al final ella empieza a comer, no termina, pero come lo suficiente para estar más aliviada.

Cumplí mi promesa y le enseñé mis dibujos, le gustaron mucho, sobre todo uno en el que dibujé a Diego y Alison. Me hizo prometerle que mañana la iba a pintar. A las diez se fue a dormir, yo me quedé en la habitación como tanto insistía que hiciéramos Catalina después de las nueve.

- Eleena, Eleena.- Siento que llaman a alguien a lo lejos, pero yo solo quiero dormir, espera, dijeron Eleena, por lo tanto no llaman a alguien, sino a mí. Abro los ojos y me encuentro con una intensa mirada dorada.

- Te quedaste dormida.- Me dice Darcel, está parado enfrente mío. Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que efectivamente me quedé dormida mientras leía, "Cumbres Borrascosas".

- Lo siento- Digo todavía con la voz ronca del sueño.- Es que estaba esperando a Catalina y...- Me levanto rápido apurada para irme, lo peor es que calculé mal y al levantarme impacté la parte de arriba de mi cabeza contra la barbilla de él. Nos quejamos del dolor bajito para no despertar a Esmeralda, la cual está en un profundo sueño.

Camino para salir del cuarto y sé que él me sigue porque escucho sus pasos.

- Lo siento, soy muy torpe acabada de despertar.- Digo frotándome la zona de mi cabeza que impactó contra él.

- Ya me pude dar cuenta, si lo llego a saber no te despierto.- Dice tocándose la barbilla que está un poco roja, mis padres siempre dicen que tengo la cabeza muy dura, supongo que tienen razón.

De momento miro hacia una ventana y al ver la oscuridad de la noche, es que me doy cuenta de que debe ser tardísimo y no he hablado con mis abuelos, deben estar muriéndose de la preocupación.

- ¿Qué hora es? .- Pregunto, no sé con qué objetivo, porque yo misma podía haber mirado en mi teléfono, el cual sostengo en mi mano.

- Las doce y media.

- Me van a matar.

- ¿Regañan a la niña si llega tarde? .- Dice con la misma sonrisa de superioridad que cuando nos conocimos.

- No es que me regañen, es que les dije a mis abuelos que llegaría temprano y ya es muy tarde.- Digo logrando que decaiga su sonrisa y se muestre serio. Yo reviso mi celular y veo que tengo nueve llamadas perdidas, cuatro de mi familia y las demás de Diego.