Desde que mamá murió nada ha vuelto ser igual, papá no ha sonreído… ha sido difícil comunicarme con él.
—Papá, ya me voy a estudiar —me despedí con un beso en la mejilla, fue indiferente a mi acto.
—No olvides que saliendo directo a la casa —dijo justo cuando me dirigía a la salida.
—Sí, papá, nunca lo olvido —respondí.
Se ha vuelto muy estricto. Cuando mamá vivía era un amor; plásticabamos e íbamos de picnic, confiabamos uno en el otro, me dejaba ir de paseo con mis amigas, viajabamos en vacaciones a diferentes partes del país y visitabamos a nuestros familiares. Ahora es diferente desconfía de las personas e incluso nos ha aislado de la familia.
Comenzó a trabajar en casa para poder criarme, es licenciado en Letras y las personas lo buscan por revisión de escritos vía e-mail y de vez en cuando asiste a eventos de literatura, a los cuales no he asistido por obvias razones.
Mis amigas no pueden venir a casa…
Estoy aislada del mundo, mi único oasis es el estudio y mi mejor amiga.
Marissa, más que mi amiga es la hermana que nunca tuve…