Kylo toma mi mano y me ayuda a levantarme del verde césped en el que estoy acostada. Una casa gigantesca con paredes de cristal y anchas ventanas nos saluda. Estoy asombrada pues no creí que Lucian nos daría este lujazo. Caminamos hacia ella, hay una pequeña alfombra en el suelo de la puerta con un WELCOME y una llave sobre ésta, Kylo la toma y abre la puerta y al instante enmudecemos.
Cocina negra y brillante, un gran espacio con tv plana y sofá blanco. Una escalera en forma de S sin pasamanos en el fondo, las paredes al final son cristalizadas donde se observa una gran alberca y espacios con áreas verdes, subimos y sólo nos encontramos con dos habitaciones, bastante amplias, pero en medio de éstas hay otra puerta, ambos nos miramos y la abrimos.
- Esto es una broma- digo. -
- Lo sabía, él no nos dejará de vigilarnos.
Un pequeño cuartito, oscuro y con aire espeso y caliente. Sabemos que es un pasadizo al infierno, no se ven los bordes ni límites del suelo, mucho menos hay paredes, oscuridad absoluta, como estar en un agujero sin fondo, sin principio ni fin.
La cierro de golpe, me molesta un poco que Lucian aún quiera vigilados después de haber sellado el pacto. Volvemos a bajar y nos encontramos con Lucían en su forma demonio, no cambia mucho a la de su forma terrenal, un color de ojos diferente, una piel menos escamosa y un cabello sedoso y esta listo para parecer un humano cualquiera.
- Veo que han hecho un recorrido.
- ¿Porqué el portal?
- Lianne, ¿en serio creías que te iba a dejar 100% sola con Kylo? ¿Sin supervisión? O mejor aún ¿Sin MI supervisión?
- Se suponía que por eso iba a venir con Kylo, para eso es mi compañero, para informarte y mantenerte al tanto de mis movimientos acá ¿No es así?
- No te molestes, lo hago para cuidarte, lo sabes. Sabes muy bien que eres muy preciada y valiosa para mi.
- Mira Lucian, de verdad creo que exageras. Pero en serio no...
- No tengo tiempo para decisiones ya tomadas - Me corta- Las cosas son así y así quedarán. Vine sólo a entregarles la documentación legal y humana, pasaportes, tarjetas y documentos de identidad, sus supuestas graduaciones de secundaria, etc. Y recuerden que no pueden pasar por el portal sin consultarme, ya saben como llamarme.
En un segundo desaparece, Kylo niega con su Cabeza y se va a la cocina, yo tomo el sobre y comienzo a revisar todo.
Unos minutos después Kylo se sienta a mi lado.
- Creo que no te gustará esto- Le entrego una tarjeta de identificación donde se lee:
Kylo Mathews Gedheon Brown
- ¡Maldito Lucian!
Gedheones su nombre angelical, sabe que Kylo desde que se convirtió en un caído lo odia, pues su lado angelical le impide morir con su amada, lo odia por que le recuerda el dolor y un corazón hecho pedazos.
- Calmate, nadie sabe que en realidad tu apellido es tu nombre.
- No es eso Lía, lo hizo para joderme, sabe lo mucho que detesto ese nombre y ahora todos me digan Kylo Gedheon recordándome este maldito tormento una y otra vez.
- Lo sé, pero estaré siempre aquí para ayudarte a no pensar en ello ¿de acuerdo?
Asiente, y se recuesta en el sofá, cierra sus ojos y respira tranquilamente. Lo dejaré sólo, se que trata de calmarse y odia que lo molesten.
Aprovecho y me dirijo a la cocina, todos los gabetines están totalmente llenos, en el infierno no hay comida, ya que los Ángeles Caídos no sienten hambre a menos que estén en la tierra, y los demonios mucho menos. Ellos siempre tienen sed de sangre.
Mi estómago ruge y me dirijo a donde están los chocolates, todo aquí es delicioso y exquisito. Amo la Tierra.
Luego de comernos un montón de dulces y algunas frutas encendemos la TV, nos costó un mundo ya que Kylo decía que le faltaba la parte de atrás y buscaba unos botones giratorios que a la final no encontró, tuvimos que pedirle ayuda a nuestro vecino y nos explicó un poco extrañado pues según el hasta un niño sabia como encender dicho aparato.
Son las 2 am y debemos estar a las 7 am en nuestra universidad. Le eh dicho a Kylo un montón de veces que deberíamos descansar pero está tan impresionado como yo de todo lo que por allí transmiten. Al final decidimos dormir a las 3:30, en el sofá pues aún no escogemos nuestras habitaciones y nos dio pereza de subir.
***
- No puedo creer que lleguemos tarde, te dije que te levantaras.
- Por Dios Lía, no empieces con tus engaños. Es tu culpa, te dije "Lía, ya veremos como encender esa cosa, no tienes que molestar a los vecinos". Ah pero tu querías saber como era eso.