Deidad Cupido

Capítulo 13

~ D-18 ~
 


Cupido D4.

—Tengamos una cita.

—¿Qué?

—Dije que tengamos...

—Te oí a la perfección —la freno bruscamente —Solo no lo entiendo... Estuviste evitándome y fingiendo que no me veías cuando era obvio que estaba al otro lado de la calle saludando. Incluso te llamé por tu nombre. —digo molesto.

No estoy acostumbrado a estar molesto, no solo eso... ¡Jamás había estado molesto alguna vez en mi vida!

No sé qué me está pasando últimamente, de pronto empiezo a sentir un montón de cosas cada vez que la veo. Sentimientos humanos que antes no tenía. Me estoy volviendo loco con toda esta  situación.

Sin duda el estar unida a ella se está volviendo muy problemático. Ya no es tan divertido como pensé que sería el poder tener sentimientos humanos.

—Yo... realmente lo siento mucho, de verdad —dice Hanna y veo como aprieta sus manos a los lados y baja la mirada. Se ve sinceramente arrepentida... No. No debo perdonarla tan fácil por mucho que a mi corazón le duela verla triste; a mí también me dolió que me ignorara —Yo solo... necesitaba un poco de tiempo para pensar, organizar mis ideas, y tu presencia no hacía más que entorpecer mis pocos avances mentales.

—Me hubiera gustado que me lo dijeras y no que hicieras como si no existiera —reclamo dolido —Yo lo entendería y te daría todo el espacio que hubieras necesitado.

Verla hacer una mueca llena de culpabilidad y vergüenza, en vez de hacerme sentir bien, me duele. Pero por más que entienda que todo esto le puede parecer demasiado para procesar en tan pocos días, también quiero que entienda mi posición.

Que vea que no soy un enemigo, que en realidad podemos formar un buen equipo juntos si queremos resolver este problema.

Quiero que me vea como alguien en quien pueda confiar y recostarse cuando sienta que ya no pueda más. Quiero ser aquella persona que...

¡¿Qué estoy pensando?! Ni siquiera soy una persona.

—Si, yo... No lo pensé —Sus palabras parecen honestas, como si recién se haya dado cuenta de que habían otras opciones —Así que con más razón deberíamos tener esa cita —decide convencida.

—¿Cómo? ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? —Estoy muy confundido en estos momentos. Confundido mental y emocionalmente.

—Te compensaré por ser tan insensible y no tomar en cuenta tus sentimientos —dice seria y sus palabras me conmueven aunque no deberían.

Es la primera vez que alguien me compensa solo para hacerme sentir mejor. Como si realmente mereciera tal gesto, como si mis sentimientos fueran igual de importantes. Nunca había pasado antes, mayormente porque los cupidos nunca hemos sentido igual que los humanos. Se puede decir incluso que no tenemos emociones.

Pero ahora todo es tan extraño y nuevo para mí desde que la conocí.

Ahora siento cosas que jamás creí que podría sentir. Pienso en cosas que jamás pensé. Deseo cosas que jamás desee porque nunca las creí posible por quien era.

Ahora lo quiero todo. Cada nueva experiencia y emoción. Lo bueno y lo malo. Absolutamente todo.

Y me asusta pero lo quiero.

—¿Me vas a compensar con una cita? ¿Eso en qué me beneficia? —cuestiono, fingiendo una confianza que no tengo, porque solo deseo aceptar su propuesta sin importar dónde o qué sea.

—En vivir —sus palabras me dejan perplejo —Ayer me encontré con tu amiga al frente de mi casa, quien estaba con mi hermano y no me quiso decir por qué, y pues digamos que recibí una advertencia de su parte pero también logré entender algunas cosas sobre ustedes gracias a ella —lanza un suspiro y veo como sus hombros se relajan un poco. No me había dado cuenta de que estaba tan tensa —Quiero que puedas tener un día como si fueras un humano común y corriente, incluso si no puedes sentir igual a nosotros. También sería mi primera vez teniendo una cita y quiero que sea contigo —confiesa y sus mejillas se tornan un poco rosadas, supongo que aunque tenga ese aura de seguridad y determinación, aún puede sentir vergüenza.

—Esto puede salir muy mal ¿Sabes? Realmente no sé casi nada sobre citas y no soy como esos hombres de las series que ustedes ven donde tienen mucho dinero para impresionar a las mujeres —advierto y Hanna mira hacia otro lado, tratando no reír.

—No creo que vaya a ser tan malo, y si lo es... seamos un desastre juntos —se encoge de hombros y sonríe de lado —Y el dinero déjamelo a mí, tampoco es como que esté planeando llevarte a un restaurante lujoso —dice divertida y me hago el ofendido.

—¿Acaso no merezco tal gesto de amor? —pongo una mano dramáticamente sobre mi pecho. Ella ríe un poco mientras niega con la cabeza, como si yo fuera una causa perdida.

Yo sonrío inconscientemente al verla reír.

° ° °

Hanna.

—¡¿Una cita?! —exclaman Maddison y Hajoon al mismo tiempo y dejan de ver la película que pasan por la televisión para mirarme con la boca abierta y los ojos como platos.

—¿Quién tiene una cita? —pregunta Nicholas al entrar con un envase grande lleno de palomitas que deja en la mesa baja de vidrio que tenemos frente al sofá, donde estamos sentados nosotros tres. Él se sienta en su propio sofá individual.

—¡Hanna! —exclaman al unísono los dos traidores.

Finjo indiferencia mientras siento los ojos de Nicholas puestos en mí. No debí haber dicho nada. No sé ni por qué lo conté.

Mentira. Sí lo sé.

Estaba tratando de conseguir de manera indirecta algún consejo, palabras de aliento, ánimos o alguna idea innovadora para la cita. No es como que no tenga ya algo pensado o planeado; lo hago. Sin embargo no está demás recopilar información más confiable de personas que ya conozco y sé todos los conocimientos y experiencias que han tenido estando en relaciones o saliendo en muchas citas. Yo podré haber tenido muchos besos y sexo en fiestas pero fuera de ellas mi experiencia con el romance en cero.




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