De Princesa a Reina

Un nuevo miembro en la familia

No me sorprende estar de nuevo en una fiesta de cumpleaños llena de globos, comida, piñatas, trampolines, payasos y muchos juegos de los cuales los niños llegan a disfrutar a cada minuto. No existe nada que falte en esta fiesta, ya que lo principal de ello como el pastel y los regalos siguen siendo el llamado de atención de la pequeña April quien está celebrando su segundo cumpleaños; alrededor de un enorme jardín con gran espacio para que los invitados puedan moverse de un lado hacia el otro con mucha libertad.

La verdad de todas es que aún no me acostumbro al formar parte de cualquier fiesta de cumpleaños, lo digo con exactitud porque escuchar a los niños gritar, algunos llorar por un caramelo o perderse entre tantas personas me llega a poner alerta, nerviosa y estresada por mis propios hijos quienes en vez de cuidar solo a uno tengo que hacerlo por tres; es casi frustrante tener que buscarlos a veces y eso que Xavier se limita a preocuparse con solo decir que están seguros y que los deje divertirse todo lo que puedan. Pero el conflicto de ello es que no soy así, mi instinto de madre protectora siempre llama adelante y me dice que debo de tener cuidado con cualquier cosa, desde los objetos de vidrio que pueden llegar a caerse de repente hasta los juegos inflables que por seguridad los niños deben de ser tranquilos al jugar antes que salgan volando y terminen por obtener un raspón.

No me preocuparía mucho si no fueran inquietos, eso sin decir que con cinco años ya parece expertos en cuidarse del uno al otro, no es que haya tenido que asegurarme en enseñarles cómo protegerse ante todo peligro si llegase a faltar en cualquier momento que no estuviera presente pero en realidad al ser trillizos, Kaleb siempre parece estar encargado de cuidar a sus dos hermanos menores sin que se lo ordene, eso sin decir que él y Fionn también protegen a Valentina y bueno, la pequeña simplemente los busca cuando necesita de su ayuda.

Aun así, eso no quita que tenga que estar pendiente de ellos y eso que ni siquiera puedo tener una conversación tranquila cuando no puedo contar el número de dulces que ya han comido haciendo que la azúcar los termine por poner hiperactivos haciendo que corran más de lo normal y desaparezcan al momento como si jugaran a las escondidas.

Miro hacia atrás y observó cómo Xavier, Neil y otros padres de niños invitados a la fiesta hablan con mucha devoción de algún tema que los hombres llegan a entretenerse y poner de suma atención a cada palabra que dicen. Ni siquiera entiendo como mi propio esposo puede manejar tanto los temas de deporte, tipos de autos y música actual como antigua cuando lo propio de él es la política; a veces escuchar a Xavier mencionar sobre las copas de la Champions League como los balones de oro que ganan los mejores futbolistas del mundo, hace que me quede con la boca abierta, tanto que no asimilo ni siquiera el día en que lo observé mirar un partido de futbol europeo con Kaleb, donde ambos parecían disfrutarlo mientras comían comida chatarra y ninguno me escuchaba cuando los reprendía que se terminarían por enfermar si seguían comiendo demasiadas palomitas de maíz y perros salchichas.

Es difícil creer que detrás de una corona que presenta Xavier en su vida cotidiana con la mayor parte de población de cualquier país, se esconde detrás de él un hombre con una vida normal; sin lugar a dudas, cada día descubro cosas nuevas de él y lo digo porque a veces termina por impresionarme, tanto que hasta él se ríe de mis rostros cuando hace algo que nunca me imaginé que él mismo haría. Como por ejemplo, la guerra de globos de agua que ideo un día que hacía calor y los niños se encontraban de vacaciones, donde para no aburrirse y refrescarse, mando unas personas de servicio a llenar varios globos de agua para después hacer que los niños se cambiaran de ropa y llegaran a ponerse sus trajes de baño para comenzar con su plan.

Había pasado un día bonito con los niños que cuando llegue a casa, mi sorpresa fue encontrarlo a él y a nuestros hijos, empapados de agua y con unas sonrisas en su rostros; para aquel momento Xavier se mostraba relajado y seguro, tanto que me recordó como si fuera un joven de veintiuno que acaba de cometer una locura divertida que jamás olvidara.

Por lo menos, existen momentos que jamás se olvidan y eso sin contar de lo mucho que aún nos falta vivir al lado de los niños.

—Hola, llamando a Kiara de Ravenscroft. ¿Me escuchas? —Agite mi cabeza a los lados y volví a mirar a Wayberly.

—Lo siento, me distraje pensando en los niños. —Busque de nuevo a Kaleb, Valentina y Fionn.

—Están junto con Merci, Aldo y Stephene. —Me señalo ella un castillo que está lleno de pelotas.

Observé a mis sobrinos y a la primogénita de mi mejor amiga jugar con mis hijos en el inflable en forma de castillo que se encuentra cubierto lleno de pelotas de plástico de diferentes colores; Fionn que se encuentra a punto de tirarse, Kaleb lo termina por empujar haciendo que caiga en la piscina de pelotas hasta ver como su cuerpo se hunde hasta no verlo.

Me doy un golpe en la cabeza al darme cuenta que Kaleb de nuevo le ha hecho una broma a Fionn y es que los dos príncipes de la familia por lo regular mediante van creciendo se vuelven demasiado parecidos a Johann y a mí, ya que con continuidad si no es Kaleb quien molesta a Fionn, Fionn es quien molesta a Kaleb; se ha vuelto esto una rutina diaria que muchas veces he intentado hacerlos parar con sus juegos no muy bruscos pero si un tanto peligrosos, pero ahora al ver esto, sé que aunque Kaleb no lo haya hecho con intención de golpear a su hermano sino solo para jugarle otra de sus bromas, tendré que volver a enseñarles como jugar para que estos dos caballeros no se hagan rebeldes cuando crezcan más.



#328 en Joven Adulto
#4840 en Novela romántica

En el texto hay: principe, princesa, herederos

Editado: 21.04.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.