Definitive World Iv: Días cuentos cortos

Nivel 81 Vientos de invierno

Aniversario

5 de noviembre del 2055

Procure levantarme mucho antes que Elizabeth, después de quedar atrapados en este mundo en una ocasión me pase actualizando el Definitive Word por todo un día, después lo abreviaron como Deword, el periódico fundamental de todo este mundo. Creí que la noticia de nuestro rescate iba hacer inmediata, esa sensación de satisfacción porque alguien vendría me relajo y hasta en un momento era lo único que me mantenía en el juego. Fue muy dolosa la aceptación, el decirme y aceptar que nadie vendría.

Dagresk estaba preparando uno de los desayunos más complejos, difíciles y laboriosos en toda su estancia en el juego. Cada uno de los ingredientes provenían de su almacenamiento personal, cada ingrediente increíblemente difícil de conseguir. Su preparación era de igualmente muy compleja, cada grado de intensidad podría provocar un resultado completamente diferente. Después de varias revisiones a las recetas y a Deword, sus resultados comenzaron a notarse. El aroma invadía toda la habitación, después las habitaciones continuas hasta llegar a las habitaciones superiores, al grado de despertar a Elizabeth con ese agradable aroma.

—¿Qué estas haciendo? —pregunto Elizabeth en cuanto llego a la puerta de la cocina.

La voz de Elizabeth asusto a Dagresk quien estaba concentrado en el recetario.

—Buenos días Elizabeth—dijo Dagresk bajando la mirada— quiero disculparme por lo del día de ayer, no debí de gritarles y no debí de obligarlos a que pelearan contra mí.

—Acepto tus disculpas—dijo Elizabeth mientras se acercaba a la barra para ver los platillos ya hechos—¿por qué actuaste así?

—La presión…la presión de ser parte de un gremio.

—¿A que te refieres?, se supone que los gremios sirven para liberar esa presión.

—Tal vez afuera de DEFINITIVE WORLD, pero aquí adentro no se pueden dar esos lujos.

—Sé a que te refieres, antes de esto había jugado si acaso uno o dos multijugadores, mucho menos un juego de rol. En esas ocasiones solamente me bastaba con mover a una figurilla que se supo era yo de aquí para haya destruyendo a todos y a todo. Creo que lo que más me gustaba era ir a una campaña, donde todos los gremios peleaban por ver quien era el mejor tratando de matar a los demás —Elizabeth sonrió al evocar ese recuerdo —, luego cambian todas las reglas y apenas podemos sobrevivir.

—Sí, yo tengo un recuerdo muy parecido. Siempre se hacían esas batallas reales para saber quien era el mejor, no importaba quien eras, podías ganarte el respeto de todos en una de esa ocasión. Pero ahora solo puedo recordar como odie cuando eso paso, cuando los gremios decidieron acabar los unos contra los otros.

—Lo se Dagresk, pero eso quedo atrás. Creo que será mejor que te tranquilices.

—Eso me lo dices porque no estuviste ahí, en el piso del nivel 37 nos emboscaron y perdí a dos de mis mejores amigos. Aún puedo recordar sus gritos de ayuda, como me pedía que ayudara a su novia y no pude salvar a nadie.

Dagresk estaba sudando, el calor de la cocina, los primeros rayos de sol y el recuerdo de ese infierno lo hacían dudar de sus propias habilidades en su comida. Elizabeth se acercó y lo abrazo por la espalda, haciendo sus movimientos más tranquilos y calmados.

—No fue tu culpa Dagresk—dijo Elizabeth.

—Pude haber sido más fuerte y lograr ayudarlos—dijo Dagresk antes de probar un poco de su sopa—creo que ya está.

—Sentémonos a desayunar entonces.

Los dos se sentaron uno enfrente del otro, Dagresk sirvió a los dos y se dispuso a comer.

—¿Cuál es tu peor miedo? —pregunto Elizabeth poco antes de dar el primer bocado.

—No lo sé —respondió de inmediato —quizás no volver a recordar nada. Tengo miedo que esto sea por un problema de mi cuerpo real o por el propio videojuego.

—No creo que sea ninguno de esos dos —dijo Elizabeth —, ciertamente el morir en este lugar no es mi idea predilecta, no quiero morir en una cama de hospital sin haber visto muchas cosas. Me gustaría viajar por todo el mundo y ver maravillas increíbles. Tengo miedo de no poder hacer muchas de esas cosas, pero creo que uno de mis miedos es perderte a ti.

Dagresk por poco y se atraganta con la sopa en cuanto escucho esas palabras. No sabía si debía decir algo para aceptar el cumplido o regresarlo.

—Creo que algo muy importante, cuando me ayudaste en una misión justamente hace un año, yo estaba vencida, el enemigo me sobrepasado en todos los aspectos y por poco muero. Luego llegaste tú y después tu gremio a salvarnos. Vi como preferirías arriesgarte a no hacer nada, algunos gremios aparte de ustedes nos observaron y no hicieron nada. En esos momentos había recordando la era de los héroes y la era oscura. No sabia en donde estaba y justo antes del golpe final colocaste tu espada como escudo. Esa noche me dijiste que aún creías en la era de los héroes, pero que ahora necesitamos una era de la hermandad, que un solo jugador no podría salir sólo de esto. Pero si un grupo. Justamente hace dos años

La mirada de Dagresk cambio completamente a una de sorpresa.

—¿Hoy? —pregunto Dagresk.



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En el texto hay: ciencia ficcion, videojuegos, thriller

Editado: 27.10.2023

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