Afuera llueve y hay tormentas que destruyen todo a su paso...
Porque la tierra y la naturaleza que nos rodean, están cansadas de soportar tanto dolor, el que nosotros, los humanos, les causamos con tanta contaminación.
Están tan cansadas de que, a pesar de darnos un hogar, un cielo maravilloso con estrellas de noche y el sol de día,
Que nos dan animales increíbles y exóticos,
Maravillosos paisajes jamás vistos,
Sólo le paguemos destruyéndolo cada vez más sin contemplaciones, sin piedad.
Destruyendo a la naturaleza que nos rodea, talando árboles a diestra y siniestra, robándonos a nosotros mismo nuestro oxígeno.
Contaminando el aire que respiramos con humos que hacen daño a la capa de ozono haciendo un agujero en él, sabiendo que no se volverá a restaurar, que no es cómo un corazón roto que se vuelve a recomponer con el tiempo, sino que abre una brecha que cada vez es más grande.
Matando a animales solo por el mero placer de creerse superiores a ellos, porque no se pueden defender de la crueldad de nosotros. Haciendo abrigos de sus pieles creyéndonos con derechos de poseerlos de esa vil forma.
La tierra nos está pidiendo a gritos que la miremos, observemos, y la veamos, que realmente lo hagamos, para darnos cuenta el daño que le estamos haciendo sin importarnos las consecuencias que no la veremos ahora, no mañana , ni dentro de un año, pero que lo haremos cuando ya sea demasiado tarde y ya no haya vuelta atrás
Es más, ya estamos sufriendo las consecuencias y aunque hagamos algo al respecto ahora ya es tarde, eso ya pasó, ya sucedió, ya no tiene vuelta.
No nos damos cuenta, que tantas cosas que pasan es como su grito de auxilio, que nos está queriendo decir basta, estoy sangrando y ustedes no se dan cuenta.
Más que nada su grito de dolor, de desesperación, de destrucción va dirigida a los empresarios que sin importar el qué, el cómo, el cuándo, el porqué, las personas que mueren o se quedan sin hogar o las consecuencias de estas con tal de ganar más y más plata, hacen cualquier cosa y en su ambición están destruyendo nuestro hogar, nuestro cielo.
No se dan cuenta de que, si no hacen algo, seguiremos sufriendo las consecuencias, porque no sólo nosotros lo haremos, ellos también. Porque ellos también viven en este mundo y pareciera que no les importa más que seguir acumulando riquezas que el día que mueran no verán ni un solo centavo.
Porqué quieran o no aceptarlo formarán parte del montón como todos, se convertirán en huesos como todos, serán un número más en el cementerio como todos, uno las del montón a cambio de nada, de ambiciones y de poder que terminan en la nada.