Estefan y yo estuvimos hablando por una hora más de cosas triviales hasta que alguien entra sin tocar, furioso y azotando la puerta.
-te lo había advertido Estefan, si esa mocosa volvía a intentarlo no saldría más y ella tendría que tomar clases de modales aparte de la escuela aquí en el orfanato.
-lo sé- dijo el calmado
-yo seré su tutor y te lo advierto lucia, en mi oficina no se grita- la hermana lucia estaba furiosa, su cara estaba roja como un tomate y me dio una mirada llena de odio antes de decirme:
-señorita la espero en 20 minutos en la capilla, su castigo será reacomodar todo, igual que las ultimas nueve veces-
Yo solo asentí, realmente no era tan malo, de esa forma yo estaba ocupada y además ya lo había hecho antes, es divertido organizar, lo malo era que una vez todo estuviera en su nuevo lugar yo debía hacer el aseo del lugar y no sería un gran problema si el lugar estuviera en constante cambio pero como solo se reacomodaba cuando yo intentaba escapar pues habían grandes manchas y mugre acumulada.
Me despedí de Estefan y camine despacio hasta la capilla, llegue antes de los veinte minutos pero aun así la hermana lucia ya me estaba esperando sentada en la última banca de la capilla.
Cuando entré ella se levantó muy dignamente y dijo:
-los implementos de aseo están en la pared de tu izquierda, empieza ya, vendré antes del almuerzo para revisar tu progreso-
Yo solo asentí, en cuanto la hermana lucia se fue yo empecé, esta vez iba a hacer las cosas diferente, primero moví todas la pesadas bancas contra la pared de la derecha y empecé a limpiar, para cuando llegó la hermana lucia para permitirme salir al almuerzo ya estaba listo y limpio un cuarto de la capilla.
Ella me dejó salir al almuerzo después de darme a mí y a la sala una mirada despectiva.
En el almuerzo me senté sola en la mesa del rincón, esa mesa era literalmente mía, nunca nadie además de mí se sentaba ahí, nunca le dije a nadie que no lo hiciera, simplemente las personas no querían molestarme cuando era pequeña y ahora no quieren estar con migo, eso me tiene sin cuidado.
No tarde mucho almorzando ya que no quería extender mi trabajo en la capilla, pero me entere de que todo el mundo estaba enterado de lo que había pasado, durante todo el almuerzo solo escuche murmullos que hablaban de mí.
Salí rápidamente del pequeño cuarto junto a la cocina con mesas que nosotros llamábamos cafetería, llevé mis platos sucios a la cocina y los lave, luego camine hasta la capilla que para mí mala suerte quedaba al otro lado del orfanato, el problema no era en este momento, el problema sería en unas horas cuando llegara el momento de ir a dormir y yo tuviera que atravesar el orfanato en medio de la oscuridad y con las hermanas que de hecho daban demasiado miedo rondando por ahí.
Decidí sacar todo eso de mi cabeza y continúe con el arreglo de la capilla, estaba tan concentrada que no note cuando alguien entró en la capilla sino hasta que estuve tan cansada que decidí sentarme en una de las bancas por un momento, pero cuando estaba yendo hasta la banca más cercana veo una sombra moviéndose hacia mí.
Me voltee un poco asustada y di un saltito cuando me encontré con que había alguien observándome, después ese miedo se convirtió en odio; realmente quería que ese idiota que había entrado seguramente con malas intenciones se fuera y me dejara terminar con mi trabajo.
-hola hermosa-
-¿Qué quieres Masón?, ya vete no te necesito aquí estorbando-
-¿Qué pasa nena?, ¿acaso no te agrada mi compañía?-
-no, para nada y quiero que te vayas ahora o…-
-¿o qué?- dijo Masón con tono burlón mientras se levantaba y me acorralaba contra la banca en la que yo estaba sentada.
Su cara estaba demasiado cerca de la mía y todo su cuerpo lo estaba también.
-aléjate Masón, no te quiero cerca de mí-
El empezó a acercarse más dejando su cuerpo totalmente pegado al mío, yo empecé a retorcerme para intentar quitarlo, él estaba acercando su rostro al mío intentando besarme pero yo no lo permitiría, ya estaba muy cerca de mí y cuando nuestros labios se rozaron yo le di con mi rodilla en la entrepierna; el empezó a retorcerse de dolor en el piso y en ese momento por la puerta entró Estefan; yo estaba sentada en mi lugar anterior y Masón estaba en el piso.
Estefan me miró y supo de inmediato lo que pasaba, tomó a Masón de la oreja y lo jalo hasta la parte de afuera de la capilla, escuche sus pasos alejándose y todo el peso que había sobre mis hombros se esfumó de apoco mientras que yo continuaba con mi trabajo, quería despejar mi mente y lo conseguí, tanto así que la capilla estuvo completamente lista para cuando empezaba a oscurecer; me felicite a mí misma por mi gran trabajo y me dispuse a salir de la capilla, iba por el pasillo que conectaba la capilla con el resto del orfanato mirando al piso cuando me choque con alguien.
Murmure un perdón si siquiera ver quien era la persona y di un paso para seguir con mi camino pero alguien tomó mi brazo por mi muñeca y me devolvió, creí que era masón pero en cuanto vi la cara de Estefan me lance en sus brazos abiertos y acepté el abrazo que me estaba ofreciendo.