-¡Buenas noches familia! -gritó Jonathan al entrar.
-¡Jonathan llegas tarde, la mesa está servida! ¡no tienes porqué estar gritando pareces corriente! -Claudia estaba enojada. Miraba a su hijo con reproche.
-También me da gusto acompañarlos en la cena -Habló sonriendo el chico, a diferencia de Daian, él si sabía sonreír enseñando sus blancos dientes. Su hermano era bastante reservado su sonrisa solo se quedaba en una mueca. Jonathan tomó su lugar en la mesa mientras miraba a Mariana 《es más hermosa de lo que pensé》se dijo asi mismo, el día que la conoció ella llevaba un antifaz por lo que resultaba imposible ver su rostro real, sabía que era la misma chica porque fue testigo de aquella noche en que su hermano salió del mundo en el que se mantenía y se la llevó al hotel.
Daian habló con él, estaba al tanto de todo y deseaba que entre ellos dos surgiera algo, tal vez esa chica podía acompañar a su hermana para que dejara de ser un amargado y poder empezar a vivir plenamente -Hermano ¿a caso no vas a presentarme a la belleza que te acompaña? -dijo con una mirada coqueta.
-Claro, ella es Mariana mi novia -luego mirando a la chica añadió -Mi hermano Jonathan la persona más descarada de mundo.
-Y la oveja negra de la familia -dijo el joven -Verás querida cuñada, yo soy todo lo que no querrás en un hijo o hermano. No sigo reglas y lo más importante soy la única persona que aporta alegría en esta casa ¿ has visto las caras largas?
-Basta Jonathan, no digas más -interrumpió Claudia.
-Está bien, mamita. No te enojes.
Después de eso el lugar se volvió un completo silencio, Mariana se sentía incómoda ya que estaba acostumbrada a no cerrar la boca en ni un momento. Las cenas eran aprovechadas para contar a su madrina todo lo sucedido durante el día aunque no hubiera nada relevante siempre lo hacía y la mujer la escuchaba expectante como si fuera a escuchar la mejor noticia. Cuando vivía en la casa de su tía siempre la mandaba a callar argumentado que lo único que sabía decir eran tonterías, pero después todo cambió.
Daian miraba a Mariana en silencio, podía percibir que estaba muy incómoda, se removió en la mesa y jugaba con sus dedos, parecía una niña a quien se le estaba obligando a estar quieta. Sintió que alguien miraba a su dirección y se encontró con la sonrisa traviesa de su hermano poco después Genaro habló -Dime niña ¿te he visto en algún lugar? Tu rostro no se, creo que lo puedo recordar pero no se de donde.
Mariana se mordió el labio, también se había sentido así y no fue hasta ese momento en que lo recordó fue hace unos meses atrás 《 la chica dejó de bailar y caminó hacia el lugar donde guardada sus cosas, se quitó el antifaz y la ropa quedando solo con lo que llevaba debajo al instante entró un hombre que se abalanzó sobre ella. Empezó a manosearla y besar su piel, no sabía que hacer gritó por ayuda justo entró Branli quien se lo quitó de encima.
-No lo creo señor. De ser así no hubiera olvidado su rostro -contestó con una sonrisa.
-Claro amor ¿de dónde ibas a conocer a una campesina, inculta como ella? -había vuelto a ser el centro de atención.
-Vamos madre, mírala no es una campesina -mirando a Mariana dijo -Cuñada ¿Cómo vas en la universidad? Mi hermano me dijo que estudias ciencias de la comunicación -Jonathan se propuso hacer de cupido entre los dos, sabia que podía surgir algo entre ellos. Daian miró con seriedad ¿cuando se lo había dicho? Seguro él como siempre fue de fisgón a la investigación que había echo, pero no podía enojarse después de todo usó la información para sacar a la chica de una humillacion.
Mariana no sabía como responder sobre todo porque la manera en que se dirigió a ella era extraña. Observó a Jonathan, el chico no tenía nada que envidiar a su hermano. Sus ojos vivaces eran encantadores, la sonrisa traviesa en su rostro, su metro ochenta, tez y su manera despreocupada de vestir coincidían con su carácter a sus diecinueve años quería vivir al máximo su vida y no se le podía culpar de ello, después de todo nació con un seguro de vida valorado en millones.
-Así es, curso esa carrera en la universidad pública, por ser los últimos meses estamos recargados de trabajos, informes y estoy trabajando en mi tesis cosa que abarca gran parte de mi tiempo.
-Mira que interesante ¿cuéntame en qué área te sientes más a gusto haciendo trabajo de campo o de oficina? Porque te diré hay de todo y cuanto antes sepas lo que te apasiona mejor será tu resultado, te lo digo como consejo. Ya sabes escucha consejos y llegaras a viejo -Dijo sonriendo.
-Tienes razón lo mío es más salir, entrevistar personas. Contar historias ver como transcurre la vida fuera de mí, saber que al cruzar la puerta de mi casa podré encontrarme con amor, pasión, dolor, risas, lágrimas y muchas otras cosas. Poder vivir sabiendo que no todo el mundo es infeliz que a pesar de lo malos momentos que pasamos todavía hay personas que hacen el bien. Que así como hay asesinos, también hay médicos, científicos buscando cura a enfermedades conocidas como terminales, darte cuenta de lo bueno y lo malo.
-Que la hay gente que sabe amar de verdad, que no engañan y mienten al ser amado. Papás que trabajan todo el día y en la noche tienen ganas de jugar todavía con sus hijos, madres trabajadoras que a pesar de cargar con el peso del hogar hacen soñar a sus hijos con un mundo mejor. Yo quiero crear noticia, pero no de aquella que vez y te sientes fatal, sino la que lees y te hace salir y querer saber donde están ellos para unirte a su grupo.
Mariana habló con tanta pasión que Daian sintió envidia por su buena fe y optimismo, el mundo era una completa mierda y ella aún no se enteraba de eso. Fue incapaz de contradecir lo que dijo, después de todo quien era él para romper sus sueños. Eso que describió no existía en la realidad, pero que ganaba con decirlo.
-Daian ¿te buscaste una novia o una parlanchina? No a parado de hablar.