Debajo de un árbol de espinas, me enamoré

11

(Princesa) susurraba una voz desde la oscuridad.
(¿Quién eres?) no tuvo respuesta y decidio caminar en las sombras en busca de la voz que la llamaba a lo lejos.

Al llegar pudo observar un gran castillo, no era como el de otros reinos sino era temible a simple vista, como si el odio abundara en él, volvió a escuchar la voz y se decidió por entrar en ese espantoso lugar, caminaba por todos los pasillos hasta que llegó a una terraza y en está se encontraba un hombre dandole la espalda.

Cuando quiso tocarlo este se volteo empuñando una espada que apuntaba a su cuello, el hombre sonrió al ver que ella estaba aterrada.

El hombre era atractivo, cabello desordenado castaño y su rostro era muy bello pero aunque fuera un hermoso hombre a adelaide le aterraban los ojos escarlata de este, ya los había mirado antes y sabía que ese hombre era el culpable de todo lo que estaba pasando en su vida. 
(¿qué es lo que quieres) el hombre bajo su espada y con una voz escalofriante respondió ( a ti), no sabía de qué se trataba pero planeaba averiguarlo (¿por qué?)  preguntó, tenía unas inmensas ganas de salir corriendo lejos de él pero tenía que ser valiente.

(verás, eres una amenaza para mí, lo que yo quiero es que uses tus dones para mí) ¿le estaba proponiendo que fueran aliados? Ni loca, jamás ayudaría a ese hombre.

(lo siento, no puedo ayudarte) se dio la vuelta para marcharse (eso fue justo lo que tu madre me dijo) se detuvo derrepente para mirarlo (¿qué hiciste con mi madre?) (la mate, fue muy blanda al no acabar conmigo y yo terminé con su sufrimiento antes de que el sello que creeo nos absorviera).

Su madre era y será su orgullo pero no dejaría que se burlara así de su madre, era una mujer bondadosa y decidió darle otra oportunidad a este hombre, sin embargo su corazón sólo alberga maldad y no puede continuar.

(lamento que lo veas así, conozco a mi madre y ella te quiso dar otra oportunidad, una que estas desaprovechando, ¿por qué no eres simplemente feliz y abandonas la oscuridad?)

Una carcajada se escucho por todo el salón donde estaban, el hombre no podía creer cuán estúpida era, claro que aprovechaba la oportunidad, con sus dones doblegaría al mundo y todos les temerian.

(escucha, solo quiero que me prestes tus dones para gobernar el mundo) ella solo negó y se dio la vuelta caminando para retirarse (bien, entonces recuerda esto, iré por ti y te arrebatare esos dones que no sabes usar por cierto recuerda mi nombre, soy Will!) un escalofrío la recorrió entera pero aún así, no se detuvo.

Y así Adelaide despertó de su visión, tenía que preparar todo y estar lista para cuando el hombre quiera atacarla, está vez no habrá una segunda oportunidad para él, siempre pensó que la gente podía superar ese dolor pero no está vez, el no quería soltarlo y por eso ella sentía lástima por él y también terror, cumpliría con su palabra.

(...)

—¿Eso quieres? — todos la observaban sorprendidos.

—solo hasta que pueda crear la barrera de nuevo— dijo simple, su plan era que ellos crearán una barrera para tener el suficiente tiempo para prepararse.

—pero no resistiría un ataque como el de la última vez.

—El enemigo no lo sabe Connor, creerán que yo la he hecho y plantearán mejor sus cartas—tenía que funcionar, era lo único que se le ocurría.

—De acuerdo, lo intentaremos —dijo levantándose Desmond mientras los demás lo seguían.

—Perfecto, los amaré más por este favor- todos la miraron mal.

—¿Entonces nunca nos amaste antes? - ella sonrió y asintió.

—siempre los he amado.— dijo mandandoles un beso al aire.

(...)

—Esta lista la barrera, ¿segura que es buena idea? — ella miraba por la ventana cuando asintió.

—Te has vuelto muy fuerte, me alegra que seas nuestro futuro— dijo sincero.

—fue gracias a ustedes, mientras los cuatro estén conmigo siento que puedo con lo que sea—dijo sonriendo.

—No se que haces en mí Adelaide— dijo acomodando un mechón detrás de su oreja.

—¿A qué te refieres? —

—Te he visto crecer y superar obstáculos y ahora siento algo distinto a lo que teníamos, cuando estoy contigo me pican las manos por tocarte, aunque sea la mano y siento algo acelerarse dentro de mí —ella quedó sorprendida ante sus palabras, también ella se sentía así.

—También me pasa ¿qué creés que sea? -

—No lo sé, pero quedate a mi lado eternamente, jamás dejaré que alguien quiera dañarte, primero tendrá que pasar por encima de mí. —

sin darse cuenta sus rostros ya estaban demaciado cerca y decidieron dejarse llevar por lo extraño que los impulsaba a hacerlo, sus labios fueron un baiben de emociones, no había vuelta atrás, por algo la vida los había reunido y pensaban mantenerlo así, dejar que ellos fueran uno.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.