De Él

V

     Nos quedaba un día mas en ese lugar e Irlanda y yo ya no sabíamos que mas hacer para medio distraernos en esas interminables horas de aburrimiento que estábamos pasando en esa tierra olvidada por Dios. Ya habíamos abarcado todos los temas y chismes, criticado a todo el mundo (hasta a la misma Grecia) y por lo mismo no nos quedaba ya mas nada de que hablar. La ridícula de mi amiga, sugirió que jugáramos el juego de las escondidas -No tenemos cinco años- Fue lo único que atiné a decirle, pero al final, terminamos haciéndolo pues pensándolo bien el rancho de mi abuelo era enorme y había muchos lugares donde esconderse, y servía que me deshacía un buen rato de mi amiga, pues estaba harta de su bla bla bla y de que no le parara la boca.

-Está bien, jugaremos tu tonto juego, pero con la condición de que la que se esconde primero soy yo-Me sentía como una niña boba diciendo esto, pero valía la pena librarse de ella diez minutos aunque sea.

-Está bien, pero no te vayas tan lejos o no te buscaré- Se atrevió a amenazarme.

-Si, si, lo que digas. Ahora ya Ponte a contar hasta cien

-¿Cien? Ay no te pases tampoco, contaré hasta veinte-sentenció.

-Bueno pero ya hazlo de una vez por todas- Le grite mientras corría al lado contrario de ella, mientras pude alcanzar a ver cómo se daba la vuelta para empezar su conteo.

Volteé para todos lados pues no sabía cuál sería el mejor lugar para esconderme de Irlanda. De reojo vi el cuarto contiguo a la cabaña y decidí que ahí estaba bien.

Mientras subía las escaleras cafés muy viejas y maltratadas para acceder al cuartucho, reflexioné que era un pésimo lugar para esconderse pues era obvio que ese sería el primer lugar donde se le ocurriría a mi amiga para buscarme, pero a pesar de saberlo no había marcha a tras pues seguramente Irlanda ya estaba a punto de terminar de contar.

Di vueltas para encontrar el lugar perfecto donde esconderme, se me ocurrió meterme bajo una cama vieja pero de sólo pensar que todo estaba súper pulguiento se me fueron las ganas y pensé en otra opción que fuera mas sana para mi cuerpo ya deporsí cansado de baños con agua tratada, o no se si estaba tratada pero me estaba dejando el cabello mas marchito que las flores que las secretarias pusieron en la dirección de mi escuela desde que empezó el curso escolar. Después vi un buró arrinconado en el fondo del cuartillo, pero no me gustó tampoco esa idea; que tal si me salía una de esas arañas violinistas que tan de moda se pusieron en las publicaciones de facebook, no quería morir envenenada en un ranchillo de quinta por una araña y salir en esos periódico amarillistas, era la manera mas humillante y looser de morir. Ya me vi ahí toda pálida y vomitada en la primera plana con un título como "ESTABA JUGANDO A LAS ESCONDIDAS Y LA PICO UNA ARAÑA" hasta escalofrío me había dado de solo pensar tanta estupidez. Cuando reaccioné noté que Irlanda no seguía contando, así que al fina me metí a un ropero muy viejo y con aspecto antiquísimo, se parecía a los de "Las crónicas de Narnia" y no se si me pudo mas la emoción de pensar que podría pasar tal cosa, o la vergüenza de tener tanto retraso mental en mi cabeza.

Cuando me metí en el cochambroso pero espacioso ropero, pude sentir que estaba lleno de trebejos y cosas que seguramente ya no servían, pero el aferrado de mi abuelo no había querido tirar porque es un aprensivo sentimental con sus cosas materiales. me metí entre las cosas lo mas que pude aunque no sabía entre que era lo que me estaba metiendo, mi complejo de competitividad y mi dignidad de no perder ante Irlanda era mas grande que las ganas de cuidar de mi propia integridad. Escuche los zapatos de ella al entrara al cuarto pues rechinaban en la madera de tal manera que el ruido parecía un gato ronronear, pero con enfisema pulmonar. Yo hubiera jurado que no me encontraría pero mas tardé en esconderme, que en que la infeliz de mi amiga abriera las puertas del ropero de par en par, lo que provocó que yo me viniera abajo con todo y las cosas que guardaba ese viejo ropero en su interior, sólo sentía como las cosas caían en mi cabeza y cuerpo una tras otra, pensé que me desmayaría pero creo que exageré, porque tampoco es que me cayera un objeto de tres kilos encima. Eran cosas ligeras.

-Idiota, mira lo que hiciste- La regañé aunque en el fondo ella no había tenido gran culpa de lo que pasó, tal vez era la costumbre.

-Pero yo no hice nada, sólo abrí las puerta- Me explicó

-Ya, ayúdame a levantar todo que si no, nos vamos a meter en problemas, !APÚRATE!

-Si ya voy- Me respondió mientras guardaba no se que cosas a montones

Yo me acerqué a la entrada casi casi a tientas pues estaba todo prácticamente a oscuras y la única iluminación que teníamos era la de la luz natural que entraba por la puerta y por una ventana diminuta con vidrios opacos de polvo pegado de años. Cuando la luz se encendió Irlanda ya había recogido casi todo, excepto un objeto de madera que tenía entre las manos, yo me acerqué a ella pues estaba muy incrédula a que se trataba de lo que me estaba imaginando. Las dos posamos nuestros ojos durante mucho tiempo en el objeto y luego cruzamos nuestras miradas, claro que era lo que me había imaginado y lo que tanto me temía, al ver la cara de mi amiga me di cuenta que ella también lo sabía y las dos al unísono y como si nos hubiéramos puesto de acuerdo dijimos- ¡Una Ouija!



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En el texto hay: miedo, romance, terror

Editado: 18.10.2023

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