Estaba en una calle oscura, no había nadie presente, por lo que caminé para avanzar. La noche era fría e inquietante, escucho pasos que provenían detrás de mí y el pánico aumentó considerablemente. Seguí caminando rápidamente, pero la calle no tenía fin y todo estaba a oscuras, pero de pronto escucho más pasos que se acercaba hacia a mí. Por lo que corrí sin dirección aparente y cada vez que corría se podía escuchar voces, muchas voces.
Cada vez que corría me acercaba en lo que parecía ser un campo de fútbol americano, estaba muy iluminado. Avancé hacia el campo de fútbol y al entrar mi vestuario cambió, llevaba puesto mi antigua ropa de jugador. Los gritos se hicieron insaciable, todos estaban felices de verme, sonreí al ver a todos sentados en las gradas, pero de un momento a otro las luces se apagan dejándome otra vez en la oscuridad. De pronto vuelven a encenderse, pero veo como alguien azota un bate sobre mi rostro.
Abro los ojos con la respiración acelerada mientras me siento de golpe en la cama, veo que la oscuridad era presenta en mi habitación, entonces giro mi rostro hacia la derecha fijándome que Hayley estaba profundamente dormida con la sabana cubriendo su cuerpo desnudo. Mi corazón aún seguía latiendo aceleradamente por aquel sueño tan estúpido que había tenido.
Me levanto de la cama y tomo mi bóxer que estaba tirado en el suelo, me lo pongo, miro mi celular que estaba en la mesita de noche y lo tomo. Salgo de la habitación lentamente para que Hayley no se despertara, camino hasta llegar a la sala de estar, me acerco al sofá y me siento en él. Después de aquel incidente no he logrado recordar quienes fueron los culpables de haberme golpeado y como consecuencia he tenido montones de pesadillas similares sin dejarme dormir a mitad de la noche.
También estaba preocupado por Taylor, quien no me ha dado signo de vida desde que habíamos discutido, era como si no quisiera nada de mí, algo que me entristecía un montón. Enciendo mi celular y busco el número de mi hermana, me quedo mirando por un largo tiempo el número de contacto de Taylor, obviamente está dormida a esta hora, no creo que me conteste.
—Allí estás. —escucho la voz que Hayley a mi espalda, miró hacia atrás y veo que se ha puesto una de mis playeras, lo que le quedaba inmensa. Ella se acerca lentamente hacía mí y se sienta a mi lado.
—No puedo dormir. —digo mirando mi celular—Volví a tener otra pesadilla.
—Ya veo—Hayley apoya su cabeza en mi hombro—No tienes por que esforzarte en recordar quienes te atacaron, tienes que tomártelo con calma.
—Si, creo que he estado muy presionado—dejo mi celular a un lado y tomo la mano de Hayley acariciándola—¿Qué tal si vamos a dormir? Mañana hay que organizar lo que haremos para mi cumpleaños.
—Vamos. —ella se levanta y toma mi mano ayudándome a levantarme.
Ambos volvimos a mi habitación y esta vez dormimos abrazados. Tener a Hayley me hacía sentir verdaderamente feliz y más en estos momentos.
Abro los ojos con pesadez, me sentía tan relajado, pero a la vez cansado. Era de aquellas mañanas que nos levantamos como si nos molieran a golpes. Escucho como la puerta de mi habitación se abre, giro mi rostro de inmediato y veo que Hayley acaba de entrar con su ropa puesta, parece que se va a trabajar.
—¿Ya te vas? —pregunto con mi voz ronca, ella sonríe y se quita su abrigo.
—Acabo de llegar. No puedo creer que dormiste todo el día. —dice ella caminando hacia mí y se acuesta a mi lado. He dormido todo el día.
—Ni yo puedo creerlo. —digo en un suspiro.
—Bueno, cuando fui a la agencia me dediqué a buscar por internet buenos restaurantes y mira lo que encontré —Hayley se levanta de la cama y va donde había dejado su bolso. Me siento y froto mis ojos con mis manos.
Entonces veo como Hayley se sienta a mi lado, pero esta vez con su computador en su mano. Miro la pantalla y veo que entra a una página web.
—Mira—dice mostrándome el logo de un restaurante—Este es perfecto, tiene ambiente familiar y he llamado para que me dieran información. Me enteré de que hay mesas para 10 personas y como somos 10 en total contando con Liam, es perfecto. También he estado investigando hoteles a un buen costo para tus padres y tu abuelo para que puedan dormir cómodamente...
—Oye, oye—digo interrumpiéndola—Agradezco lo que has investigado, pero sobre el hotel no es necesario, puedo ceder mi cama a mis padres y la cama de Liam a mi abuelo. No es necesario el hotel. Lo del restaurante me parece buena idea, lo demás déjamelo a mí.
—Bueno... pues ok. Ahora tengo ir a casa para convencer a papá de que vaya—dice, pero antes de que se levante la tomé del brazo y la miré a los ojos.