Me encontraba agitada, por completo eclipsada. No podía conciliar el hecho de que esto había pasado, ¡Con él! ¡Oh Dios! Fue increíble. Ryan es por completo alucinante, nadie jamás me había hecho sentir tan bien como él. Me sentí conectada como nunca y estoy segura que jamás podría recuperarme de esto.
Recostada en su pecho mientras dibujaba círculos imaginarios en mi piel, rememoraba absolutamente todo lo en mi cabeza. Cada beso, cada caricia, susurro y hasta sus facciones en cada momento. Los grababa a fuego en mi cabeza, era increíble como una persona podía afectarte de tal manera, me encontraba plena y me sentía fabulosa.
Si no fuera porque puedo percibir su constante subir y bajar de su pecho, sus pequeñas exhalaciones, diría que todo esto solo ocurrió en mi mente, que fue producto de un sueño, pero estaba consciente de que no lo fue. Consciente en cada rincón de mi cuerpo, aunque algunas partes adoloridas más que nada sentía como llamas que seguían quemando mi cuerpo, los lugares donde él estuvo.
- Dime, ¿Qué piensas?
- ¿Qué? - digo confundida había escuchado su voz, pero no las palabras, así de extasiada me encontraba.
- Puedo ver desde aquí como los engranajes de tu cabeza se mueven, ¿En qué piensas?
Sonrío, había sido tan transparente para él desde el momento uno que sabía leerme tan bien que me sorprendía, había pasado solo un día y ya se había aprendido algunas cosas que me delataban. Cosas pequeñas que ni siquiera las personas más cercanas a mi habrían podido notar. Me alegraba, sabía que me prestaba atención y con estas cosas los confirmaba, ahora era su centro de atención y me encantaba.
- Nada solo recordaba esto. Gracias por aparecer en mi vida. Si, no te agradezco el baño de Frappucino en la cabeza, pero del resto estoy feliz.
Suelta una carcajada. Toma mi rostro y hace que lo mire a los ojos, su mirada era tierna y amorosa. Decían tanto. No hagas eso Ryan, que me pierdo en ellos y no soy coherente.
- Yo estoy feliz de haberte encontrado y la manera en la que lo hicimos, somos únicos y nuestra relación es única y siempre lo será.
Suspiro ante sus palabras, ¿Cómo no perder la cabeza con este hombre? Todo lo que decía era mágico, es verdad lo que dicen, cuando empiezas una relación al principio todo te suena a divina gloria, solo espero que esto nunca cambie.
Desesperada por sentirlo nuevamente, me impulso para delante con la intención de pegar sus labios con los míos, pero cuando nos encontrábamos a milímetros de distancia alguien muy inoportuno toca nuestra puerta, embravecido.
- ¡Hey degenerados! Dejen eso y vayamos a almorzar, aunque creo que ustedes ya comieron suficiente...
Podía escuchar las carcajadas de Ximena del otro lado de la puerta, habíamos sido pillados. Sentimos como volvía a tocar la puerta que se encontraba a solo centímetros de la nuestra volviendo a gritar lo mismo. Al parecer no éramos los únicos que seguíamos aquí, como habían empezado antes creí que quizás ya hubieran terminado, pícaros ellos.
De todas formas, debía admitir que durante nuestra escapada en la habitación había olvidado a nuestras familias, a todos y todo, a decir verdad, que vergüenza. Ahora solo imaginaba como Ximena iría por completo divertida de la situación y nos delataría frente a todos en la casa contándoles como había encontrado
- ¡Maldita sea! Había olvidado el almuerzo. - comenta Ryan vistiéndose, recién había caído en que fuimos atrapados, podía ver como su rostro se contraía por la idea de salir de este cuarto luego de lo que ocurrió - ¿Nena, es necesario ir? Quedemos aquí...
Lo miro y veo que estaba dudando en vestirse, yo ya iba colocándome los zapatos. Apenas la había escuchado había brincado de la cama para comenzar a cambiarme, completamente segura de que si no íbamos sería peor, si aún no había dicho nada sobre la situación en la que nos encontró si faltábamos es más que seguro que lo haría.
- Ryan, están mis padres no los veo desde hace 5 años quiero compartir el almuerzo con ellos y nuestra familia. ¡Vamos!
De mala gana comienza a vestirse y yo solo puedo mirarlo, no puedo retirar mis ojos de él era un completo deleite. En definitiva, la vida me había sonreído y había sido muy generosa conmigo al darme un hombre tan guapo como Ryan.
- ¿Contenta mirando o quieres ver más?
- Estoy bien – digo haciéndome la superada mientras sonrío por lo bajo, lo había disfrutado y mucho.
Ya listos y presentables, íbamos saliendo de la habitación y vemos que Dani y Jesse hacían lo mismo. La cara sonrojada de Dani lo dijo todo, estaba avergonzada sin embargo el rostro de Jesse estaba por entero serio.
¿Dónde había quedado el chico ocurrente de ayer? El casanova había sido atrapado y al parecer tenía una debilidad y era ella.
- Hola chicos! Vaya ustedes también fueron interrumpidos - comenta Ryan todo sonriente, en su cara nada más faltaba un letrero que dijera " La hice mía hoy" con una flecha apuntándome. Su sonrisa de nene contento lo delataba, además, mantenía su brazo alrededor de mi cintura de una manera muy positiva.
- En realidad, quienes nos interrumpieron fueron ustedes y todo el ruido que hicieron ahí dentro. - nos dice Jesse con una ceja levantada y una sonrisa ladeada. - Picarones.
Al parecer su estado de ánimo estaba mucho mejor después de la sesión de entretenimiento que tuvo
- Mejor aceleremos el paso que sino Xime nos vendrá a buscar y no solo dirá que estuvimos haciendo eso sí no más bien que tuvimos una orgía o algo peor.
Ya en la casa nos encontrábamos todos reunidos en la mesa hablando de varios temas no tan interesantes. Mi padre, el señor Reyes y el señor Alexander estaban muy compenetrados preguntando detalles de varios de mis casos, les interesaba conocer como lograba ganar todos ellos con pruebas muy rebuscadas. Me sorprendió que el último supiera tanto de los casos que manejaba y me había dicho que pasaba mucho en España y que algunos fueron casos muy nombrados y que leyó varios de ellos.