Sinopsis y Prologo.

Sinopsis.

Mucho tiempo la oscuridad arrasó con el universo entero, seres codiciosos que anhelaban el poder prohibido de Kronos, aquel poder que desato guerras y muertes, pero también unió a dos personas que jamás creyeron en que vivirían una aventura que los conduciría al final de una guerra galáctica de siglos.

El planeta Delta es la cabeza líder de muchas galaxias, regido por un noble hombre, el emperador Adelfried Von Adelsreich, padre de los nobles príncipes imperiales y comandante de Los Soldados de la Orden imperial. La guerra contra los rebeldes del Orbe se ha mantenido por años, y con más fuerza gracias a su líder, un ser conocido como Lord Silvermask quien vive en un remoto planeta y desea el fin de todo.

Dicen que cada uno crea su cuento de hadas, pues este no es ningún cuento de hadas ordinario. El joven príncipe Bee Adelsreich es el décimo segundo heredero al trono imperial, un joven privado de la libertad dentro de su hogar por aquellos poderes que posee, poderes con los cuales en esta guerra creara su propio cuento de hadas y jamás se podrá imaginar que encontrara el amor en un hombre orgulloso, que no solo robara su corazón, si no también aquello que atesora con mucho recelo, y un príncipe pirata galáctico que encontrara la paz en unos hermosos ojos grises que cambian de color.

Una guerra que unirá almas en una sola, que con cada paso, un príncipe y un pirata lucharan juntos para rescatar aquello que los unirá sin saber por qué, pero que aún mas allá de la oscuridad serán capaces de superar cada obstáculo, o simplemente se hundirán en el miedo de la oscuridad de sus corazones.

Prologo.

Aquellas nubes rojizas cubrían todo el cielo de aquel planeta, un planeta que se había sumido en la profunda oscuridad, naves disparaban al enemigo, criaturas horrendas que fueron creadas para detener el avance de los soldados que la unión imperial había formado para dar fin a aquella guerra sin sentido.

-¡no permitiré que lo utilices de esta manera! – Le reprocho molesto Darren a ese hombre que tenía frente a él, quien sonreía de una manera satisfactoria – jamás permitiré que te salgas con la tuya, y menos que lo obligues a crear caos – prosiguió aun molesto mientras empuñaba un espada y una arma de cañón doble apuntándole.

— ¿no lo ves?…esto lo está causando él mismo, aun no comprendes que tu juicio ha llegado ya –

— ¡Tú estás completamente enloquecido!, no eres más que un estúpido que juega a creerse Dios, Kronos jamás le concedería su poder aun mortal como tú—

Ante esas palabras aquel hombre frunció el ceño molesto y dispuesto a seguir a pesar de sus heridas y que le faltaba un brazo, observo todo con mucha paciencia, había creado el escenario perfecto para el caos, sabía que pronto el poder de Kronos seria suyo, ya sentía pronta su victoria, porque podía percibir miedo en las miradas de todos, pero no en la mirada de Darren.

— ¿Crees que tu solo habrías hecho esto? ¡Ja!, no te ilusiones, solo eres un pedazo de mierda que se cree superior, no eres nada…porque si lo fueras no hubieses necesitado la ayuda de los Darkness, necesitabas el poder de todos ellos para activar a Kronos, no eres nada—

— ¡ja jajaja! —rio de manera enloquecida, Darren ya lo veía con pena.

—Tú no eres nadie para decirme nada, solo una estúpida pieza mas en mi tablero de juegos…solo mira lo que he creado, solo un dios puede hacer esto, ¡yo soy un dios! –

Darren sabía que aquel hombre ya no era lo que antes fue, o al menos ya había perdido todo rastro de humanidad, no sabía cómo habían llegado hasta ese punto, ya no podía seguir sacrificando más vidas inocentes, y justo en el momento que analizaba con calma la situación, una enorme explosión se hizo presente, ambos hombres dirigieron su vista a ese punto entre los edificios destruidos.

—Ahora lo comprendes, ya no hay nada que puedas hacer, él me pertenece y el caos a él, es hermoso no lo crees, pronto llegara a su límite y entonces por fin lo que deseo se hará realidad –

Frunciendo el ceño, Darren no podía imaginarse al amor de su vida en ese estado, el jamás habría arrebatado vidas inocentes y menos de utilizar sus poderes para el mal, verlo en aquel estado le dolía, quería recuperar al chico llorón y débil del cual se enamoró, quería verlo sonreír, sentirlo, y entonces la risa de aquel imbécil lo irrito más, empuño con fuerza aquella espada y lo vio a los ojos echando por ultima ves un vistazo a su entorno, aquella guerra debía acabar.

—Te juro que hoy morirás, aunque me cueste la vida, juro que te mandare al infierno –

— ¡Pongamos fin a esto entonces y veamos quien es un dios aquí! –

Ambos tomaron con fuerza sus armas y con furia corrieron en dirección al otro con el fin de poner fin a todo de una vez y probar que lado tenía la capacidad de reinar.