Decidí No Amarte

Sorpresivo

Segundos después la dejé ir, confundida cerró la puerta detrás de ella mientras yo la observaba sin entender nada de lo que sucedió, Lena me hizo ver que aquel par de tequilas fueron mucho más y que basto un poco de confianza para mostrarle mi alma rota, subí a mi auto y en el trayecto a casa seguí repasando su expresión al tenerla tan cerca como para devorar sus labios a besos, algo que en el poco tiempo que llevo aquí ni siquiera había contemplado.

Al llegar a mi apartamento intenté por todos los medios conciliar el sueño, pero maldita sea las pesadillas de mi desesperación me tenían preso, soñando con Ana, sus suplicas, las palabras de Lena y mi extraño comportamiento, todo revuelto en mi mente sin control, me levanté a las 4 de la mañana con apenas dos horas de dormir. En calidad de zombie ojeroso y agotado me dispuse a preparar todas mis cosas para un día más de labores, sin embargo, tomé la decisión de dejarle claro a Lena que no estaba dispuesto a mezclar el echo de ser confidentes de nuestros problemas con algo más.

Lena no merecía cargar con mis tristezas ni con un tipo a quién las ilusiones de amor, dejaron de importarle.

La mañana en el corporativo comenzó con un operativo de narcóticos, demasiado movimiento, gritos y órdenes sin pies ni cabeza, Manuel me llamó al verme entrar, apenas tuve tiempo de dejar mis cosas en el cubículo cuando ya estábamos abordando uno de los autos de comando,  me pasó un chaleco antibalas mientras me explicaba de que se trataba todo eso.

—No te entiendo Manuel ¿A dónde vamos?— pregunto inquieto

—Nos avisaron que en el centro de la ciudad hay un enfrentamiento por asuntos de narcóticos— responde Manuel un tanto acelerado

—¿Narcóticos? Esa no es mi especialidad— digo molesto

—¿Tienes miedo Mendoza? No estamos para eso en estos momentos— dice en tono de burla

—¡Por supuesto que no es miedo! Es sólo que nadie me informó que ése sería mi campo de acción— respondo un tanto inconforme

Toda la zona estaba acordonada a varios kilómetros a la redonda, la tensión más que evidente tenía mis sentidos en alerta y la sangre hirviendo, no recordaba sentir ese tipo de adrenalina alguna vez, Manuel se movía muy bien y sabía perfecto que indicaciones dar al resto del equipo, yo sólo observaba y trataba de aprender de todo.

Las cosas se pusieron bastante feas cuando hicimos aparición en el punto cero, como se le conoce al lugar exacto donde suceden los hechos, tiroteo y gritos por todos lados, Manuel estaba demasiado preocupado por mi, no estaba preparado para ese tipo de experiencias, sin embargo, elegí ser policía y ahora siendo agente especial debía acatar todas y cada una de las órdenes encomendadas.

Afortunadamente pudimos detener a varios integrantes de la organización, tuvimos algunas bajas de las cuales no me sentía nada orgulloso, pues cuido mucho a mi equipo, trato de hacerlo aún arriesgando mi vida. Manuel me da una palmada en la espalda agradeciendo mi apoyo, nos acoplamos desde el primer día y logramos una gran mancuerna, de regreso a la corporación recibí un mensaje de mis padres.

—¿Todo bien?— pregunta Manuel al ver mi expresión

—¿Cómo?— respondo apenas

—¿Qué pasa? De pronto tu semblante cambio— me quedo en silencio contemplando la pantalla de mi teléfono

En pocas pero precisas palabras, mi madre dice que Ana me necesita, no entiendo fui muy claro al decirle a mis padres que de ella no quería saber nada, que me marché por que su existencia me estaba aniquilando. Llegamos a la corporación caminé de prisa a mi cubículo para llamar a mi madre, en mi pecho había una especie de presentimiento.

—¿Porqué mamá?—

—Hijo, escuchame— súplica mi madre angustiada

—Les pedí que dejarán mi historia con Ana en el pasado, por favor— mi madre insiste en que la escuche

—Andrés, sabemos que no ha sido nada fácil para ti, pero porque no...-

—Esa, es la súplica que yo les hago todos los días ¡Por que no me dejan en paz! ¿Porqué no me dejan vivir sin su presencia en mi vida mamá?- Mi madre suspira afligida

—Hijo, Ana ha intentado terminar con su vida...está vez por poco lo consigue- una especie de sudor frío recorre mi cuerpo

Le doy un trago a mi café, parece que no he escuchado a mi madre decirme eso de Ana, no puede ser verdad tiene que tratarse de uno de sus trucos para doblegarme, si eso debe ser digo en voz baja.

—Andrés, hijo ¿Me escuchaste?-

—Si aunque no entendí porque me dices eso ¿Yo que tengo que ver?-

—Ana no puede con la culpa, con todo el daño que te hizo, hijo por eso te necesita-

—Lo siento, yo también la necesite y prefirió marcharse así que lo que haga es algo que no me incumbe, te llamo después-

Colgué el teléfono ardiendo de rabia, de desilusión y tintes de desconcierto ¿Sería posible que me necesitará en verdad? No, definitivamente no, yo no podía caer en esa trampa, Manuel me sacó de mis pensamientos para avisarme que Lena había llegado y estaba esperando mi reporte, sólo eso me faltaba.



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En el texto hay: amor, romance, drama

Editado: 02.03.2018

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