Esta escena se desarrolla al inicio del Capitulo 10.
-Tic tac...- Golpeaba Nick, su reloj en la muñeca, mirando de tanto en tanto a la rubia.
-Te tengo que dejar, cielito. -Forzó Palmer con ánimos supuestamente alegres. Nick le presionaba sin inmutarse, sentado a una esquina de su habitación, mirando las paredes y todo lo que decoraba.
La semana aun no acababa con su dichosa apuesta, por ello, la gran insistencia. Nick no había hecho hasta el momento nada de lo que Palmer había imaginado, si no que solo le pedía pasar tiempo con el...
Ya sea en una fiesta, en el parque, en la escuela, y ahora, que se trataba del fin de semana, se encontraban ambos en la habitación de Palmer.
La rubia colgó el teléfono y con una mueca, se levantó de la cama. -Ya termine, contento?
-No sabes cuanto. - Le sonrió este, un tanto inquieto. - Ahora...vamonos.
-Otra vez? - Ella se volvió a desplomar en su cama. Nick la había obligado a estar toda la semana pegado a el cual garrapata. En los entrenamientos e incluso, ella no podía regresar a casa hasta que el hombre terminará.
-Si. - Él le tomó los brazos para colocarla de pie, más Palmer se dejó colgando de este, cual mueca de trapo.
-No podemos quedarnos a descansar hoy? No me apetece salir.
Nick bufó, dejándola rebotar en la cama. -Mis planes son mejores que quedarse en cama a hacer nada.
-Eres muy exasperante. Te lo he dicho ya?
-Toda la semana, pala. - Le sonrió y se sentó a su lado.
Palmer le miró recostada, desde su lugar podía verle perfectamente el perfil.
Una semana con aquel chico le había dado la oportunidad de enumerar cada una de las cosas que le llemaban la atención y antes no veía.
Nick tenía un perfil tan expresivo. Sus cejas pobladas parecían haber sido dibujadas a trazo duro y con lápiz de carbón, sus labios se juntaban en una línea fina cada que pensaba y el cabello le caía por la frente si agachaba la cabeza.
-Dejarías de verme? - Rodó los ojos para después dirigirle una mirada seria - Enserió Pala, odio estar en casa. Vamonos ya.
-Qué? Por qué?
-No tengo que darte explicaciones.
-Pues hoy si. No voy a salir a congelarme solo porque tu no puedes permanecer quieto! Pareces un niño imperactivo!
Nick gruñó por lo bajo. - Entonces quédate aquí. - Y sin más, salió del lugar con enojo visible.
Palmer bufó irritada, Nick era tan odioso cuando quería serlo.
No pensaba seguirle, él podría congelarse abajo y hacer cuanto berrinche le diera la gana, ella no se movería ni un centímetro.
Llamaron a la puerta y justo en ese momento, su madre asomo medio rostro - Tu amigo ya salió, no lo acompañaras?
-No, mamá. - Palmer se enderezó finalmente en la cama, con el ceño fruncido.
La mujer, bastante parecida a ella, físicamente, le reprimió por su comportamiento. - Es un invitado Palmer, lo correcto es acompañarle por lo menos a la puerta.
-Él conoce la salida.
-Palmer Jen McAllister! -Se exaltó la mujer - No te crié de esa manera!
La aludida torció el gesto. Odiaba su segundo nombre tanto como odiaba que aquel regaño fuera injustificado.
-Baja ahora mismo y pide una disculpa por ese comportamiento.
-Pero y si ya se fue? - Se quejo ella. - Muy aparte de eso, esta helado allá afuera?!
-Así tal vez se te congele la grosería y puedas ser educada! - La mujer, arraigada en que su hija se mostrará servicial con las visitas, la obligó a bajar y salir.
Palmer tomó su abrigo con molestia y sin que su madre viera, le sacó la lengua cual niña malcriada. Con su fechoria hecha, tomó las llaves y sus guantes para finalmente salir de la comodidad y buen ambiente de su hogar.
Los pies se le hundieron en la nieve y con dificultad camino por su patio delantero. Dio gracias a dios el encontrar a Nick aún cerca de su propiedad, pues pensaba darle una buen reclamada por hacerla salir.
-Eres un...- Inició a formular la frase, mientras el aliento le salía en forma de humo y se acercaba a tambaleos. - Nick! -Le gritó, pues el chico se mantenia de espaldas a ella, mirando quien sabe que, arriba suyo.
El ludido no se inmutó, siguió dándole la espalda.
-Crei que no saldrías...- Añadió con burla, girando el rostro para sonreirle de lado.
Palmer gruñó bastante molesta, busco con la mirada que lanzarle a la cabeza para borrarle la sonrisa y finalmente dio con sus pies.
Tomó nieve del suelo y formando una bola en sus manos se la lanzó con bastante fuerza - Eres un maldito engreído!
Nick se dio la vuelta cuando la nieve se le escurrió por la nuca - Me han dicho cosas peores...-Levantó los hombros restandole importancia más la felicidad le duró poco pues otra bola se le estampó en el rostro.
-Niño malcriado! - Palmer no se detuvo. Estaba tan molesta...- Tirano! Arrogante! Doble cara!...
Por cada bola, Palmer daba un paso alfrente, mientras Nick intentaba esquivar los ataques un tanto abrumado. La rubia llegó hasta su frente y con las mejillas y la nariz rojas por el frío viento, le golpeó el pecho. - Te...
Nick le sostuvo los hombros para detenerla. Él le miró totalmente sorprendido, pues jamás le había visto tan molesta - Tranquila...
Palmer respiró con dificultad. Estaba molesta, si. Por el comportamiento de Nick? No...
-Ya terminaste?
Palmer le miró mal. - Eres totalmente odioso...
-Y que más?...
-Y agh! - Se tomó el rostro con las manos.
Nick le tomó las manos, apartandoselas de la cara para después buscarle la mirada. Llevaba nieve por las mejillas y la nariz la tenía tan roja que parecía haberse pellizcado ella misma.
Él no entendía nada sobre ella....pero quería hacerlo.
-Odio estar en casa, por la simple razón de sentirme encerrado. - Le añadió en voz baja. - Me es preferible congelarme el culo aquí, a sentirme sin salida, ahí dentro. - Señaló con un asentimiento la casa que se encontraba detrás de ellos.