Capitulo 54. Revivir.
AREN.
Al instante en el que Julie dice aquello, doy media vuelta, esquivo a todos y comienzo a correr hacia la salida de la mansión, mi cuerpo entra en una desesperación que no me importa realmente si alguien me sigue o no, apenas soy consciente de que alguien más sube a mi auto antes de que arranque y lo eche a andar como loco, las llantas rechinan contra el asfalto congelado al pisar de una el acelerador, maldigo con rabia al ver que ha comenzado a nevar como si fuera una maldita tormenta.
Manejo a una gran velocidad por las calles del pueblo hasta llegar al cementerio privado de Darkwood, a pesar de la repentina tormenta de nieve llegamos en unos pocos minutos, estaciono el auto como puedo y salgo de él para comenzar a correr sobre la suave nieve hacia la cripta en la que se encuentra ella.
Mis zapatos se entierran entre la nieve y es que ni eso me impide llegar a ella, pero mis pies se detienen de golpe al ver la figura de Jade a unos metros de la cripta observando todo a su alrededor completamente desorientada, mi corazón se contrae a la vez que mi respiración se entrecorta, mis ojos observan con adoración a la hermosa chica que parece un verdadero ángel frente a mi; su cabello es mucho más brillante de lo que recuerdo, el color rojo de sus labios ha vuelto al igual que el brillo y la vida a sus ojos esmeralda, el vestido blanco hace contraste con su piel y finalmente lo asimilo.
Jade realmente está viva.
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JADE.
Todo a mi alrededor es oscuro y frío, el frio es tan intenso que a puras penas puedo sentir mis dedos.
Poco a poco mi cuerpo comienza a despertar, mis pulmones se llenan de aire a la vez que mi boca se abre con dificultad, un quejido sale de mi pecho y mi cabeza punza dolorosamente, la movilidad de mis extremidades vuelve y entonces puedo abrir mis ojos. El pánico me invade cuando noto que la oscuridad me rodea, alzo mis manos despacio y éstas se chocan contra una superficie dura que hace un sonido hueco cuando lo golpeo, es madera.
Entonces me doy cuenta de que siento la misma superficie debajo de mi espalda y el pánico crece porque de inmediato sé que me encuentro en un maldito ataúd.
¿Me enterraron viva?
Tomo una profunda respiración pero el aire adentro es nulo, mi cuerpo se siente débil por lo que me toma unos minutos juntar la suficiente fuerza para empujar la pesada puerta de madera sobre mi. Para mi alivio el cajón no se encuentra sellado aún, gruño aplicando más fuerza, y la puerta del ataúd finalmente cede cayendo a un lado, lentamente me siento y analizo el lugar en el que me encuentro, parece ser una cripta y está repleta de flores de muchos colores como un jardín, trago fuerte al ver que hay unas pocas flores a punto de marchitarse, eso quiere decir que las han traído hace días.
Mierda, ¿cuánto tiempo llevo aquí?.
Con el corazón latiéndome como loco, salgo del ataúd en el que me encuentro metida y miro mi cuerpo completamente desorientada; mi piel se encuentra demasiado pálida y mi cabello se encuentra sin brillo, pero un instante después miro asombrada como poco a poco mi piel, mis uñas y mi cabello comienzan a recobrar su aspecto natural, recobro mi fuerza, pero me estoy muriendo de frío.
En Darkwood el clima siempre ha sido una mierda, pero jamás había sentido un frío tan intenso como éste, el suave vestido blanco de seda que llevo puesto apenas llega a mis rodillas, en definitiva no ayuda para nada. Al menos mis pies están a salvo con mis zapatos favoritos y no puedo evitar pensar en que fue mamá la que me los puso.
Un momento...
— ¡Mierda, mamá!.—exclamo con la garganta seca.
Casi corro hacia la salida del escalofriante mausoleo pero me detengo bruscamente cuando mis pies se hunden un poco en lo que parece ser nieve, entrecierro mis ojos debido a que el brillo del sol choca contra la blanquecina nieve y hace que todo se vea mucho más brillante, me descompongo todavía más al ver que copos de nieve empiezan a caer como si de lluvia se tratase, cuando perdí el conocimiento no había ni un solo copo de nieve en la calle. 
Abrazo mi cuerpo como puedo intentando protegerme del frío pero es inutil, mi cuerpo tiembla con furia y siento que en cualquier momento caeré desmayada sobre la nieve muriendo de hipotermia.
— ¡JADE!
El grito desesperado de Aren a unos metros de mi, volteo a ver a mi derecha y el corazón se me detiene al ver a Aren Vikram correr como loco intentando llegar a mi, en tiempo record el rubio llega hasta donde me encuentro y su cuerpo impacta con el mío haciéndome retroceder unos pasos, mi respiración se acelera asimilando que estoy aquí otra vez, salí del abismo y volví a la vida, finalmente después de una agotadora lucha nuevamente estoy entre sus brazos.
Mi pecho se comprime y las lágrimas de alivio invaden mi rostro. Los brazos de Aren me rodean con fuerza y yo me aferro a su cintura, llorando ahogadamente sobre su hombro, siento sus propias lágrimas caer sobre mi hombro y me odio por hacerlo sufrir así.
— Jade...—Aren susurra mi nombre sin poder creerlo y se separa de mi para tomar mi rostro entre sus manos, su ojos celestes analizan mi rostro punto a punto, asegurándose de que todo está bien.
Su aspecto descuidado me deja impactada, jamás lo había visto así, ni siquiera cuando pasamos toda una semana sin hablarnos o acercarnos siquiera. Mis manos se dirigen a su rostro para acariciarlo suavemente, él cierra los ojos disfrutando de mi toque.
— Aren—murmuro con la voz ahogada debido al llanto que me ataca. Él vuelve a rodearme entre sus brazos mientras besa múltiples veces mi frente.
— Te extrañé tanto, mi amor.
— Yo también, aunque solo hayan sido unas horas yo... Él se separa de mi bruscamente para mirarme con confusión.