El rey Drácula reúne a todos los reyes de los reinos místicos: hadas, sombras, demonios, fantasmas y lobos. Este gran reino compuesto por muchas criaturas de diferentes diversidades, viviendo en armonía y felicidad.
—Reyes de Dark Kingdom, hoy los reúno en mi castillo en esta mesa, para proponerles que sus hijos y sus pueblos vayan a un solo colegio para que se relacionen, el colegio será construido en el centro para que todos tengan acceso a ella, para la seguridad de sus hijos tendrán un salón especial aparte de lo de sus pueblos, quien esté de acuerdo levante la mano, el que esté en contra no la levante— el rey Drácula esperaba la respuesta de su propuesta.
Todos los reyes estaban de acuerdo. Era un gran paso, durante varias décadas a pesar de que convivían cada día, era diferente ahora tener un solo colegio para todas criaturas.
—Pronto se anunciará cuando sus hijos y sus pueblos podrán empezar clases, pueden retirarse — dice el rey Drácula.
El rey más temido, pero amoroso con sus súbditos, ese era el rey Drácula.
—Crees que es buena idea ¿No estas dudando de esta decisión Drác? — pregunta el rey James, del reino lobo preocupado.
—¿Alguna vez he dudado de mis decisiones James? No, así que tranquilo y ya era de poder cambiar algunas cosas en este reino, seguimos los patrones de los viejos, pero la verdad me aburre— alza sus hombros en signo de despreocupación.
Llego el primer día en el colegio esperado por la mayoría de los estudiantes y entró el príncipe lobo, su nombre era Evan Charles Lexca Bellérouse. Se escucharon suspiros de las chicas y los chicos miraban con envidia al príncipe. Él era el más fuerte en su reino y tenía dones que le faltaban por desarrollar para ser digno de ser un lobo de alta clase.
Más atrás entro una chica jamás vista con su hermano, los hijos del rey vampiro. A medida que caminaba por el pasillo, oía silbidos y una que otra chica la miraba mal y ella simplemente los ignoraba, no quería perder su tiempo.
La princesa se sentó en los primeros puestos con su mejor amiga Elizabeth, la heredera del reino demonio. Cuando se sentó, Elizabeth se sorprendió y se abalanzó hacia ella, había regresado. Todos sus allegados ansiaron su regreso, ya la espera había terminado.
|EVAN|
Pasaron las horas, solo era mi primer día, me habían mandado tareas y ya me sentía cansado. Salí corriendo de prisa, asumido en mis pensamientos, sin darme cuenta choqué con alguien y caí encima de esa persona. Cuando vi quien era, era la princesa vampiro tenía una mirada furiosa y fría, solamente la había visto por fotos, pero en persona es mucho más hermosa tenían razón los rumores, ¿Ella no estaba en otro país? Me quedé unos minutos viéndola hasta que su voz me hizo reaccionar, vi que ya estaba levantada y yo seguía en el suelo.
—Fíjate por donde vas idiota, en vez de estar en las nubes regresa a la realidad— enojada y siguió su camino, sin dejarme decirle disculpas por lo sucedido.
Me levanté del suelo y seguía ido, hasta que reaccioné no me dijo disculpa, que maleducada. Salí a la entrada del colegio y vi el carro para llevarme de regreso a mi castillo.
En unos minutos llegamos, bajé y vi a mis padres e hice una reverencia. Subí a mi habitación y me acosté en mi cama, recordé a la princesa; solamente la he visto en fotos, pero nunca en persona hasta ahora, mis padres son aliados del reino vampiro siempre tienen reuniones; nunca me llevaban hasta que cumplí 114 años, en ese tiempo conocí príncipe Raúl. Es el único príncipe que me he relacionado y forme una amistad; los otros solo los he visto en ciertas ocasiones y ahora los veré más seguido por el colegio, aunque debería también hacer amistades nuevas.
Seguí pensando, hasta que alguien llamó a la puerta.
—Alteza— entró Josué el mayordomo.
—Pase.
Josué pasó y me miró distante, siempre es así, sin embargo, desde pequeño él me ha cuidado.
—Su padre lo llama, sin excusas— salió de la habitación.
—Voy enseguida—sin ganas de levantarme lo hice, los pasillos parecían llenos de vida, con las paredes lila y el piso de mármol. Extraña combinación de gusto de mi madre a ella le gusta así, ¿Debería cambiar esto cuando suba al trono?
Fui directo al despacho de mi padre, ya que siempre está ahí con mi madre. Toque la puerta y mi padre indico que pasara.
—Dime padre— cerré la puerta detrás de mí. Puse mis manos entrelazadas al frente de mí, para no parecer nervioso ante él, me daba miedo. Mi madre estaba sentada cerca de la ventana leyendo un libro, sin prestarme atención.
—Hijo tengo una reunión urgente con el Rey Drácula sobre unos negocios quiero que vayas conmigo, puedes quedarte con el príncipe Raúl haciendo tareas o jugando por mientras— dijo mi padre, su semblante nunca demostraba casi emociones.
—Está bien padre, con permiso.
Me despedí de mi madre con un beso en la frente y salí del despacho.
Entre a mi habitación, desconecté mi celular y tomé mis libros del escritorio por si acaso. Bajé las escaleras y subí al carro con mi padre. Me puse los audífonos, miré la ventana los árboles tenían contraste rojo y naranja, dándole un toque de paz para mí, y el cielo con un atardecer; una imagen digna de grabar en mi mente.
Recosté mi cabeza hacia atrás y cerré los ojos. Mientras disfrutaba una canción de la cantante Sia.
|SAORI|
Mi primer día fue tranquilo, excepto por el idiota que choco conmigo en el pasillo. Regresar a mi hogar, me hace sentir feliz; extrañaba ver a mi familia y mi mejor amiga.
—Señorita, ya llegamos— me dice el chofer.
Le agradezco, me recibe Rosa con un abrazo, había extrañado esto. Subí a mi habitación, papá había modificado algunas cosas como: la cama, mi peinadora y otras cosas para una joven.
Me tire en la cama, se siente tan bien, tan suave. Mi estomago gruñe decido levantarme e ir a la cocina por algo de comer.