Decisiones

Luz

— Solo me cuida mientras llega mi hora, he pasado por muchos, es que quieren... — Nekal no dijo nada más, abrió los ojos de miedo, mientras veía hacia atrás de la muchacha.

El tipo había despertado, entró sin hacer ruido, tomó un cuchillo, con furia le cortó el cuello a la joven, pero al ver como se regeneró tiró el arma blanca al suelo.

— Así que atacas por la espalda, de verdad eres un cobarde — Dukra se preparó para luchar de nuevo.

— Discúlpeme, no sabía que vendrían a buscarla tan pronto, mi señora demonio — él se arrodilló ante la muchacha — debió decírmelo en vez de probar mi fuerza.

— ¿¿Qué...?? Entonces me la llevo, vamos — salió lo más rápido que pudo con la pequeña a su lado.

Ya en el auto apretó el acelerador a fondo, por suerte funcionó inmediatamente, por fin cuando el lugar quedó atrás la morena lanzó un suspiro de alivio.

— Qué diablos le pasa a ese loco, cree que soy un demonio.

— Ellos me quieren matar, debe ser una hora antes que termine el 21 de diciembre, durante la conjunción de planetas, si me sacrifican el reinado del mal se esparcirá en el mundo — dijo entre sollozos la pequeña.

— ¡¡¡Qué cresta te metieron en la cabeza, niña!!! — la miró confundida.

— Soy el espíritu de la esperanza, vivía en el cielo, ellos me trajeron hace más de un año, y me han tenido en varios lugares esperando la fecha precisa — estaba delgada, angustiada, con ojeras, golpes, su piel clara por no haberla dejado salir al sol.

— Querida, solo son unos locos que creen en puras tonterías, lo primero que haremos es comprarte ropa, te verás muy bien, luego iremos a comer y a que descanses, haré que  olvides todas esas mentiras que te dijeron — le recordó tanto a sus hijas, se veía tan desvalida — yo te cuidaré, no te preocupes.

Nekal estaba seria, recordó que desde que llegó a la Tierra lo pasó muy mal. No quería alegrarse, pero la joven además de salvarla era gentil con ella, le hablaba con cariño.

— Te lo aseguro, desde ahora todo irá bien — le dijo la muchacha a la pequeña, para que se tranquilizará le sonrió.

— Te quiero hermana — abrazó a la morena, aliviada.

Dukra sintió que su corazón volvía a latir de felicidad.

— Yo también hermanita.

Durante la siguiente semana la joven vio hacer cosas extraordinarias a la pequeña, sanó a un gato atropellado, iluminó con sus manos un lugar cuando se cortó la luz.

— En verdad eres muy especial — le dijo su salvadora un día.

— Te lo dije, soy un espíritu del bien.

— El bien y el mal no existen, todo es lo mismo.

— En el fondo sabes que no.

Pero les duró poco la tranquilidad, quince días después de encontrarse empezaron a sufrir ataques cada vez más frecuentes, hasta que ya fueron diarios.

— Es verdad, hermana mayor, son demonios.

— No pensé que algo así pasaría, y eso que he visto cosas muy raras en mi vida — buscó entre sus cosas una espada, la tiene guardada hace mucho, y ahora era lo que más le acomodaba para afrontar los ataques de los seres del infierno.

Fue un regalo de su padre al cumplir diez años, con ella siempre luchó por su Reino y su honor, la tuvo guardada por muchas centurias hasta que la fue a buscar, ahora pelearía con ella por esa pequeña que conquistó su corazón y su alma.

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Nueva York                      12 de diciembre de 2012                          23.52 hrs.

— Tú deberías aceptar el pacto, sino como castigo tendré que volver al infierno y sin poderes... pero si no logro mi misión... al menos seguiré con vida. Te daré lo que has buscado por tantas decenas — dijo maligno el demonio.

— ¿Qué?

Del cuerpo del hombre de traje salió una sombra negra que entró en el cuerpo de la mujer, luego él le tiró un cuchillo que le rozó el hombro, inmediatamente empezó a sangrar.

— ¿Qué hiciste? — gritó furiosa tomándose la zona ensangrentada.

— Ahora eres mortal. CIRO, TE HACES CARGO — desapareció.

Como si el grito fuera una llamada, los seres infernales que estaban fuera entraron en tropel al lugar. Dukra siguió luchando, pero ya las heridas empezaron a drenarle la vida, a pesar de eso no dejó que tocarán a la niña.

Cuando cayó de rodillas bañada en sangre, y los demonios se unieron para matar a Nekal, la muchacha, por primera vez en su siglo de vida, rezó a sus dioses protectores para que salvarán a la pequeña. Una potente luz envolvió a ambas, iluminó el lugar y detuvo a los seres oscuros.

— No puede ser, de donde salió ese poder — gritó el segundo al mando, de nombre Ciro, la claridad devolvió a todos los demonios al infierno.

Dukra cayó moribunda.

— Hermana, no vas a morir — Nekal usó su poder y la revivió.

— Pequeña — le tomó la cabeza — gracias.

En ese momento el lugar se llenó de seres luminosos.

— Gracias por todo, ahora nos la llevaremos — dijo quien parecía ser el jefe del resto.

— No dejaré que le hagan daño — a pesar de estar débil tomó su espada para volver a atacar.

— Por favor hermana, no — le suplicó la pequeña tirándola de la ropa.

— Pero... — la muchacha estaba muy confundida.

— Ellos me vinieron a buscar para llevarme a casa. Él es Rafael.

— ¿Y por qué no lo hicieron cuando te golpeaban? Son unos cobardes.

— Esto tenía que ser así, los humanos debían pasar por una prueba para ver si debían morir o vivir, nosotros teníamos prohibido intervenir — explicó el ser rubio.

— Yo fui parte de su juego estúpido... — respondió furiosa Dukra.

— No es un juego, si ella moría, la humanidad también — miró a los ojos a la de la espalda — a pesar que decías odiar a todos, protegiste a Nekal, incluso arriesgando tu vida mortal.




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