Trato de no darle más vueltas a lo que pasó anoche, pero por más que trato de concentrarme en el trabajo siempre mi mente termina tratando de buscar una respuesta razonable a lo que está pasando.
-¿Melissa no vino a trabajar hoy? .- Salgo de mis pensamientos al escuchar la voz de mi abuela.
- Me llamó hace unas horas para decirme que no podía venir, se le presentó un problema. Se me olvidó decírtelo.
- Bueno, espero que resuelva lo que sea que le pase y tú también.- Abro los labios para replicarle, pero qué sentido tiene mentirle.
- Voy a atender las mesas.- Me limito a responder. Salgo de detrás de la barra para atender al grupo de adolescentes que acaba de entrar a la cafetería.
Cuando se van los últimos clientes me encargo de recoger todo para cerrar. Hoy hubo muchos más clientes que en todas las semanas que llevo aquí. Como Melissa no trabajó hoy me tuve que encargar de la mayoría de las mesas, a excepción de algunas que atendió mi abuela cuando terminó en la cocina, quería quedarse a cerrar pero la convencí para que se fuera a la casa, sé que debe estar muy cansada. Además no tenía deseos de llegar a la casa.
Enciendo mi celular para revisar si tengo algún mensaje o llamada. Cuando veo que tengo dos mensajes me emociono, pero el alma se me cae a los pies al ver que no es de Alison ni de Diego, abro los mensajes de mi mamá, que resulta ser un audio de menos de 10 segundos y otro de un minuto y medio.
"Ele tú abuela me dijo que te notó rara, ¿pasa algo cariño? . Sabes que me puedes contar lo que sea."
" Por cierto, no quiero colocarte mucha presión, ¿pero ya pensaste que vas a hacer? . Está muy bien que estés ayudando a tus abuelos, pero esto no puede durar siempre. Estoy segura de que serías una maravillosa diseñadora…
Detengo el audio y apago el celular.
Dice que no quiere presionarme, pero es lo único que hace. Si me hubiera escuchado alguna vez entendería que no quiero ni voy a estudiar diseñó.
Guardo todo en mi bolsa y apago las luces para salir. Me coloco los audífonos mientras voy caminado hacia la casa. Una brisa corre y por un momento tengo la sensación de estar siendo observada, me doy la vuelta y no veo a nadie, ya estoy paranoica de tantos problemas que tengo en la cabeza.
Me despierto por la luz que me da directo en la cara, trato de esconderme debajo de las sábanas. Hoy es de los pocos días que mis abuelos me dejaron libres. Desisto de dormir y me levanto de la cama directo al baño.
A pesar de que el mensaje de mi madre no me causó la mejor de las sonrisas se que tengo que contestarle y sobre todo tomar una decisión.
Agarro el celular que está en mi mesa de noche y busco el número de mi mamá. Me tiro en la cama mientras espero que conteste el celular, después de unos segundos lo consigo.
-Mami, ¿cómo están? . Oye ayer no te contesté porque llegué muy cansada de la cafetería y me quedé dormida en cuánto atravesé la puerta.- Hablo rápido tratando de explicarme y previendo la discusión que vamos a tener ahora sobre responderle el teléfono.
- No te preocupes, imaginé que estabas ocupada.- Su voz sale apagada y temblorosa.
- Mamá, ¿estás bien? . ¿Pasó algo? . ¿Papá está bien? .- Me siento en la cama angustiada por todos los escenarios que pasan por mi cabeza.
- Sí, todo está bien. Estoy un poco resfriada, es una bobería, no te preocupes.
Su respuesta no termina de tranquilizarme pero si pasara algo importante estoy segura de que me lo contaría.
Seguimos hablando mientras me hace un millón de preguntas del pueblo, la cafetería y mis abuelos, milagrosamente no cae en el tema de que quiero hacer con mi futuro.
Terminamos de hablar y bajo a desayunar a la cocina. Son más de las ocho por lo que deben estar en la cafetería. En una de las encimeras hay una nota:
"Te preparé tarta de limón para que desayunes. Seguro no resuelve lo que sea que te tiene preocupada, pero estoy segura de que hace que sonrías" .
No puedo evitar sonreír leyendo la nota de mi abuela. Busco la tarta para comer un trozo. Siento mi celular sonando y me sorprende ver el nombre de la persona que me llama.
-Hola- Contesto.
- Ele, hola. ¿Cómo estás? . Necesito pedirte un favor.- La voz de Catalina se escucha agitada, además de algunos autos que se sienten de fondo.
- Claro, ¿qué necesitas? .
- ¿Podrías pasar por Esme al colegio y cuidarla hasta que llegue? .
- Por supuesto, yo me encargo de buscarla a la hora de salida.
- Otra cosa, si puedas llévala a tu casa, es que Darcel tiene la otra llave y va a estar fuera unos días.
Me quedo callada al escuchar de Darcel, después de que me dejara aquí ayer por la mañana no he sabido más nada de él.
-No se preocupe, yo la cuido.
Nota de la autora:
Bueno hoy es martes, así que aquí tienen su capítulo. Quería decirles que ya vamos por más de la mitad de la historia, por lo que cada capítulo nos acerca más al inevitable final. Déjenme sus COMENTARIOS y ESTRELLAS que tanto me ALEGRAN.
Besos
Soff