Ya había anochecido hace algunas horas, por lo que mi hermano no dilataba en llegar, no me había ido tan mal ese día, gracias también a esa niña que dió mucho, por escuchar un poco cabe destacar era solo mi primer día en Aldremir los dioses me han ayudado mucho hoy; a este paso podré ayudar a mi Melibea.
—Que bueno que allí estés Mel siento haberte hecho esperar, pero, en la taberna los campesinos estaban muy contentos con las cosechas hermana, te traje algo de cenar rico debes estar hambrienta.
Bastián me entregó un paquete envuelto en tela, que al desenvolver había una pieza de pan, un pedazo de queso y algunos trozos de carne, luego me dió una cantimplora con agua.
—¡Bastián gracias huele todo muy delicioso hermano! ¿Pero tú has comido? Mira que no tengo problema alguno en compartir estos alimentos contigo.
—No seas tonta yo ya me di una buena atascada, en la taberna anda Mel después, de comer te daré una pequeña y dulce sorpresa, ven siéntate a un lado de la fuente y come tranquila, luego iremos con los demás a dormir.
—Vale está bueno todo gracias por la comida, toma la bolsa del violín allí están mis ganancias del día de hoy, guárdalas tú recuerda que soy demasiado distraída, además puede perderse.
La verdad si era muy distraída, le daría todo a mi hermano pero para mañana si guardaría algunas monedas, para buscarle un doctor a Melibea.
—¡Melodía enserio has conseguido dieciséis coronas hoy! Hermana has tenido buena fortuna, mira que ganar eso solo tocando tu violín en una tarde es de ocurrirle a pocos; Mel a mí me han pagado diez coronas hoy, pero mañana la fortuna también me sonreiá hermana. —Dijo el castaño con evidente entusiasmo.
—Muy bien dicho vamos a dormir, muero del agotamiento y está noche siento que caeré como una roca.
—¿pero tu sorpresa Mel ya no lo quieres...?
—Obvio me la das al llegar a las carretas,
es que tengo frío y sueño.
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En una vieja cabaña, en ruinas tres hombres discutían acaloradamente.
—¡Esperaron mucho por esa chica no quiero más retrasos, le he conseguido un buen comprador y no pienso quedarle mal a mi mejor cliente!
—Pero señor esa chica estaba en medio de muchas personas, no podíamos llevarla nada más así, ya de por sí la esclavitud en Alkarya está casi abolida; lo más seguro es que los soldados nos habrían detenido. —Explicó, uno de los hombres excusandose ante su líder.
—¡Par de inútiles esa, es una chiquilla gitana sin apellidos, ni dolientes, es menos que una plebeya estrato cero, los gitanos son escoria uno más, uno menos que, importa! —gritó el líder de los tres, furioso con con aquel par.
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—Odette ¿Qué hacías afuera del palacio? Te pudieron haber hecho algo niña que no ves que eres lo más importante hermosa. —Reprendía el principe a su pequeña hermana, sentandose a su lado.
—Lo sé pero es muy aburrido estar tan sola, acá y tú me has contado cosas tan interesantes de los festivales de la ciudad, yo solo quería verlo por mi cuenta. —Se quejaba la pequeña princesa haciendo una mohina, de lo más tierna a su hermano mayor.
—Si pulga pero no puedes ir y venir, así no más porque si, pudiste haberme pedido que te llevara...
—Damián seamos honestos me abrías dicho que no, sabes hice una amiga y es muy linda toca el violín tan hermoso, es como flotar el sentimiento que genera su música —decía la pequeña levantándose en la cama bailando y haciendo giros, como si flotara—. Damián es tan hermosa quiero que le conozcas ¿Me llevarías a verla mañana por favor hermano...? —suplicaba la princesa con ojos de borrego.
La rubia no dejaba de hablar de las virtudes, de su nueva amiga y de su pequeña travesura.
—Lo pensaré —dijo en un intento de persuadir a la niña—, Odette ahora ve a la cama, antes de que Rowena vea que no estás en tu habitación. —Dijo el principe con fastidio, la susodicha nombrada no era de su agrado.
—Si descansa Damián, antes de irme sabes a mí me gusta como eres, ese maleficio que te han hecho, solo te ha cambiado físicamente, pero para mi tú alma y tu corazón, es el mismo y es eso lo verdaderamente importante ¿No crees? Si quieres mi opinión, esas orejitas peludas y esa colita tan suave y esponjosa, te hacen ver más tierno. —Decía la princesa acariciando las orejas de su hermano.
—Gracias pequeña aduladora, ahora ve a dormir. —Dijo bajando a su hermana de la cama, con delicadeza.
Ya solo se quitó la ropa y calzado, dejando solo un pantalón negro y una camisa blanca desabotonada a mitad de su pecho modtrandote una cadena con una piedra de enigmático color azul.
«Ya han pasado, diez años de aquella maldición, que ha quitado parte de mi humanidad digo parte porque aún conservo, mis sentimientos y convicción. De que algún día dejaré de ser este demonio, qué aquella maldita hechicera me convirtió por pedido de él; el maldito duque de Azaír». Porque nadie le quitaba de la cabeza, que ese hombre sediento de poder fue el causante, de todas las desgracias de su familia y el atentado al palacio, que como consecuencia, se llevó la vida de su amada madre la Reina Marion.
«Tu muerte no será en vano madre, pase lo que pase, ese arribista codicioso no se quedará, con la corona de Alkarya».
——♡——
—Damián ven aquí principito mío ¿Qué haces? —preguntó una mujer de larga cabellera castaña clara casi rojiza.
—Escojo un tulipán para ti el más bonito para ponerlo en tu cabello madre. —El pequeño príncipe, estaba concentrado, en buscar la flor más linda y llamativa para su madre.
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Editado: 22.01.2024