Edward.
Ella no pudo hacerme esto. Veo el arrepentiento en sus palabras luego de haberlas dicho, pero es demasiado tarde. El dolor en mi pecho comienza a crecer cuanto mas la observo. No puedo seguir mirándola con la idea de Miller y ella tirando. Me da arcadas y me retuerce el estomago. No soy capas de oir sus disculpas ni lo que sea que tenga para decirme. Solo soy capaz de negar para callarla y camino pasando de ella para subirme a mi auto. La veo desde aquí y me parte al medio toda la maldita situacion. Necesito salir de aca. Arranco a toda velocidad con mis ojos picando por las lagrimas. ¡NO! ¡Maldita sea! No. No puedo estar asi por una chica. No puedo volverme un maldito idiota debilucho por una falda. Ni siquera July me ponía en este estado. Entonces, ahí me di cuenta. Lo que siento por Linda no es lo mismo que sentía por July. No queria darme cuenta. Estuve casi todo el maldito tiempo tratando de comprarlas. Comparar mis sentimientos y me convencia pensar que Linda me vuelve loco como July, porque se parecen. Quizás son las rubias que me debilitan, llegue a pensar. Quizás son esos ojos azules y celestes que causan algo en mi. Pero ahora mismo me doy cuenta que no son las rubias ni los ojos celestes o azules. Es ella. Siempre ha sido ella. Estoy tan y absolutamente jodido por esa chica que me llega a doler hasta el alma en solo pensar en ella. ¿Por qué? Todo me enloquece de ella. Me saca de mis casillas con solo una amldita palabra saliendo de sus labios y llega a dejarme destruido con la misma. Puede herirme con solo una maldita mirada azulina, y puede hacerme el tipo mas feliz y agradecido con una simple sonrisa. No es lo que quería. No es lo que esperaba. Y ahora, no tengo escapatoria. No la hay.
—¡MIERDA!—grito cuando un auto me escandila por las luces y me doy cuenta que iba en mano contraria. Giro el volante con rapidez y logro doblar a la pista del lado justo a tiempo.
Salgo de allí y estaciono frente a una casa y apoyo mi cabeza en el volante. Son pasada las una de la madrugada. Miro a mi lado. El copiloto vacio. Ella debería estar ahí. Puta mierda. Arranco nuevamente y acelero al máximo cuando noto la llovizna que comienza a caer. Si algo llega a ocurrirle no me lo perdonare nunca. Me salto los semáforos y solo espero que este bien. ¿Cómo pude ser tan diota en dejarla sola con este frio? Llego mas rápido de lo que creo y la veo apoyada en un árbol tiritando de frio. No, no,no. Enciendo al máximo la calefacción y me bajo corriendo para poder cogerla en brazos. Ella tiene los ojos cerrados y sus labios están morados. Esta helada. Mi tacto calido hace que abra los ojos y me mire con alivio. Se abraza mas a mi y apoya su cabeza en mi pecho mientras la llevo al auto. Soy tan imbécil. Tiro el asiento hacia atras y la recuesto allí mientras paso el cinturón de seguridad por su pecho para protegerla. Noto como el calor del auto hace efecto en su piel. Se remueve con mas comodidad y enseguida sus mejillas comienzan a tomar un color rosado y sus dedos frios y rojos se mueven hasta apretar mi mano. Le acaricio el dorso de la mano con mi pulgar y le suelto la mano para cerrar la puerta y subirme a su lado.
Me quedo allí sin hacer nada mientras la observo. Es tan jodidamente bella. Su cabello rubio cae sobre su hombro y lo noto húmedo debido a la llovizna helada. Paso mi mano por su pelo dorado y trato de peinárselo con los dedos, pero solo consigo enredárselo y dejo de hacerlo enseguida. Una pequeña sonrisa curva su rostro y abre los ojos para verme. Esos ojos azules que me vuelven loco. Trato de no hablar para no echar nada a perder.
—Lo siento—susurra. Niego tomando su mano entre las mias y las llevo a mis labios para calentarlas mas rápido—Es mentira lo que dije—sabia que era mentira, pero oírlo de sus labios me trajo un alivio y tranquilidad tremendo.
—Lo se nena—susurro. Su manos comienza a estar mas calidas y el color de sus labios se volvió de un rosado intenso, y muy apetesibles.—No es verdad que me enrolle con Nikki—ella sonrie en cuanto suelto las palabras y la veo relajarse.
Ella quita sus manos de las mias y las lleva al cinturón de seguridad para quitárselo. Y de un solo movimiento fugaz, se acomoda sobre mi regazo posando sus manos en mi nuca donde acaricia mi cabello de esa manera tan especial que me encanta. Cierro los ojos y apoyo mi frente a la suya llevando mis manos a sus mejillas rojizas. Cuando abro los ojos los suyos me observan con detenimiento. Esa manera tan excitante que tiene de mirarme, me pone enseguida. Mojo mis labios y me muevo algo incomodo debajo suyo. No quiero que crea que me tiene caliente, pero cuando sus labios esbozan una pequeña sonrisa siento que si ha notado mi incomodidad y sobre todo el bulto que crece en mis pantalones. Ella menea su cadera en círculos sin dejar de mirarme. Enarco una ceja en su direccion y bajo mis manos a su cadera para incentivar ese movimiento que esta volviéndome loco. Jadeo cuando su roce hace estirar la tela gruesa del pantalon en mi entrepierna.
—Si sigues asi..—ella corta mis palabras con sus labios.
Entierro mis dedos en su sus muslos y suelto un gemido de mas placentero cuando sus labios comienzan a moverse junto con los mios. Poso una mano en su espalda mientras que con la otra hago el asiento mas hacia tras para tener mas compdidad. Siento que comienzo a sudar debido al calor que se encierra en el auto. Nos separamos unos centímetros y nos miramos fijamente. Ella lleva sus manos al borde su camiseta y se la quita por encima de su cabeza dejando a la vista su brasier blanco que me enloquece. Me siento torpe. Ella desabrocha su brasier dejando sus pechos justo a la altura de mis ojos, donde los contemplo con llamas en mi cuerpo. Hago lo mismo que ella y quito mi camiseta antes de fundirnos nuevamente en un beso. Ella tira con delicadeza de mi cabello y jadeo besando uno de sus pechos. Sus ojos se cierran y sonrio al saber que solo yo soy capaz de verla en este estado tan intimo y excitante. Sus dedos bajan por mi torso trazando mi abdomen marcado y desabrochan mi pantalón. Joder. No quiero que me note desesperado, pero tecnicamente lo estoy. Elevo mi cadera con ella encima mio para bajar lo mas posible mis calzoncillos junto con los jeans. Hago lo mismo con ella, la levanto y la ayudo a quitarse el pantalón y luego la entierro en mi, sin importarme que no traigo un puto persevativo conmigo.