Thamie
Para mí no hay nada más bonito en este mundo que ver la sonrisa radiante y feliz de un niño; amo a los niños. Espero que mi hermana quede embarazada pronto, seré una tía muy amorosa, mis sobrinos me amarán demasiado. ¿Por qué tía y no mamá? Porque no quiero ser una madre ausente, quiero ser una madre que esté presente en cada momento importante de la vida de su hijo, como lo ha sido mi madre, y para que eso suceda, debe pasar diez años, ya que en estos momentos quiero darles mi amor y mi tiempo a mis estudiantes.
A mis veintiún años soy profesora de educación inicial, estoy tan orgullosa de mí como lo están mis padres y mis hermanos. Disfruto tanto de enseñar y de cuidar a los niños que llego a pensar que las vacaciones no son necesarias. Supongo que por mis “extraños pensamientos” mis colegas me ven como rara. Después de todo, tengo una vida acomodada, dicen que trabajar no es necesario para mí, y honestamente no pienso lo mismo; no quiero depender de la fortuna de mis padres. Quiero ser una alguien independiente, trabajadora, como la mujer que siempre he admirado y ha sido mi ejemplo a seguir, mi amada madre Maia.
Desde niña papá siempre me ha contado su historia de amor con mamá, siempre lo cuenta con tanto orgullo y admiración que hace que mi corazón se derrita de ternura. Sinceramente, quiero un amor bonito como el de mis padres… Mi cuerpo reacciona inmediatamente ante el fuerte sonido de la llamada, rápidamente tomo mi celular, contestando.
—Hola, mamá.
—Hola, mi niña.
—Te he extrañado mucho, mami —Tengo aproximadamente tres semanas que no veo a mi madre. Me gusta mi día a día, pero tengo que aceptar que aún no me acostumbro a estar lejos de mi casa, lejos de mi amada familia.
—Yo también te extraño. Extraño mucho ver tu hermosa carita y acariciarla. Todos en esta casa te extrañamos, al igual que extrañamos a tus hermanos.
No puedo evitar sonreír con nostalgia. A diferencia de mí, tanto Elías como Emma están fuera de país. Mi hermana en Italia y mi hermano mayor en Suiza. Siempre hemos sido hermanos muy unidos, cuando se fueron lloré mucho, especialmente por Elías, su ida fui muy triste, él prácticamente huyó. El accidente que tuvo le rompió el corazón y creo que, hasta el día de hoy, no supera ese lamentable acontecimiento.
—Iba a viajar mañana, pero lo mejor será que lo haga hoy. No quiero hacerte esperar, y tampoco quiero esperar tanto para que me abraces.
—Tan linda como siempre. Te prepararé algo delicioso.
—Gracias, mami —suelta una risilla—. Por cierto, ¿papá y Octavio?
—Tu papá salió con tu tío y Octavio encerrado en su habitación, como siempre —suspira.
—Ma, ¿y si hablamos hasta que llegue papá?
—Claro que sí, cariño. ¿Cómo te fue en tu último día de trabajo?
—Primeramente…
Comienzo a cortarle mi día como de costumbre. Adoro hablar como mi mamá y contarle mi día a día. Me gusta escuchar sus consejos y sus palabras de apoyo. Si pudiera pedir dos deseos, sería que mi familia fuera eterna y que todos los niños del mundo sean felices.
Observo las bolsas de bocadillos que hice para mi familia, especialmente el que hice para Octavio, espero que a mi hermano le guste mi nueva receta. Cómo se lo dije a mi madre, he adelantado mi regreso, ya quiero abrazar a mi familia. Después de todo las vacaciones son necesarias. Pongo un poco de música, siempre hace que el camino sea más corto y agradable. Creo que si hubiera optado por irme en avión estaría en muy poco tiempo, pero aquí estoy, conduciendo mi automóvil en medio de la noche. Lo bueno es que falta aproximadamente media hora para llegar a casa de mis padres, justo a la hora de cena, así que papá no me regañará.
—Cuando mi corazón te viooo…
Detengo abruptamente mi auto, logrando no chocar con el auto que se ha interpuesto en mi camino. Trato de controlar mi respiración y mantener la calma, no quiero problemas, no me gusta lidiar con ellos. Prefiero que todo se lleve por la paz, especialmente porque este camino es un poco desolado. Aunque tengo que declarar que el hecho de que casi tenga un accidente no es culpa mía, pero no conviene decirlo, especialmente si es un hombre.
—Tú puedes lidiar con esto, Thamie —dándome ánimo salgo del auto.
Mis ojos visualizan a una mujer con una niña, dándome un poco de tranquilidad. No obstante, mi tranquilidad se desvanece al ver que la niña llora de miedo y la mujer se ve devastada.
—¡Ayúdame...! —Honestamente, no sé qué hace ni mucho menos que decir.
—Yo... —me entrega a la niña, quien se aferra a ella y a la fuerza la aleja de su regazo.
—¡No, mamá! —No estoy entendiendo nada, no puedo procesar con rapidez lo que está pasando.
—Sophie, obedece mi amor. Hazlo por papá.
«¡¿Qué está pasando, Dios mío?!»
—¿Qué…?
—Mi esposo está en peligro. No puedo dejarlo solo, mi hija y yo lo necesitamos. ¡Por favor! ¡Salva a mi hija que yo salvaré a mi esposo! —solo puedo decir que tengo miedo—. Por favor, llévate y cuida a mi hija. Protégela por mí.
—Ven conmigo... —es lo único que puedo articular, mi cerebro ya está procesando la situación. Está pasado algo muy fuerte con esta mujer, y si la dejo ir, su vida correrá peligro.
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Editado: 20.01.2024