Hoy me levante para ir a la escuela, no espero que sea un día diferente a los demás aunque hoy sea mi cumpleaños; durante los últimos tres años no he querido festejar ninguno, de hecho ninguno de mis compañeros saben cuando es. Llegue a la Universidad, asistí a todas mis clases y al salir todos mis amigos me sorprendieron con un pastel y unos globos.
-¿Qué es esto?-quise saber, no tenia idea de como supieron.
-¡Vamos Abigail!- Camilla me reprocho, ella había sido mi amiga desde que entramos a la Universidad- Es tú cumpleaños y debes festejarlo, ya vamos a graduarnos y ni un año pudimos festejar tu cumpleaños.
-¿Quién les dijo?
-Tú mamá me mandó algo para dártelo, ¿porqué nunca nos dijiste cuando era tu cumpleaños?
-No necesitaba que supieran- dije y camine haciendo caso omiso a las cosas que mis compañeros de clases me daban. Uno de mis compañeros corrió hacia mi y puso uno de sus brazos sobre mis hombros.
-Entonces vayamos a comer todos juntos, vayamos a festejar.
-No ocupo que festejen mi cumpleaños- le dije con amargura y le quite su brazo. El soltó una risita, apachurro uno de mis cachetes.
-No lo decía para eso, ya nos vamos a graduar y nunca fuimos a comer todos juntos. No todo eres tú.
Después de decir eso se dio media vuelta y empezó a caminar, todos los que estaban ahí lo siguieron a excepción de Camilla y yo.
-Por favor Abi- Cami lo dijo con un cansancio notorio en en su voz. No quise negarme, asentí y ella me agarro del brazo-. Gracias.
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-¡SALUD!- gritamos todos mientras chocábamos nuestros vasos en el centro de la mesa. A pesar de que al principio no quería venir debo admitir que la estoy pasando muy bien.
Llevábamos unas cuantas horas tomando y no sabía cuanto más aguantaría, la cabeza me estaba dando vueltas y me daban ganas de vomitar; me levanté lentamente de mi lugar tratando de mantener el equilibrio para no caer sobre la mesa. Unas manos me tomaron fuertemente del brazo.
-¿A dónde vas amiga? La fiesta a penas a comenzado- Cami tenía las mejillas exageradamente coloradas, los ojos los tenía prácticamente cerrados y su cabeza se movía en pequeños círculos.
-Necesito tomar un poco de aire, en un momento vuelvo- sonrió y soltó mi brazo. Salí del restaurante, fui a una pared para recargar mi mano sobre esta. Ya era de noche y la calle estaba completamente desierta, la cabeza me daba vueltas y veía todo borroso. Cuando me tranquilice un poco me levante, al voltear puede ver la silueta de una persona acercándose a mi- ¿Camilla?
No hubo respuesta, cuando la silueta estaba más cerca sentí un golpe en mi cabeza y después todo fue obscuridad.