Dark Instincts

Capítulo 6

El resto de la semana la pasé hasta el cuello de trabajos y casi sin dormir tomando solamente café a escondidas. Tengo unas horribles ojeras que me hacen parecer mapache. Lo único que me mantenía, aunque sea un poco feliz era que iba a pasar todo el domingo con Archer.

Cada mañana él se mantuvo mandándome mensajes de buenos día e incluso un día se durmió a las cuatro de la madrugada por hacerme compañía mientras estudiaba. Me contaba sobre sus molestas entrevistas que ha estado dando junto a su banda. Me encantaba escucharlo hablar mientras trabajaba, era una gran forma de mantenerme despierta.

Pero lo más importante de todo esto es que… ¡Lo hice amante de los stickers!

Ya tiene guardados todos mis sticker, son más de cien. Su favorito es el de una viejita en un carro mostrando su dedo de en medio con cara de amargada. El mío es el de una gallina de minecraft diciendo “Nel puta”.

Ese obviamente es el mejor, un sticker superior.

Al principio Archer estaba tan en desacuerdo con insultarnos mutuamente, pero yo le dije que nos insultamos de broma. Su orgullo de caballero no le deja decirme insultos superiores a maldita porque se sentía mal consigo mismo.

A mi parecer los insultos no siempre tienen que significar algo malo, con Kir nos insultamos entre las dos, pero nunca lo queremos decir realmente. Para mí es una forma de confianza.

También se la pasa mandándome memes en español que busca por Facebook. ¡Es el mejor!

Soy como una gran maestra del mundo de los memes y stickers. Y estoy tan orgullosa.

Ahora mismo me encuentro preparando apresuradamente mis pinturas, pinceles y todo lo que necesito en mi caja de herramienta en la que las transporto, escojo dos lienzos, uno grande y otro pequeño.

Hay veces que por pintar afuera tengo algunos curiosos que me compran las pinturas terminadas y por algunas veces me refiero a dos veces en la me han dado treinta dólares como mucho.

Archer se encontraba recargado en la entrada de la residencia mirando con gesto antipático a las personas que lo observaban fijamente pero que aun así no se atrevían a acercarse a él. Hasta a mí me daba miedo su mirada, pero ahora solo me parece sexi.

¿A quién no le parece sexi un hombre antipático con mirada sombría?

Maldita sea cuando empecé a leer libros enemies to lovers, me dejaron con problemas mentales. Bueno, no se puede comparar a los candentes tóxicos de los libros con el ardiente de Archer que es todo un amor.

-Ayúdame, ayúdame, ayúdame – digo con rapidez al llevar los brazos sobrecargados.

Un brillo especial aparece en sus ojos.

Me exilia quitando la caja de herramientas y el lienzo grande de mis brazos dejándome solo con su pequeño lienzo.

- ¿Vamos a ir a arreglar una casa, constructora? – bromea al ver la caja.

-Si, vamos a arreglar tu casa.

Nos dirigimos a su camioneta poniendo las cosas en su cajuela.

-Vamos al parque de la otra vez – pido entusiasmada.

-A engordar otro kilo con helado.

- ¿Te he dicho cuanto amo ese overol todo manchado que traes? – alaga mirándome – Te hace ver como toda una artista.

-Artista sexi, por favor – aclaro divertida – ahora la artista sexi dice ¡Concierto privado!

Tengo que admitir que últimamente he tratado de buscar alguna canción en la que cante, pero no hay ni una. Todas las de su banda son cantadas por los otros tres y yo necesito oír cantar de nuevo a Archer.

Todo el trayecto la pasamos cantando canciones chistosa como wanna be, era tan gracioso escuchar cantar esa canción a Archer con su dura voz.

Me gustaba ver cambiar su cara tensa a una de alegría y diversión, lo hacía ver aún más hermoso. Me encantaba ser la razón de esa sonrisa.

No sé si realmente teníamos la conexión de la que siempre hablaba mi padre, pero lo que se con seguridad es que cuando estamos juntos nos hacemos felices mutuamente y es como si todos nuestros tormentos despertaran con solo ver la sonrisa del otro.

Esa sonrisa que provoca que mi corazón se altere.

Tomados de la mano nos dirigimos al parque con mis materiales. Situamos una manta que tenía Archer sobre el pasto a lado de los juegos de niños, el deja que me acomode mientras va por el suculento helado.

Como la otra vez trae consigo el titánico bote de helado.

- ¡Que sexi te ves! Me derrites – pongo un mano sobre mi frente exagerada - ¿Entendiste? Por el helado que se derrite.

Trato de explicar mi chiste.

Él se carcajea divertido – No son buenos tus chistes, cariño. Quédate con tus memes.

Lo apunté – Pero te reíste, ingrato.

Se sienta con las piernas cruzadas enfrente mío con las pinturas interponiéndose entre nosotros.

-Serás mi musa así que no te muevas mucho.

Hace un saludo militar – Como ordene su coronel.

Mezclo cada tono para que sea lo más parecido a él. Intento plasmar su mirada concentrada en su lienzo, busco colocar el brillo juguetón que poseen sus ojos. Pinto detalladamente sus imponentes facciones y pongo toda mi atención a ubicar cada una de su pequeñas pecas.

Paro de pintar al escuchar reír a Archer mirando su obra de arte. Lo voltea para dejarme verlo.

Me doblo de la risa al observar un cuadro conmigo de protagonista, pero lo hizo con cuerpo de palitos con pelo despeinado y un overol lleno de pintura.

Pero lo que más daba risa era que había imitado mi sticker preferido y alado de mi pintura decía “Nel puta”

-Eres todo un Van Gogh. Deja la música, ahora mismo te vuelves pintor.

-Solo si tú eres mi musa.

-Si me pagas, no me negaré.

-Te pagaré con amor.

-El amor no me paga mis deudas, mi amor. Así que mil dólares la pintura.

- Con que esas tenemos…

Embarra sus desnudos dedos en pintura azul y la pasa por mi nariz.

Abro la boca sorprendida - ¡Eres un maldito!




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