Ayer después que Archer me dejara en mi residencia realicé mis trabajos de clase, adelanté unas cuantas para poder salir mañana con Archer. Me dormí a las tres de la mañana terminándolos, pero estuve un gran tiempo pensando mi sobrerreacción del asunto.
Empecé a llorar como una ridícula. ¿Qué pensaran Archer y Kir? Como podré mirar a la cara a Kir posteriormente de hacerme la víctima. No merezco a Kir, siempre la embarro en mis ridiculeces.
Primero con las pastillas y ahora con esto.
Sobre exagero con las cosas.
Y ahora con Archer, le he de haber dado pena.
¡Lloré en nuestro primer reencuentro! ¡Y le pedí que diera su mano! Fui muy pegajosa con él. ¡Qué vergüenza!
<<Ya no pienses en eso>>
Con una mueca me adentro al salón del profesor de matemáticas financieras. Durante toda la caminata en los pasillos las personas me lanzaban interrogativas miradas que me incomodaban.
Ya no me gusta el chisme…
Intento sentarme en mi asiento en la primera fila, pero unos delicados brazos me hacen exaltarme al sentirlos rodearme fuertemente por detrás.
-Me preocupaste muchísimo ayer – dice Kir abrazándome – Quería llamarte, pero no te quería interrumpir con Kallias, perdón si pensaste que no me…
Una sonrisa se plasma al darme cuenta de que Kir no está enojada o decepcionada conmigo.
La interrumpo devolviéndole el abrazo – Muchas gracias por defenderme, sin ti tendría un morado gigantesco en la cara.
-Obviamente te iba a defender, eres mi mejor amiga, guion, mi otra mitad – me sonríe en grande – tengo que hablar contigo al final de clase.
Asiento con la cabeza indicándole que sí.
Ella se va a un asiento trasero y yo me quedo en el frente. Kir no se sienta cerca mío porque dice que en la primera fila los maestros te preguntan mucho y ella no quiere. A mi parecer les preguntan más a los traseros al verlos no prestar tanta atención.
El maestro había dejado un trabajo de clase para poder salir y fui la segunda en acabarlo. Salí al pasillo a sentarme en el piso a un lado de la puerta para poder esperar a Kir.
Diez minutos después Kir sale con cara irritación.
-Detesto esta clase – se queja mientras me ayuda a levantarme.
-Vuélvete stripper y así ya no tienes que estudiar – bromeo divertida.
-Lo estoy pensando seriamente. Y me voy a las vegas a casarme con un millonarios.
Kir entrelaza decidida nuestros brazos y me hace caminar a la parte desolada del patio de la universidad.
- ¿Qué me querías contar? – le pregunto sentándome en el pasto.
Siempre al acabar las clases termino llena de polvo y tierra por sentarme en cualquier sitio. Soy tan floja que prefiero sentarme en tierra que quedarme parada.
-Bueno son dos cosas… una buena y otra extremadamente buenísima – me dice dando pequeños brinquitos donde estaba, pero para cuando ve pasar a unas personas – La extremadamente buenísima es que… ¡Expulsaron al hijo de puta de Jackson y lo metieron a un colegio militar! ¡Le van a dar ahí la putiza de su vida!
Abro los ojos asombrada.
¿Archer lo hizo?
Si el lo hizo es mi maldito héroe, logró poner en su lugar al estúpido.
- ¡No lo puedo creer! Esta noticia me ha alegrado el día, que digo el día, me ha alegrado todo el maldito año.
Me levanta Kir de un tirón para que celebremos.
-Digamos que tu amorcito Kallias es todo un wow, mi hermano dice que le dio un pequeño consejo al rector y le dijo lo mal que se vería que tuvieran privilegios a un racista y agresor de mujeres.
Ni idea de como logró hacerlo en menos de un día, una vez más es mi defensor.
-Y todavía queda otra buena noticia. ¡Saliste en el jodido internet! – suelta un pequeño grito emocionada – Dicen las malas lenguas que eres el amorcito del señorito Kallias.
Abro los ojos exaltada al escucharla.
Yo pensaba que las mirada eran por el problema con Jackson. No recordaba que mi Archer era tan famoso.
Es increíble recordarlo como un adolescente antipático que tocaba piano con una aplicación en su tableta y ahora pasó a ser un famosillo que toca en grandes conciertos con millones de fans.
Wow
Cambió tanto, de ser un flacucho lleno de moretones, cortes y fracturas con un bastón repleto de flores y pianos pintados por mí, a un maduro hombre oscuro que seguía teniendo los mismos ojos grises que me daban la misma calma.
- ¡Mierda! ¿Se me veía mucho la cara? – pregunte sin querer saber realmente la respuesta.
-Totalmente, hambrienta – dice negando con la cabeza – apareces con toda la boca llena de helado.
Saca su celular buscando las publicaciones para después enseñármelas.
Hago un mueca de desagrado al ver mi horrorosa cara sucia de helado de chocolate en los columpios y Archer como el fotogénico que es salía perfectamente.
¡Incluso tiene un buen perfil riéndose!
Dios tiene a sus preferidos…
-Salgo horrorosa. Se me ven mucho los granos – me quejo irritada,
- ¡Pero si sales extremadamente tierna! – replica apretándome duramente mis mejillas – pero dime… ¿se besaron?
Hace una sonrisa pervertida mirándome.
- ¡Claro que no! Nos acabamos de reencontrar. Y aparte somos…
Dudo un poco al decir amigos, pero… al final lo somos ¿Cierto?
-Somos amigos.
-Ah.
-No me hagas “Ah”
Me muestra sus manos en forma de “en visto”
Abro la boca indignada – No me dejes en “en visto”, ingrata.
Respira sonoramente - ¿Qué huelo? Huelo a… a mentiras y romance.
La empujo levemente del hombro.
-Jodete.
-Ay, por favor. Cada vez que se ven tienen unas caras de estúpidos enamorados.
-No es cierto.
-Si lo es.
-No.
-Si.
- ¡N0!
- ¡SI!
- ¡NO!
-No peleo con enanas.
Empieza a alejarse de mi haciéndose la loca.