El dia martes después de clases decidi ir donde Bock, a pesar de que no me toca ir ese dia, sentí la necesidad de ir para compensar mi falta del dia de ayer. Antes pase por mi casa para poder recoger mi ropa deportiva e irme, en el camino me encontré a Todd quien accedió a acompañarme, pero logre quitármelo de encima, pues aun nadie sabia que iba donde Bock a entrenar, por alguna razón, quería mantenerlo solo para mi.
Cuando entre, este estaba repleto, era como si todos eligieran este dia para entrenar. Camine a paso apresurado para buscar a Bock y lo encontré saliendo de su oficina apurado, lo notaba ansioso y casi palido.
—¡Bock!—llamé su atención cuando paso por mi lado sin saludar—¿Todo bien?—el hombre llevo su mano a su frente mientras secaba el sudor con un pañuelo.
—Si, claro—dijo. Sin embargo, no se veía muy convencido de ello.
—¿Seguro?—Bock lo pensó un segundo y negó. Me acerque mas a el para poder darle contención, en cualquier momento veía que se rompería a llorar. Lo veía y no lo creía.
—Mi hija...ella...—dijo. Una lagrima salió de su ojo derecho y aquello formo una opresión dolorosa en mi pecho, Bock se veía…acongojado—...va a ser mamá—dijo casi inaudible. Secó sus lagrimas con una gran sonrisa en su rostro que contagio el mio con una igual de grande, me había llevado un gran susto—Seré abuelo.
Pegué un grito agudo de la alegría y me lancé para darle un fraternal abrazo, se le veía tan tierno.
—¿Que harás?—pregunte cuando Bock pudo contener el aliento.
—Mi vuelo sale en una hora, me iré tres días—asenti en comprensión y el continuo—Lamentablemente Peter llamo ayer que no vendrá en unas cuantas semanas, le diagnosticaron apendicitis aguda y requiere cirugía…yo…no se si debería ir, el gimnasio…
—Espera, por supuesto que no, es tu hija y debes estar con ella, estoy segura que…—hice una pausa cuando comprendí que el gimnasio quedaría solo—¿Quien se encargara del gimnasio?
—Yo—me incline a un lado en cuanto oi aquella voz. Ice estaba detrás de Bock con su bolso deportivo en su hombro.
—Al fin llegas—hablo Bock. Me cruce de brazos y mire a Edward con desaprobación, él por supuesto, me ignoró completamente.
—Tranquilo abuelo, ya estoy aca—bromeo haciéndome reir un poco—Ya vete.
Bock abrazó a la fuerza a Edward y me abrazó a mi seguido, la diferencia es que yo si le devolví el gesto, Edward solo se lo quitó de encima. Me quedé sonriendo mientras veía a Bock salir corriendo con el aplauso de todos como apoyo, pero todo llegó hasta ahí cuando mis ojos recayeron en la persona que estaba delante mio.
—¿Que haces aquí?—pregunto. Tenia esa mirada seria que tanto me intimidaba y me molestaba a la vez.
—Como que hago acá, vine a entrenar—dije obvia. El se cruzó de brazos sin quitar su mirada de la mia.
—Tenia entendido que solo vienes lunes, miércoles y viernes—una media sonrisa se formo en mi rostro y me cruce de brazos al igual que el.
—Veo que alguien se aprendió mi horario, ¿Acaso quieres que te siga pateando el trasero?—Ice achino los ojos y negó mientras mordía su labio mirando en otra dirección.
—No seas tonta Risitos, si seré el encargado por estos días debo estar al tanto de todo—asenti sin creer ni un poco en sus palabras—Y en todo caso, no olvidemos como termino todo y quien le pateo el trasero a quien—dicho aquello paso por mi lado chocando mi hombro.
Me sonreí a mi misma por ese pequeño juego, pero todo llego hasta ahí cuando mire al fondo y un sujeto me miraba, era conocido, era uno del equipo de Todd, no tenia idea como era su nombre, pero me miraba de una manera extraña que siendo sincera, me incomodo demasiado. Casi corri por el pasillo para poder cambiarme de ropa y entrenar aunque sea una hora, no estaba Bock para controlar todo y no sabia como Edward, asi que, por ello no me quedaría demasiado. Mala elección de conjunto para hoy, pues solo constaba de una calza corta y un top deportivo, para mi suerte nadie me veria.
Estaba estirando Ice entra, vestia con un pantalón deportivo y una musculosa que dejaba muy a la vista sus brazos tatuados y bien trabajados.
—Rizos—me llamo—Ven aquí—frunci el ceño y camine insegra hasta donde el estaba, esta mas que decir, que sus ojos me inspeccionaron de pies a cabeza, sin embargoargo, no dijo nada—Lamento interrumpir—dijo con el sarcasmo impregnado en su voz—Pero hoy estoy solo y no puedo estar en dos lados a la vez, asi que entrenaras con todos en el salón grande—antes de que dijera algo, el ya se había dado la vuelta.
Corri para alcanzarlo antes de que entrara al gran salón, pero no alcancé. Muchos comenzaron a silbar en cuanto me vieron y me vi obligada a esconderme detrá Edward para que no me vieran.
—¿Qué demonios están mirando?—bramo el chico de tatuajes y todos volvieron a su rutina, realmente agradeci aquello.
—¿Estás loco? No puedo estar acá rodeada de todos estos…—mire en todas direcciones arrugando la nariz con asco—…simios—Edward rio bajo—No te rias, es muy incómodo para mi—admiti.